Por Colectivo Mate Amargo
El pasado martes 27 de junio se cumplieron 50 años del Golpe de Estado que dio comienzo a la última dictadura cívico-militar en nuestro país.
En el marco de los distintos recordatorios, de las distintas actividades que se fueron realizando, en la Plaza Julia Arévalo, ubicada en las inmediaciones del Palacio Legislativo, se inauguró el Memorial de las ex presas políticas.
Un espacio que busca representar una reparación simbólica para todas aquellas mujeres que lucharon contra la dictadura. Proyecto que fuera presentado en agosto de 2022, impulsado por la Intendencia junto al Colectivo de ex presas políticas de Uruguay y Crysol, y que contó -además- con el auspicio de la Junta Departamental de Montevideo, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UdelaR, la Sociedad de Arquitectos del Uruguay y la Universidad de la República.
Mate Amargo estuvo en ese abrazo fraterno, tan cercano, de estas mujeres de historia que sembraron, sembrándose. Y pudo conversar con algunas de las mujeres allí presentes.
Le preguntamos a Yissela Steffano, estudiante de Medicina de 23 años, ¿por qué estaba participando de dicha actividad?
YS- “Estoy acá porque creo que es necesario recordar y conocer lo que pasó durante los 12 años del Golpe de Estado, es necesario conocer lo que pasaron las ex presas políticas. Porque mucho se conoce sobre las torturas aplicadas a los ex presos políticos y se ha enfocado en ellas todos estos años, sobre ellos y lo que han vivido. Pero ahora, las presas políticas tuvieron dos condiciones: ser mujeres y estar en política, luchar por un país más justo. Y eso condicionó las torturas, la saña con que las torturó. Y creo que es necesario recordar a las compañeras, recordar a esas mujeres, saber lo que vivieron.”
Le preguntamos a Lilena Consiglio, ex presa, ¿cómo se siente este abrazo después de tantos años? ¿qué le dirías, desde el hoy, a aquella mujer, a aquella muchacha que fuiste ayer?
LC- Mirá, lo que sentí es como que hay un hilo conductor entre todas nosotras, porque nos encontramos, nos abrazamos y bueno. Algunas hacía años que no las veía, otras las veo muy seguido, porque las compañeras de Paso de los Toros nos reunimos eh! Bueno, prácticamente todos los meses. Puede ser que algún mes falle ahora porque bueno, estamos un poco más viejas. Pero es eso lo que nos conecta porque, bueno, vivimos lo mismo, sentimos lo mismo. Y con respecto a ¿qué le diría yo a aquella muchacha que fui? Le diría “¡qué ingenua que eras, qué ingenua!”. Si hubiera sabido, lo que se sabe hoy de historia. Si hubiera sabido que las luchas no son lineales, no son rápidas. Y bueno, también le diría que seguimos esperando al hombre nuevo.”
Y lo mismo le preguntamos a Liliana Pertuy, detenida ilegalmente por las fuerzas represivas en la ciudad de Treinta y Tres, junto a 37 jóvenes, ella apenas tenía 15 años.
LP- “La idea, siempre, desde que nos empezamos a juntar hace cuatro años atrás, fue esta idea del encuentro, del abrazo y de la proyección hacia el futuro. Yo creo que eso fue lo que captaron -además- este equipo maravilloso de arquitectos jóvenes y esta arquitecta, que fue una condición que pusimos nosotras, que quien lo dirigiera (al Proyecto), que la responsable del equipo fuera una mujer y que fuera joven. Ellos entendieron perfectamente nuestro espíritu. El haber conseguido ese espacio frente al Palacio Legislativo, que es un lugar privilegiado de la ciudad por su connotación republicana, democrática, pero además en la plaza Julia Arévalo. Es decir, todo tiene mucho significado y nosotras quisimos que esto fuera así. Pensando en eso, porque las mujeres, como dice nuestro eslogan, construimos historia defendiendo la vida, verdad? Y siempre estamos pensando en el futuro, en los demás, en en esta cosa que tenemos las mujeres de la ronda en el entorno del fuego de nuestras cocinas, de nuestro hogar, para dar este bienvenida, refugio, protección, calidez. Y es de verdad que no queremos que esto suceda nunca más. Nunca más. Entonces yo creo que fue eso, fue una comunión entre estas ideas nuestras, entre esta forma de pararnos ante la vida, que viene de lejos pero que también las nuevas generaciones captan. Eso es el abrazo, un círculo enorme en donde -creemos- van a seguir tejiéndose más abrazos, más redes, más conciencia y donde las niñas jueguen sin sentir nunca más miedo y temor. Nosotros tenemos que construir una sociedad amorosa con nuestras niñas y con nuestros niños, pero para ello es necesario saber que en este país hubo tortura, muerte, persecución, desaparición, robos, etcétera. También a niñas, niños y adolescentes. Las adolescentes fuimos -también- torturadas, presas, violadas…fue todo tremendo, fue una maquinaria de destrucción y esto tiene que saberse. Acá no hubo un grupo de locos, acá hubo un plan, un proyecto de destrucción que llevaron adelante todo lo más que pudieron. Por eso nos faltan 197, pero nos faltan los que no llegaron, las que no llegaron, las que se murieron de enfermedades tremendas, las que no aguantaron y se suicidaron. Los daños son inconmensurables. No solamente a nosotras, las víctimas directas, sino a la sociedad toda. A nuestras descendencias, a las generaciones que vinieron después. Y eso no lo podemos permitir como sociedad, como pueblo uruguayo. Nunca Más, de verdad. Y bueno, y ¿qué le diría hoy a aquella muchacha? Bueno, niña que fuiste ayer. ‘Que pagaste un precio muy alto. Muy alto de verdad’. A veces solo una sabe lo que le costó sobrevivir. Pero yo también siento, siempre, placer en estas cosas. En mi fuero más íntimo, siento placer de que no pudieron y eso para mí es muy importante. No pudieron aunque yo esté enferma, aunque tengamos un montón de nanas. No pudieron quebrarme, no pudieron sacarme mi reserva ética y moral. Yo creo eso y me siento, sin ninguna falsa modestia, de la mejor reserva ética y moral de esta sociedad uruguaya. Y lo digo en serio, sin ninguna falsa moral, de verdad, sin ninguna falsa modestia. Entonces, yo creo que eso, poder mirarse en el espejo todos los días cuando te levantas y encontrarte en la imagen que te que te devuelve el espejo…para mí es muy importante. Porque son esos cuatro o cinco principios que me educaron en mi casa y los he mantenido toda la vida. Por eso no nos derrotaron. Y tengo mucha esperanza de que las nuevas generaciones que se están haciendo cargo de su historia, sigan con esto para que Nunca Más. Así que nada, ningún arrepentimiento. Soy fiel a mis principios y mirarme en el espejo es muy importante.”