Por Andrés Correa (*)
“…Chunga combinación de polvos
que darán lodos después,
mágico inter-terror
más arma blanca en cruda pasión…”
(Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota)
El próximo 13 de agosto del 2023 será la séptima vez consecutiva que la ciudadanía en Argentina concurra a las denominadas elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Estos comicios son previos a las elecciones generales que se celebran cada 2 años en octubre y sirven para definir candidaturas mediante el voto popular.
Esta etapa de la campaña nos muestra muchos, diversos y duros enfrentamientos incluso dentro de las mismas tiendas políticas, pero poco y nada de propuesta programáticas para los próximos 4 años. Los discursos, spots y entrevistas se desarrollan en presencia de movidas marketineras de mucha difusión, en tiempos donde hay algo más, que una elección presidencial.
Desde antaño
La tradición liberal vinculada a la oligarquía dominante construyó desde los comienzos de la formación del Estado Nación una identidad argentina caracterizada por la idea que un voluminosos PBI y que a unos pocos les vaya muy bien ubicaba a la Argentina como potencia mundial. Desde este tipo de discurso con visos de realidad, la Argentina habría vivido su etapa de esplendor durante el orden conservador del período 1890-1945.
Aquel relato tiene continuidad al día de hoy con la comparación de lo que ocurrió después, la derecha en Argentina entiende que la decadencia del país tiene su origen con el peronismo, que el país se hundió a causa del estatismo y las políticas de regulación que agobiaron a la iniciativa privada, a ellos se suma la supuesta incapacidad burocrática desde el Estado que impuso duras trabas a quienes pretendieran encarar un emprendimiento individual, que genera un intolerable déficit fiscal y afecta al sector privado con la creación de impuestos intolerables.
Los recursos naturales o materias primas, especialmente vinculada a la región pampeana, permitió que en los albores del siglo XX, el Producto Bruto Interno (PBI) de Argentina se ubicara igual a las potencias mundiales de la época. Argentina era un país rico en cifras de la macroeconomía, sin embargo en términos sociales no lo era. En 1904, el gobierno nacional encargó al médico, abogado e ingeniero agrónomo, Juan Bialet Massé, un informe sobre el estado de la clase obrera en la Argentina. Viajó a todas provincias argentinas para constatar de primera mano la realidad de los trabajadores y demostró que ésa Argentina que se mostraba como “potencia” en el mundo, sufría una atroz explotación de sus trabajadores.
La situación social, en aquella Argentina potencia, eran jornadas de trabajo de 10 a 12 horas, en la ruralidad de sol a sol, sueldos y jornales que eran en el mejor de los casos la mitad que en Londres pero la mayoría apenas lograban la subsistencia, además proliferaba el trabajo infantil, las condiciones de seguridad e higiene eran paupérrimas, accidentes y muertes de trabajadores eran cotidianos, no existían tribunales especiales para arbitrar los conflictos entre obreros y patrones, tampoco las licencias por enfermedad o maternidad, ni las vacaciones pagas, ni el aguinaldo.
La Argentina de la renta agraria, con los derechos vulnerados a trabajadores se imponía por la “fuerza”;
– La masacre del pueblo selknam, en Tierra del Fuego, entre 1886 y 1910 con miles de onas asesinados por oficiales argentinos y nóveles propietarios de tierras ganaderas en aquel territorio.
– En 1901 la manifestación obrera conmemorativa del 1º de Mayo fue disuelta en Buenos Aires por la policía a sablazos.
– Ley de Residencia en 1902 daba atribuciones al Poder Ejecutivo sin mediar el Poder judicial para detener, juzgar o expulsar extranjeros.
– Otro 1 de mayo, pero 1909 la policía, dirigida por Ramón L. Falcón reprimió brutalmente un acto anarquista en pleno centro de Buenos Aires, 11 muertos, centenares de heridos y detenidos.
– El 28 de junio de 1910 se sanciona la Ley de Defensa Social, la primera parte estaba dedicada a prohibir la entrada a los que tuvieran condenas por delitos comunes y a los anarquistas. También se prohibían reuniones o manifestaciones obreras sin autorización policial, y el castigo por “apología” a la difusión de los delitos estipulados por dicha ley, de un hecho o autor por medio escrito, verbal o impreso. El artículo 25 reprimía a quien “por medio de insultos, amenazas o violencias intentase inducir a una persona a tomar parte de una huelga o boicot”.
– Del 7 al 14 de enero de 1919 en la ciudad capital de Argentina, una huelga de obreros metalúrgicos fue brutalmente reprimida por la policía con 700 muertos y 4000 heridos.
– Entre 1921 y 1922 se produce los acontecimientos que se resumen en la Patagonia trágica o la versión de Osvaldo Bayer, la Patagonia Rebelde. El Ejército Argentino impuso a sangre y fuego el orden con “pena de fusilamiento» contra los peones y obreros patagónicos que estuvieron en huelga fueron 1500 los trabajadores asesinados.
– En 1921 estalló un conflicto con trabajadores de La Forestal una empresa británica (The Forestal Land, Timber and Railways Company Limited) de 2 millones de hectáreas, allí no existía bandera nacional, tenía el monopolio del comercio y en lugar de moneda de curso legal, pagaba con vales para comprar en sus propios almacenes. Un cuerpo mercenario fue creado por el estado provincial pero recibía órdenes directas de la empresa que la financiaba, se lo denominó Gendarmería Volante, un grupo parapolicial que mató a unos 600 huelguistas organizados sindicalmente.
