Residuos: Riqueza para pocos, hambre para muchos

0

Por Jorge Ramada

(Tomado de Revista Claridad No. 68)

En todo el país se escuchan las quejas de los clasificadores por lo que les pasa con los materiales que rescatan. Algunos tipos de papel se rechazan, el cartón ha bajado a menos de la mitad del precio que se pagaba hace unos meses; los plásticos, especialmente el PET (el material de los envases descartables) también ha bajado de precio notoriamente, con el agregado de que uno de los argumentos para la baja de precio, es que hay exceso de stock, es decir que no hay capacidad para reciclar todo el material adicional que se produjo con la mayor venta de agua embotellada.

Esto nos sugiere algunas reflexiones en relación con los distintos aspectos del problema:

  1. Para empezar, esto hace resaltar algo que es sabido: los residuos secos son un gran negocio manejado por una rosca que incluye a grandes depósitos, los generadores (envasadoras, importadores) y algunas empresas procesadoras asociadas con los anteriores. Ellos son los que fijan arbitrariamente lo que van a pagar a los clasificadores (en realidad los fijan en función de lo que marca el mercado, que es otra forma de decir arbitrariamente). Los precios se rigen por la “ley” de la oferta y la demanda, oferta que depende del esfuerzo que hagan los clasificadores por rescatar lo más posible y demanda que depende de la capacidad de las empresas procesadoras de reutilizar lo rescatado sin afectar sus márgenes de ganancia.
  2. Junto con lo anterior, la contradicción que hay entre los anuncios de “Uruguay + circular” (logotipo del Plan Nacional de Residuos publicado por el Ministerio de Ambiente) o de “enterramiento cero”, con la realidad marcada por el mercado y por la estructura de la cadena de valorización de los residuos. Es imposible reciclar todos los residuos que se recogen, si no está asegurado un destino útil para lo que se produzca con ellos. Pero si lo “útil” se refiere a las utilidades que puedan conseguir las empresas procesadoras, el “círculo” va a avanzar hasta donde les funcione el negocio (probablemente no llegue ni a semicírculo). Dicho de otra manera, no es serio hablar de economía circular en el manejo de los residuos, sin una fuerte política pública que empiece por definir qué se va a hacer con cada fracción recuperada, para generar productos útiles para la sociedad; y además con trabajo digno para todos los eslabones de la cadena. Eso choca con la lógica empresarial, que definirá lo que produzca en función de su valor de cambio y no de su valor de uso.

Por poner un ejemplo, algunos emprendimientos que buscaban utilizar restos de vidrio para generar arena para la construcción, chocaron con la realidad de que se conseguía arena más barata extraída de la naturaleza. Lo primero buscaba un beneficio ambiental, disminuyendo residuos que terminan en los enterraderos; lo segundo busca aprovechar un recurso natural, sin importar si puede generar un daño ambiental.

  1. En tercer lugar, una mirada al tema de los envases descartables. La Ley de Envases de 2004, (aunque no incluyó una cláusula de su propuesta inicial, que establecía la obligatoriedad de que todos los envases fueran retornables), planteaba la obligatoriedad de los comercios de recibir la devolución de los envases que colocaran1. Nunca se puso en práctica, salvo para los llamados “retornables”, ni que hablar de envases o embalajes secundarios que muchas veces acompañan a los productos. Pero la Ley de Residuos, de 2019, estableció que los envases y embalajes, junto con varios plásticos descartables (bolsas, bandejas, vasos, etc.) deberían ser gravados con un impuesto2 cuya recaudación alimentaría un Fondo de manejo tripartito. Sin embargo -OPP mediante- desde 2019 hasta ahora este impuesto nunca se aplicó y por lo tanto el Fondo está vacío. Vale recordar que a este impuesto se oponía la Cámara de Industrias del Uruguay, lo que llevó a que la oposición de entonces se negara a votar este artículo, repitiendo en su fundamentación lo que decía la CIU, por boca del entonces senador Pablo Mieres, que ya mostraba su vocación de servir a los patrones.

