Por Colectivo Mate Amargo
Mate Amargo se suma al último adiós con el que Montevideo abraza al querido Mariano Arana, despedida que se llevará a cabo hoy lunes entre la hora 10 y las 15 en el atrio de la IMM.
Arana nació en esta capital hace 90 años, se graduó en la UdelaR, intelectual destacadísimo que fue docente y director del Instituto de Historia de la Arquitectura, entre otras tantas actividades Cofundador de la editorial Banda Oriental, fue presidente de la Comisión de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Nación. Tantas facetas y acciones llenaron la vida de este singular luchador social uruguayo, siempre del lado de los y las humildes.
Varios libros tiene en su haber, el último una recopilación realizada con el Profesor Oscar Destouet. Lidereo la Vertiente Artiguista, fue Senador de la República por su lista. Un Frenteamplista de Ley que también presidió la Departamental de Montevideo. Pero sobre todo fue el intendente de todos y todas las y los montevideanos y por 2 períodos. Al asumir Tabaré Vázquez durante el primer gobierno frenteamplista fue ministro de Vivienda (2005-2008), y como a muchos quisieron mancharlo con una acusación sin elementos de juicio y desestimada en breve tiempo, como si fuera posible manchar el corazón ilustre de esta ciudad.
Muchos discursos pudimos atender. Recordamos aquel sin igual cuando le otorgó las llaves de la ciudad a Fidel Castro. Pero hoy quisimos traer aquí la palabra simple de su obra, aquella que de alguna manera lo dibuja, graciosa y aguda. Dejamos a los lectores con fragmentos de la intervención de cierre del 11 de noviembre del 2020 en sesión extraordinaria en su homenaje, de la junta departamental de Montevideo, de cierta manera autobiográfica, para que su voz permanezca y no dejemos de verlo con su caminar pausado por estas calles:
“La verdad, se ha dicho mucho; en cuanto a lo personal, diría yo que hasta demasiado. Les agradezco de verdad, porque, así como dicen ustedes que fue un orgullo estar conmigo, para mí fue un orgullo conocer a mucha gente que no conocía, incluso gente más joven con el talento y la dedicación que han demostrado para el bien común, …
Quiero, simplemente, recordar dos o tres cosas. Ha sido una cosa muy gratificante para mí encontrarme con mucha gente, a algunos de los cuales los he visto con cierta frecuencia y a otros que no había visto desde hacía muchos años. Algunos de ellos están vinculados a la Facultad de Arquitectura; otros, a la Sociedad de Arquitectos, a la Intendencia de Montevideo, en fin, a distintos ámbitos en los que a uno le ha tocado trabajar, por ejemplo, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente. Es muy gratificante haber aprendido ―créanme― mucho con toda esa gente.
A pesar de que me han regalado un palco, voy a abrirlo con generosidad; no voy a cerrarle la puerta a nadie. La verdad, les agradezco algunas consideraciones, cosas que ya uno hasta había olvidado. No estuve en un coro, estuve en una cantidad de coros, porque dudé hasta de si me podía dedicar a la música, luego a la medicina y terminé en la arquitectura, y la verdad que me encantó. Nunca me imaginé que iba a estar hablando de esto aquí, en este recinto, que además como arquitecto aprecio mucho. Yo a la Junta la conocí como la confitería El Telégrafo, que muy pocos aquí conocieron.
… Quiero decirles una cosa. Lo mucho o poco que hayamos hecho, créanme, y sobre todo los aciertos que podamos haber tenido solamente los puedo justificar porque hemos trabajado siempre en lo que la Facultad me enseñó: en equipo. Primero como estudiante, después como docente, después para los concursos que hemos hecho, tanto para el Uruguay como para afuera del Uruguay, y después trabajando en conjunción con la gente más humilde. Yo ya dije lo mucho que significó para muchos de nosotros que Juan Pablo Terra tuviera la lucidez de elaborar ―creo que fue la figura principal, no el único―, de proponer, una nueva ley de vivienda, en la cual consagró, desde el punto de vista legislativo, el vocablo “cooperativas” …
…Porque tengamos en cuenta que si somos profesionales muchos de nosotros es porque usufructuamos una situación bastante peculiar, que es la de haber recibido gratuitamente algo que nos permitió tener una profesión y haber podido trabajar ―¡por suerte!― no solamente para gente adinerada ―la menos―, sino también para la multitud de gente que logró hacerse de una vivienda con el esfuerzo propio, por ayuda mutua o con ahorro previo, que también significó un aporte por parte de la gente, pero tengamos en cuenta, también, que sin el aporte del Estado eso habría sido imposible de lograr.
Me alegra ver lo que son hoy las cooperativas, nada menos que de ayuda mutua. Recuerdo cuando íbamos todos los días en ómnibus, desde el centro cooperativista en el que trabajábamos, porque tener un auto en la puerta de las cooperativas, en aquellas de doscientas cincuenta unidades de vivienda, era rarísimo. Yo creo que en Facultad no todos los decanos tenían auto, para que tengan una idea… Me alegra enormemente que la gente de laburo pueda estar gozando de beneficios que antes eran privativos.
…Sigamos todos en este trillo, cada uno desde el ámbito en el que nos toque actuar de aquí a futuro ―algunos van a tener un futuro mucho más dilatado que el mío―, porque creo que estamos bien orientados.
Créanme que no solamente fue un orgullo, sino para mí también fue un aprender de lo que escuché de la gente, incluso de la que es bastante menor que yo. Así que, un gusto de verdad y les agradezco enormemente.”
Salú Mariano desde las calles de esta ciudad y desde Mate Amargo.