Por Colectivo Mate Amargo (*)
Es muy importante que nuestros lectores tengan la información exacta y clara de los sucesos en Guatemala. Se trata de otra variante de desestabilización en la región.
Empecemos por el principio. Como es sabido en Guatemala y con más del 58% de los votos, se alzó el domingo 20 de este mes, otra presidencia progresista en la región. La primavera democrática que se sucedió a partir de 1944 y con una breve duración (1954), parece hoy intentar restablecerse tímidamente.
Dictadura tras dictadura se produjo un levantamiento popular que en junio de 1944 derrocó al militar dictador Ubico. A partir de octubre de ese mismo año se inicia todo un proceso de transformación democrática en Guatemala. Cambios constitucionales mediante y los gobiernos electos de José Arévalo Bermejo (padre del actual presidente electo) y del general Jacobo Arbenz Guzman, permitieron profundas transformaciones políticas y estructurales en conflicto con el imperialismo norteamericano y la oligarquía nativa. Así fue como 10 años después en 1954, se arma desde fuera (por la CIA) un ejército de mercenarios, que derroca al presidente electo Jacobo Arvenz. Allí, y junto a ese pueblo, peleó el Che Guevara, una de sus primeras grandes batallas.
69 años después, vuelve la esperanza y tanto las estratagemas jurídicas, como los intentos de asesinatos al actual presidente electo, no se hicieron esperar. Al menos fueron 2 los intentos de asesinato probados y denunciados. Pero desde julio pasado, un mes antes de la elección, viene sucediéndose un vergonzoso acto jurídico sin asidero legal, según declara hasta la propia OEA que ya es mucho decir: se trata de suspender al Movimiento Semilla.
El Movimiento Semilla es el que apoyó a la elección de presidente y vicepresidenta, de Bernardo Arevalo y Karen Herrera respectivamente.
El 12 de julio pasado el juez penal Fredy Orellana emitió una orden judicial para suspender al Movimiento Semilla, por supuestas firmas falsas durante su formación en 2018. La resolución queda detenida al amparo de la constitución que imposibilita tales actos en medio de un proceso electoral. Transcurrida la votación del 20 de agosto, el Registro Ciudadano acuerda con tal resolución del juez penal.
La suspensión definitiva no puede llevarse a cabo hasta que así lo considere el TSE (Tribunal Supremo Electoral), que lo definirá luego del nombramiento del presidente y la vicepresidenta electa el próximo 31 de octubre. Ese Tribunal ya reconoció a ambos en su jerarquía y de acuerdo a los resultados de la elección.
¿Qué puede suceder si el TSE confirma la suspensión del Movimiento Semilla? El presidente y la vicepresidenta quedarían en sus cargos, pero afectaría a los cargos electos en el parlamento (diputados) por el Movimiento Semilla. Dicho de otra manera, podría debilitarse tremendamente el gobierno electo. Ese es el objetivo buscado.
Decía la ex presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, en el saludo al presidente Arévalo la semana pasada:
“Hace 79 años fue electo Juan José Arévalo, cuyo gobierno fue blanco de varios intentos de golpe de estado… Hoy su hijo Bernardo Arévalo de León recibe el mandato de su pueblo de gobernar bajo las mismas sombras de fuerzas desestabilizadoras. ¡Felicidades Guatemala, ¡No bajen la guardia!”.
¿Será esta la primera parte de un golpe de Estado? ¿Qué forma podrá tomar esta vez? Toda América Latina tendrá que estar muy alerta a los acontecimientos venideros.
(*) Colectivo Mate Amargo: Colectivo integrado por las y los compañeros que construimos a diario este medio de comunicación alternativo.