Por Gabriela Cultelli
Dicen que de las derrotas se sacan aprendizajes; a él lo asesinaron en aquel octubre de 1967 y lo único que hemos sacado es una tristeza amarga que dura hasta nuestros días, esa soledad que persiste sobre todo en los momentos más difíciles de las contiendas sociales.
Pero Guevara nos dejó mucho más que aquella maravillosa foto del fotógrafo cubano Alberto Diaz, que le dio vida eterna a su mirada en los terribles días del atentado terrorista yanqui que hizo explosión en puerto del barco “La Coubre”, dejando casi un centenar de muertes y 200 heridos.
Hoy, además de las poesías que escogeremos para dejarles al final, haremos mención y en su recuerdo a los 95 años de su nacimiento (14/6/1928), a su gran aporte filosófico, su concepto de “Hombre nuevo”, ese que hoy y con el desarrollo justo del lenguaje inclusivo, seguramente él mismo hubiese llamado “Gente Nueva” o “Persona Nueva”.
TOMEMOS LA ARCILLA (1)
Esta categoría se desarrolla en un pequeño librillo que él nos escribe para nosotros, el pueblo uruguayo, pues lo hace en respuesta a Quijano, aquel sin igual periodista director del semanario “Marcha”, y fue allí publicado por primera vez en marzo de 1965, comenzando así: “Estimado compañero: Acabo estas notas en viaje por el África, animado del deseo de cumplir, aunque tardíamente, mi promesa. Quisiera hacerlo tratando el tema del título. Creo que pudiera ser interesante para los lectores uruguayos.” Y vaya si lo es, lo fue y lo sigue siendo.
Allí y con la práctica concreta de la revolución cubana desarrolla esa categoría de persona colectiva, esa visión de la masa o del pueblo transformada en los marcos de una revolución socialista, la dialéctica con lo que él llama su vanguardia inicial, y la mixtura entre ambas que se va conformando al transcurrir el propio proceso transformador.
Cómo en el medio de aquel proceso complejo y contradictorio, aparecía cada vez con más fuerza un personaje central, el pueblo unido. Ese era su “hombre (mujer) nuevo”.
“Aparecía en la historia de la Revolución Cubana, ahora con caracteres nítidos, un personaje que se repetirá sistemáticamente: la masa.”
Y así lo describe: “Este ente multifacético no es, como se pretende, la suma de elementos de la misma categoría (reducidos a la misma categoría, además por el sistema impuesto), que actúa como un manso rebaño. … La masa participó en la Reforma Agraria y en el difícil empeño de la administración de las empresas estatales; pasó por la experiencia heroica de Playa Girón; se forjó en las luchas contra las distintas bandas de bandidos armadas por la CIA; vivió una de las definiciones más importantes de los tiempos modernos en la crisis de octubre y sigue hoy trabajando en la construcción del socialismo”
Vuelve en su relato a la dialéctica del individuo y la masa, de un individuo colectivo necesario para la construcción de una nueva sociedad, pero que no nace de golpe ni de un día para otro. Y nos dice con larga visión al futuro: “Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras de recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo.” Qué actualidad en sus dichos, y que importante tener presente ante la construcción de cualquier cambio pretendido.
Nos instruye de hecho en cambios muy lentos en la conciencia humana que nacen en contradicciones sustantivas y hasta consigo mismas. Pero, repetimos, que cada cambio social importante requiere, para ser posible, un cambio en las conciencias a la par que en la base material.
Este es un librillo de fácil acceso en internet, y realmente cada vez que se lee, porque es de esos libros que hay que leer muchas veces a lo largo de la vida, se sacan enseñanzas nuevas, no solo de los procesos de ayer, si no y sobre todo, de los de hoy.
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Pero la poesía también “es un arma cargada de futuro” como decía Gabriel Celaya, y en el cumpleaños del guerrillero heroico, algunas de ellas, pueden ser útiles para alimentar más que “el alma”, la conciencia colectiva, esa de que hablábamos antes.
El primer poema es del español León Felipe, uno de los preferidos del Che. Cuando el Che cae en Bolivia, llevaba con él un cuaderno de poesías. Era una antología hecha por él que se publicó muchos años después, “El cuaderno verde del Che”. Quien quiera conocerlo por dentro, no puede dejar de leerlo. Allí estaba la poesía de León Felipe (“noche cerrada” y “juego”), junto a la de Nicolás Guillén, Cesar Vallejo y Pablo Neruda.