Pero por las dudas, el actual proyecto de Rendición de Cuentas, establece que el impuesto será 0 (sí, ¡cero!) por 10 años3. Las envasadoras e importadoras se salen con la suya, limitándose a proponer planes de gestión con aportes voluntarios, cuyo resultado ya se ha visto (5 % de recuperación en 15 años). Mientras tanto, las embotelladoras seguirán financiando esos aportes (no sea cosa que pierdan algún peso) con los aproximadamente 5 a 10 pesos por litro que le cargan a los productos que se venden en envases no retornables.

Hay que anotar que esto ya fue anticipado por el Ministerio de Ambiente, cuando en abril de 20214 devolvió a los generadores de envases el manejo de la gestión de los mismos, aplicando el criterio de “responsabilidad extendida”, en abierto desconocimiento de lo que establecía la Ley de Residuos. Es interesante que la misma resolución establecía metas de recuperación de envases que debería llegar a un 30% para fin de este año. Sin embargo, ahora que se han multiplicado los envases por el aumento explosivo de la venta de agua envasada en bidones, no solo aumenta muy poco la recuperación de envases5, sino que no hay capacidad de procesarlos (física o económica, poco importa), pese a los anuncios rimbombantes de la empresa Ecopet sobre su capacidad instalada. En resumen, los anuncios de circularidad, así como las metas propuestas, no son más que nuevos aportes a la nube de humo que emana de la Torre Ejecutiva.

  1. Y en primer lugar -en importancia, claro- el perjuicio a los clasificadores. De un día para otro se encuentran con que el material rescatado no lo pueden vender o vale la mitad que antes. Quienes tienen un trabajo fijo (motocarros o plantas de clasificación) mantienen al menos su sueldo base. Pero para quienes viven exclusivamente de lo que venden, sus magros ingresos se reducen más aún. Para colmo, la Intendencia de Montevideo va a instalar en barrios periféricos sus nuevos contenedores “antivandálicos” (anti-pobres los llaman los clasificadores) con lo que los clasificadores ambulantes tendrán más dificultades para rescatar materiales valorizables.

 

Las promesas de generar trabajo digno para los clasificadores, hechas durante la discusión de la Ley de Residuos, han quedado reducidas a unos pocos puestos más. La solución para los clasificadores que trabajan en vertederos a cielo abierto en todo el país, sigue esperando, salvo en los casos en que los propios clasificadores han llevado sus propuestas. Algunas Intendencias apoyan, pero el Ministerio de Ambiente no aparece.

Como dice un documento de la UCRUS: “Históricamente la recuperación de los residuos ha sido un gran negocio para los grandes intermediarios asociados a las principales empresas generadoras de residuos (sobre todo las envasadoras), a costillas del hambre, la marginación y la informalidad de los clasificadores. La formalización por monotributos o cooperativas ayuda poco si quedamos rehenes de los precios que fijan los compradores como se les antoja.”

Los “malla oro” de los residuos siguen acumulando y la mayoría de los clasificadores se sigue empobreciendo. El capital y el mercado mandan

1)“Los comerciantes y puntos de venta al consumo, así como los demás intermediarios en la cadena de distribución y comercialización de productos envasados, estarán obligados a recibir y aceptar la devolución y retorno de los envases de aquellos productos respecto de los cuales tengan intervención para su colocación en el mercado.” (Artículo 7 de la Ley 17.849)

2) Estará gravada la primera enajenación a cualquier título, y la afectación al uso propio, realizadas por los fabricantes e importadores de los bienes que se detallan…” (Art. 42 de la Ley 19.829)

3) “…a partir del 1º de enero de 2025 y por un plazo de 10 (diez) años se fija en $ 0 (cero peso uruguayo) el monto físico por unidad enajenada correspondiente a los bienes incluidos en el literal A), así como en 0% (cero por ciento) la tasa correspondiente a los bienes que se detallan en el literal B)…” (Art. 420 del Proyecto de Rendición de Cuentas) – El literal A corresponde a envases y el literal B a films, vasos, bandejas, etc. de plástico (N. del A.)

4) Resolución ministerial Nº 271/021 del 28/04/21

5) “Venta de agua crece 329%, pero reciclaje solo el 10%”  (Titular de “El País”, 16-07-23)

 

Comments are closed.