Por Gabriela Cultelli (*)
Faltando pocos días para cumplirse 61 años del fin de la Guerra de Argelia (1), asesinaron a un joven de origen argelino. 17 años tenía y recibió un tiro en el tórax al negarse a parar en un control de tránsito. Se llamaba Nahel, el asesino fue un policía. Esto ocurrió en Francia, cuyo pueblo indignado incrementó las manifestaciones callejeras. El muchacho, trabajaba como repartidor de comidas, jugaba al rugby en el club Piratas de Nanterre, en las afueras de París. Vivía con su madre y había matriculado en una escuela en Suresnes para ser electricista. Miles de franceses salieron a la calle a protestar contra el “gatillo fácil”.
Luego de las manifestaciones, que en definitiva fueron multifactoriales, se sucedieron también saqueos, marcando un descontento generalizado. “El periodista Marco Teruggi explicó que los disturbios pueden analizarse desde varios focos: la convivencia de distintas culturas en los barrios populares, una dinámica policial de agresividad y discriminación en esos territorios y una respuesta «crónica» de violencia por parte de la población que sufre esa hostilidad institucional.” (2) dice el periódico argentino “Página 12”.
Otra vez el gobierno de Macrón está en aprietos. Recordemos las manifestaciones gigantes que hace poco tiempo tuvieron lugar en varias ciudades francesas a raíz de una reforma jubilatoria antipopular (parecida a la nuestra). Para que se tenga una idea del desorden represivo, téngase presente que, este lunes, el gobierno desplegó 45 mil efectivos policiales para tratar de detener los disturbios de las seis últimas noches.
Aunque las manifestaciones habían comenzado a disminuir, el saldo, según el Ministerio del Interior francés y al día de ayer, era de:
- 200 detenidos en total (número que se redujo a 157 entre la noche del domingo al lunes),
- más de 700 policías heridos,
- unos cinco mil vehículos incendiados,
- diez mil contenedores de basura quemados y
- casi mil edificios dañados.
Pero la derecha y la ultraderecha avanzan. Arremetieron contra los manifestantes grupos neofascistas armados de bates de beisbol, saludos al estilo hitleriano y la consigna xenofóbica “Francia para los franceses”. Es el fascismo en la calle, hecho más que peligroso para el pueblo francés en general, la región y el mundo.
Se agrega que el fin de semana, y según expresa el mismo medio de prensa argentino, “…se cruzó una línea roja con el ataque con un coche que se estrelló y luego se prendió fuego, al domicilio del alcalde derechista de L’Haÿ-les-Roses, Vincent Jeanbrun.” quien expresó que “La propia democracia está siendo atacada» (2). El hecho se estaría investigando, pero los pueblos del mundo tenemos experiencias muy negativas resultantes de hechos similares.
(*) Gabriela Cultelli, Licenciada en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), columnista y co- Directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la REDH.
Notas:
(1) La Guerra de Argelia como se la conoció, o más bien dicho, la guerra de Francia que ocupaba el territorio argelino desde 1830, o la Guerra de Liberación del Pueblo Argelino, tuvo lugar entre 1954 y 1962. Fue y es hoy, un hito anticolonial y ejemplo en las luchas de los pueblos por la liberación.
(2) “Página12” 4 de julio de 2023 – 19:07
(3) Ídem.