El segundo poema, de Mario Benedetti que no podía faltar a esta cita
EL GRAN RELINCHO
León Felipe
“Otra vez siento bajo mis talones
el costillar de Rocinante; vuelvo
a mi camino con mi adarga al brazo.”
(Del Che, en carta ultima a sus padres)
The most beautiful neigh of the world (2)
La gente suele decir, los americanos,
los norte-americanos suelen decir:
León Felipe es un “Don Quijote”.
No tanto, gentleman, no tanto.
Sostengo al héroe nada más…
y sí, puedo decir:
que yo soy Rocinante.
No soy el héroe
pero lo llevo sobre el magro espinazo de mis huesos…
y le oigo respirar…
y he aprendido a respirar como él…
y a injuriar
y a blasfemar
y a maldecir
y a relinchar.
A mí me gusta mucho relinchar.
“¡Oh, hi-de-putas!… estos malos encantadores
que me persiguen”.
Cómo es aquel relincho, americanos?
Aquel que empieza:
¡¡Justi-í-í-í-í-cia!!
Aquí el acento cae sobre la í,
muy agudo y sostenido
como un vibrante y estridente cornetín:
¡¡Justi-í-í-í-í-cia!!
¡Qué bonito relincho!
A Rocinante le gusta mucho relinchar.
Y a mí también me gusta mucho relinchar.
Tenéis que aprender, americanos.
Venid, vamos a relinchar ahora,
ahora mismo todos juntos,
desde el capitolio de Washington…
fuerte, fuerte, FUERTE…
hasta que el relincho llegue a Vietnam
y lo oigan todos los vietnamitas
y a Cuba también
y lo oigan todos los cubanos,
como el cornetín
de la gran victoria universal,
hasta que lo oigan los hombres todos de la Tierra
como el cese definitivo de todas las hostilidades del
planeta.
¡¡Justi-í-í-í-í-cia!!
¡Oh, qué hermoso relincho!
The most beautiful neigh of the world. (1)
CONSTERNADOS RABIOSOS
Mario Benedetti
Vámonos,
derrotando afrentas.
ERNESTO «CHE» GUEVARA
Así estamos
consternados
rabiosos
aunque esta muerte sea
uno de los absurdos previsibles
da vergüenza mirar
los cuadros
los sillones
las alfombras
sacar una botella del refrigerador
teclear las tres letras mundiales de tu nombre
en la rígida máquina
que nunca
nuca estuvo
con la cinta tan pálida
vergüenza tener frío
y arrimarse a la estufa como siempre
tener hambre y comer
esa cosa tan simple
abrir el tocadiscos y escuchar en silencio
sobre todo si es un cuarteto de Mozart
da vergüenza el confort
y el asma da vergüenza
cuando tú comandante estás cayendo
ametrallado
fabuloso
nítido
eres nuestra conciencia acribillada
dicen que te quemaron
con qué fuego
van a quemar las buenas
las buenas nuevas
la irascible ternura
que trajiste y llevaste
con tu tos
con tu barro
dicen que incineraron
toda tu vocación
menos un dedo
basta para mostrarnos el camino
para acusar al monstruo y sus tizones
para apretar de nuevo los gatillos
así estamos
consternados
rabiosos
claro que con el tiempo la plomiza
consternación
se nos irá pasando
la rabia quedará
se hará mas limpia
estás muerto
estás vivo
estás cayendo
estás nube
estás lluvia
estás estrella
donde estés
si es que estás
si estás llegando
aprovecha por fin
a respirar tranquilo
a llenarte de cielo los pulmones
donde estés
si es que estás
si estás llegando
será una pena que no exista Dios
pero habrá otros
claro que habrá otros
dignos de recibirte
comandante.
Notas:
(1) “Tomemos la arcilla
Para el hombre nuevo” de la canción de Daniel Viglietti “Canción del hombre nuevo”
(2) En español “El relincho más hermoso del mundo”
(3) Las citas de la primera parte son todas del libro “El hombre y el socialismo en Cuba”