– La reducción Napalpí fue fundada en 1911, en el entonces Territorio Nacional de Chaco, a 120 kilómetros de Resistencia. El territorio era el principal productor nacional de algodón, y la reducción iba a estar destinada a este producto principalmente, pero las relaciones de producción se asimilaban a la esclavitud. Los pagos eran miserables, y las condiciones en las que trabajaban, inhumanas. La rebelión que reclamaba por mejores salarios y condiciones de vida digna dejaron un tendal de más de 400 trabajadores muertos el hecho ocurrió el 19 de julio de 1924.
La insistencia
El discurso que el modelo necesario para Argentina era el de principios de siglo XX resurgió con fuerza en la primavera neoliberal menemista. “De ser uno de los diez mejores países del mundo, descendimos al centésimo lugar, por culpa casualmente de ese Estado elefantiásico, en constante crecimiento, que no permitía administrar ni tan siquiera funciones específicas para las cuales había sido creado, y mucho menos, para funciones que no le correspondían (Discurso del 4 de noviembre de 1993, Carlos Menem).
En la gestión presidencial de Mauricio Macri en 2015, se recupera otra vez aquel relato: “el camino para construir la Argentina que soñamos, esa Argentina en la cual yo estoy comprometido con mis compatriotas, es la del trabajo. Es recuperar la cultura del trabajo que trajeron nuestros antepasados españoles que vinieron a radicarse en la Argentina” (Apertura del Encuentro empresarial iberoamericano, realizado en Argentina, 25/4/2016)
En 2023, los grupos concentrados del poder económico, en tándem con los medios de comunicación y los dirigentes políticos de la derecha, además de impedir que trabajadores argentinos puedan recuperar el poder adquisitivo que cayó bruscamente en el período del 2017 al 2019, ahora proclaman el fin de los derechos laborales, aunque podado y flexibilizado por la dictadura y el menemismo pero sigue siendo un estorbo para sus fines.
Mientras tengas leyes laborales fascistas e impuestos al trabajo del 45% la economía en negro estará…feeeelizzzz https://t.co/KEJLUwLhyJ
— José Luis Espert (@jlespert) July 26, 2016
De los creadores de "el curro de los Derechos Humanos" llega "el robo de los derechos laborales".
Todo lo que dice Bullrich en este video es FALSO. 🧵 pic.twitter.com/BSq1BBysmM
— Mariano Recalde (@marianorecalde) May 10, 2023
La fuerza y el orden
El accionar represivo en Jujuy es un globo de ensayo de la etapa que puede abrirse en Argentina en particular si las elecciones generales las ganara Juntos por el Cambio
Así lo anticipa en su spot de campaña Patricia Bullrich con su voz:
“…fuerza porque el mejor plan del mundo va a tener que defenderse más que en la teoría económica en la calle…”
Y las imágenes se suceden entre protesta social, allanamientos policiales e imágenes de dirigentes políticos del oficialismo y sindicales.
“…No podemos darnos el lujo de hacerlo a medias otra vez, si no es todo, es nada…”
Allí se corta abruptamente la música de fondo, silencio y con fondo negro.
La persecución a quienes protestan contra la reforma constitucional en Jujuy incluyó policías de civil, autos y camionetas sin patente, hubo personas que fueron detenidas y recién varias horas después se informó sobre su paradero. El gobernador Gerardo Morales y precandidato a vicepresidente en la fórmula con Horacio Rodríguez Larreta pidió a la justicia condenas por las protestas de hasta 25 años para casi 100 imputados.
En los simbólico, un video se viraliza, un grupo de jóvenes canta junto a Patricia Bullrich ”…para que construyamos una Argentina, en la que estemos todos menos Cristina…” uno de los jóvenes militantes de la juventud del PRO se justificó diciendo queremos una política distinta “no creemos en el poder del Estado por sobre la gente…”(en nota radial por Ernesto Tenembaum). Patricia Bullrrich como presidenta del PRO nunca repudió el intento de magnicidio contra Cristina Fernández.
La prisión a Milagro Sala, el fallo en primera instancia de inhabilitación perpetua a Cristina Fernández (CFK), la ley en la legislatura porteña que permitía apelar fallos de la justicia nacional ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) local, (luego declarada inconstitucional), el uso arbitrario de las prisiones preventivas entre 2015 y 2019 contra dirigentes y ex funcionarios políticos, la estigmatización pública de dirigentes sindicales y la persecución penal por el ejercicio del derecho a la huelga y a la protesta, el Poder Ejecutivo durante el macrismo denunció jueces laborales, a partir del contenido de sus sentencias y ahora las recientes violaciones de derechos humanos que se suceden en Jujuy son hasta acá algunos de los hitos que dejan entrever un alto nivel ejemplificador y de sometimiento que amenaza descargarse sobre trabajadores y organizaciones sociales populares en Argentina según el curso de las próximas elecciones nacionales.
(*) Andres Correa, Periodista argentino-uruguayo, director y conductor principal del Programa Radial «De Fogón en Fogón»