Chile, crónica de una derrota anunciada

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Por Vicente Otta (1)

Las fuerzas democráticas y la izquierda chilena han sufrido un duro revés:

EL PARTIDO REPUBLICANO LOGRA HEGEMONÍA CON 23 ESCAÑOS Y JUNTO A CHILE VAMOS TENDRÁN 34 CONSEJEROS DE 50.

A la inexperta y entusiasta nueva y joven dirigencia chilena, ganar el Plebiscito le pareció un triunfo estratégico y contundente, lo que era un triunfo táctico precario. Proponer una constitución Plurinacional en una sociedad conservadora, racista y autoconvencida de blanca, fue fatal, fruto de la idea del triunfo estratégico.

No terminamos de aprender que un triunfo electoral, aun si fuese contundente, no significa necesariamente un cambio en la correlación de fuerzas sociales, peor aún si como en Chile fue precario y posteriormente derrotado en la asamblea constituyente que rechazó el proyecto de constitución plurinacional que la izquierda presentó.

En ese momento se selló la derrota de las fuerzas democráticas, se produce la confusión y dispersión del voto popular que no tenía claridad ni simpatía por una constitución extraña a la cultura política existente, incluida la cultura política de la izquierda chilena.

Plurinacional es un concepto nuevo, acuñado y difundido en los últimos 20 años, especialmente por la lucha boliviana y ecuatoriana. En Chile, como también en Perú, es algo lejano y difuso.

La lucha por democratizar la sociedad y el estado chileno tenía que producirse por otras vías: la eliminación de los rezagos pinochetistas y el desarrollo de políticas públicas interculturales, abriendo espacios para una mayor presencia de los derechos y representación de los pueblos indígenas en algunos casos y territorio propiciando su representación en el estado. Todo esto no implica una Constitución Plurinacional. Confundir ampliar la democratización con constitución plurinacional, ha sido un error gravísimo.

El otro error estratégico ha sido no lograr la articulación de la vieja guardia socialista y comunista sobreviviente con la nueva generación de luchadores que emergen los años 2015-2016. Boric, Camila Vallejos, etc. Este divorcio ha sido fatal. Los jóvenes enviaron a la tumba a los viejos antes de tiempo. Les ganó la soberbia de los triunfos iniciales, de las ligas menores, y a la vieja guardia le faltó convicción y humildad para superar la desconfianza y la soberbia de la joven guardia.

Confusión similar se ha venido produciendo en las últimas luchas populares en Perú al considerar la airada y justa protesta popular contra el racismo y la intolerancia de la derecha peruana, tras el triunfo de Pedro Castillo, y etiquetar las luchas campesinas e indígenas del sur andino como levantamientos y rebeliones de naciones quechuas y aimaras.

Confusiones interesadas que apuntan, no a reponer a Castillo en la presidencia sino a acumular fuerzas electorales con esta propaganda y, a especular con un posible proyecto de estado federativo de naciones indígenas.

Mirar la experiencia de la izquierda chilena es muy necesario y aprender de ella, mucho más.

El debate en el Perú es constituyente, el cambio de la constitución neoliberal del 93 por una constitución Pluricultural e intercultural, la constitución del siglo XXI.

 

Nota: Vicente Otta peruano, especialista en multiculturalidad.

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