¿BRICS, nuevo estabilizador económico del mundo?

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Por Sdenka Saavedra Alfaro (*)

Sin lugar a dudas que el tránsito hacia un mundo multipolar en el que cobraron protagonismo las antes llamadas potencias emergentes del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), hoy cobra mayor relevancia en miras de articular y construir una nueva fuerza de poder político y económico con el objetivo de brindar atención a las necesidades de los pueblos con una visión de equidad, de equilibrio y sin el sometimiento de la hegemonía mundial.

En esa línea, la XV cumbre que tendrá lugar del 22 al 24 de agosto en Johannesburgo, —ciudad que alberga la casa del gran luchador contra el apartheid Nelson Mandela—, cuyo tema central será la “asociación para un crecimiento mutuo acelerado sostenible y multilateralismo inclusivo”, donde se debatirá la expansión del bloque de la región, recobra importancia en la fortaleza intrínseca de los BRICS como nuevo actor de trascendencia en la política mundial de las últimas décadas; pues cada vez más países están mostrando interés en unirse al grupo, dejando atrás al injerencista, belicoso y desprestigiado G7.

Bolivia es uno de los 25 países que ha solicitado unirse a los BRICS, confirmándolo el 12 de junio; así como también la participación del presidente Luis Arce Catacora en la cumbre, con una visión de socialización de las experiencias y logros del Modelo Económico Social Comunitario y Productivo, el que está presente desde la administración del expresidente Evo Morales (2006-2019), además de poder abrir campos a nuevos capitales e inversiones desde una perspectiva del multipolarismo económico y financiero que se está gestando.

El deseo de Bolivia de adherirse a los BRICS es una estrategia importante, ya que lo que propone el bloque es una nueva forma de relacionamiento desde un enfoque multipolar, apartándose de toda línea injerencista, aquella que cultiva el capitalismo, que solo trae hambre, destrucción y muerte a su paso tras sus intervenciones y golpes de Estado.

En ese sentido, Bolivia, que ha construido nuevos paradigmas geopolíticos abriéndose a nuevos socios mundiales partiendo del principio básico de la no intervención, continúa siendo un referente para todo país que lucha contra el sometimiento del yugo extranjero; por ende, su adhesión al grupo blindará a este país en defensa de sus recursos naturales, rechazando todas las acciones del imperialismo que imponen sanciones económicas a los países que no se someten a sus ideologías.

Tal es el caso de Venezuela, que resiste el bloqueo impuesto por EEUU y sus socios europeos, país que también pidió formalmente adherirse al bloque, al igual que lo hizo Argentina, junto con Irán, Indonesia, Turquía, Egipto, Argelia, Baréin, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, y otros, los cuales ya no quieren depender del dólar y del comercio controlado por EEUU, y por ello comenzaron a realizar sus transacciones en otras monedas, a la par del respaldo a la creación de una moneda en común en el grupo, siendo la punta de lanza para protegerse del orden internacional dominante ejercido por décadas a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o la multinacional de guerra: la OTAN.

Al mismo tiempo crece la necesidad de unirse al Nuevo Banco de Desarrollo BRICS (NBD), que ya en julio de 2015 en Moscú, en la Asamblea inaugural, dio comienzo al trabajo real sobre financiación de proyectos de infraestructura y de desarrollo sostenible, ya que financiará y ayudará a salvar países en vías de desarrollo, “y no para ayudar a hundir países, que es lo que hace muchas veces el FMI”, como lo señala Lula da Silva, porque «la prosperidad común de los pueblos del mundo requiere el desarrollo común de todos los países».

Ante la crecida de ayuda armamentística y apoyo financiero a Ucrania, de EEUU y países de Europa, que ya ha superado los más de U$S 113.000 millones a Kiev desde el inicio de la operación especial rusa, de acuerdo con expertos, dejando que la inflación crezca en el país del sueño americano y en Occidente, sin prestar atención a las demandas de los pueblos, los BRICS se posicionan como el grupo estabilizador del mundo.

En ese contexto, la cumbre de los BRICS y su consolidación supondrá “un cambio tectónico” en el orden mundial para que se pueda resarcir —al menos en una ínfima parte— todos los golpes, sanciones, bloqueos, violaciones económicas y financieras de las “potencias” (G7), que disponiendo de su brazo de hierro en la OTAN y el Consejo de Seguridad, sumados a sus billones de dólares y euros, hoy están en declive frente a un nuevo orden mundial; pero no el de ellos, sino el de los pueblos libres del mundo.

(tomado de La Razón 17/08/2023)

(*) Sdenka Saavedra Alfaro. Escritora, Periodista, Profesora e Investigadora Boliviana, miembro de la Asociación de Investigadores en Comunicación y Educación para el Desarrollo (AICED)

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