Por Gabriela Cultelli (*)
El pasado domingo 20 de agosto, dos elecciones presidenciales conmovieron, ojalá que para bien, nuestro continente.
Se celebraron comicios adelantados en Ecuador, en un clima de violencia complejo y primera vuelta dándole la primacía a la candidata progresista (Revolución Ciudadana, correísta) Luisa González con el 33% de los sufragios, quien se batirá en un ballotage en octubre con el derechista Daniel Noboa, para gobernar por 18 meses, hasta complementar el mandato inconcluso del actual presidente, Guillermo Lazo con graves acusaciones de corrupción.
La otra gran contienda se celebró en Guatemala, y es la que referiremos en este artículo.
Guatemala es uno de los países con peor distribución de la riqueza del continente más desigual del mundo, América Latina. Con una población de más de 17 millones de personas, el 59% (más de 10 millones) para el 2020, vivián en la pobreza, según el Banco mundial. La tasa de desnutrición de niños menores de 5 años, con igual fuente, es de las más altas del mundo, alcanzando un 47%.
El Gobierno saliente, estaba presidido por el derechista conservador Alejandro Giammattei, que además de no resolver ninguna de las urgencias del país, se manifiesta a favor de la pena de muerte y el uso militar en la seguridad ciudadana, contrario al aborto y al matrimonio igualitario, como suele suceder en estos casos. Es interesante destacar que fue director del sistema penitenciario de Guatemala (2006-08), y en ese período se sucedió el conocido “operativo Pavo Real” (2006) que costó la vida a 10 reclusos extrajudicialmente, marco en el cual fue encarcelado en 2019, y luego de 10 meses fue liberado, cuando el Tribunal Primero de Alto Riesgo ordenó el cierre de la investigación penal en su contra.
Ante esta situación y en medio de una campaña plagada de mentiras, se levantó como gran triunfador del domingo 20, Bernardo Arévalo con un fuerte discurso anticorrupción, que de concretarse, implicaría de hecho una enérgica distribución para palear la pobreza, además de todas las implicancias sociales que ello conlleva. Las políticas de empleo y el combate a la inseguridad son los otros dos grandes temas presentados por él y el Movimiento Semilla que le diera el marco organizativo para el triunfo, tras un agitado camino hacia el ballotage, lleno de irregularidades que intentaban su ilegalización y freno.
Es hijo de otro presidente demócrata guatemalteco de los años 50´, que estuvo exiliado en 1958 en Uruguay, motivo por el cual, éste fue su lugar de nacimiento. Jacobo Árbenz sucedió al presidente Juan José Arévalo (1945-1951), periodos conocidos como la «primavera democrática» de Guatemala. Más allá del candidato, y el alcance que pueda o no tener en sí mismo, lo interesante es que le ganó a la ultraderechista, neo fascista, Sandra Torres, la 1era dama como les gusta llamarse, o esposa del presidente actual.
Muchos fueron los saludos fraternos desde el mundo entero. Andrés Manuel López Obrador, su vecino mexicano expresó estar muy feliz pues había ganado el pueblo guatemalteco, “Felicito al pueblo vecino y hermano de Guatemala por el triunfo de Bernardo Arévalo como presidente de la República. Estoy seguro de que llegarán nuevos tiempos de humanismo y justicia para todos y, en particular, para los herederos de la gran civilización mesoamericana”, expresó en su Twitter. Por su parte Gustavo Petro presidente de Colombia, escribió en la misma red, «El pueblo de Guatemala reivindica a Jacobo Árbenz y permite que el progresismo gobierne por fin su país». La expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, publicaba un mensaje para el líder del Movimiento Semilla dónde exponía: “Hace 79 años fue electo Juan José Arévalo, cuyo gobierno fue blanco de varios intentos de golpe de estado… Hoy su hijo Bernardo Arévalo de León recibe el mandato de su pueblo de gobernar bajo las mismas sombras de fuerzas desestabilizadoras. ¡Felicidades Guatemala, ¡No bajen la guardia!”.
Llegaron los saludos de Diaz Canel de Cuba, de Biden de EEUU, del ministerio de asuntos exteriores de China que en virtud de que Guatemala es uno de los 13 países del mundo que reconoce a Taipéi en lugar de Pekín, expreso su deseo de que ahora Guatemala “tome la decisión correcta”. Manifestaron también su congratulación Felipe González de España, Nicolás Maduro de Venezuela, Rodrigo Chávez de Costa Rica, Daniel Ortega y Murillo de Nicaragua, de Panamá, Xiomara Castro de Honduras, Bukele de El Salvador. También desde los ministerios de Relaciones exteriores, los cancilleres de Brasil, Argentina, Bolivia, Perú. En fin, muchos en el mundo, saldando en positivo, con ese lenguaje diplomático de entre líneas que dice mucho.
En el caso de Uruguay, buscamos y buscamos el mensaje oficial que suponíamos sería emitido por el presidente o al menos el canciller, pero no lo encontramos. Capaz que está por ahí y no lo vimos, como tampoco lo ha visto la prensa internacional en estos días, o tal vez lo hagan mañana, después de que salga este artículo, no sé. El caso es que en la página de cancillería aparecen un par de párrafos firmados por la Dirección de Prensa del ministerio de relaciones exteriores que dice, “El ministerio de relaciones exteriores saluda al gobierno y al pueblo de la República de Guatemala por el proceso electoral que culminó con la elección del Sr. Bernardo Arévalo como presidente constitucional”. Podría interpretarse que el saludo proviene del gobierno todo eso sí, aunque solo haga mención al ministerio. Pero lo “raro” es que felicite al “gobierno”, que al no ponerle la palabra “electo” refiere al actual, que poco ayudó en esta elección, y más “raro” aún es que no felicite a quien salió electo, se trata de un simple reconocimiento.
De todas maneras, el saludo del pueblo uruguayo si estuvo presente, y fue agradecido por el propio Arévalo, cuando el expresidente Mujica, y entre otras cosas expresó: «Desde el sur, en nombre de mis compatriotas, de mis compañeros, de luchadores sociales, de todos los que buscamos mitigar las diferencias que hay en materia de igualdad en nuestras sociedades, le quiero desear suerte y pedirle a su pueblo que lo apoye en este desenlace electoral”.
Al pueblo de Guatemala y a su presidente electo, ¡salú!!!
(*) Gabriela Cultelli, Lic. en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), escritora, columnista y co- Directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH)