”Día Internacional de la Mujer Indígena»”

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Por Lauro Meléndez(*)

Estamos a pocos días de conmemorar, en la antesala del Senado, Junto a Sandra Lazo esta fecha, con la actividad que aparece en el afiche.

Las diversas intervenciones están preparadas para que cada uno de los participantes pueda desarrollar la idea que entienda pertinente en estos momentos que vivimos, de convulsión, represión y ninguneo de las y los dirigentes de movimientos indígenas y pueblos originarios. En particular intentamos visibilizar la situación de la mujer y su presencia a lo largo de la historia, tanto en la resistencia, las luchas independentistas y los procesos aún inconclusos de acceso a diferentes derechos, entre ellos la identidad, la no discriminación y la participación plena en los procesos que les atañen.

Tendremos una mirada histórica de la presencia de las mujeres en las luchas por la independencia, escucharemos las voces de mujeres de dos asociaciones indígenas y la participación del delegado uruguayo ante el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), completando un panorama general de la situación de la mujer indígena por estos lares.

Lo hacemos en el Senado, porque entendemos que el tema lo amerita y porque debemos ocupar todos los espacios disponibles, continuando un debate inconcluso o casi inexistente pero necesario sobre la condición de la mujer indígena en toda nuestra América y en Uruguay en particular.

Como decíamos en el artículo anterior, fue en 1983 durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América, que se definió el 5 de setiembre como el día internacional de la mujer indígena, para centrar la atención en ellas, su historia, su situación y sus perspectivas.

Hemos hablado en ese artículo https://wp.me/pazslY-3VB de Bartolina Sisa, cuya muerte marca esta fecha y de Guyunusa, presa y en exilio forzoso con otros Charrúas por el Gobierno de Fructuoso Rivera en la naciente República.

Pero otras mujeres han sido reconocidas en los procesos de resistencia y liberación de nuestra América la pobre, vayamos a una breve reseña:

– Micaela Bastidas (1744–1781) Perú

Fue clave para el movimiento independentista peruano como asesora y estratega de su marido, el revolucionario Túpac Amaru II.

Micaela ayudó a involucrar a cientos de mujeres indígenas en la lucha contra la opresión del mandato español. Pasó a la historia por su inteligencia y valentía, pero también por su trágica muerte luego de ser torturada y ejecutada junto a Túpac Amaru II y a su hijo mayor.

A comienzos de 1781 los revolucionarios lograron sumar a los criollos y contaban con un ejército de siete mil hombres y mujeres que proclamaron a Túpac Amaru II emperador de América. Capturada Micaela le cortaron la lengua y la golpearon hasta la muerte. Su cuerpo fue desmembrado y sus partes enviadas a diferentes pueblos para mostrar las posibles consecuencias del alzamiento. Sin embargo, este hito marcó un precedente vital para el fortalecimiento de la causa independentista. Por eso, Micaela Bastidas es considerada una de las grandes heroínas de su patria.(1)

– Otro caso especial fue Juana Azurduy.

Es recordada como una de las “Libertadoras de Bolivia”, nació en 1780 en una familia mestiza del Alto Perú (hoy Bolivia). Se unió a los ejércitos populares cuando estalló la revolución independentista en mayo de 1809.

Juana colaboró activamente para organizar el escuadrón que sería conocido como Los Leales, el cual debía unirse a las tropas enviadas desde Buenos Aires para liberar el Alto Perú.

Mujer comprometida con la Revolución y la guerra contra los realistas en la región del Alto Perú, la figura de Juana Azurduy es interesante por muchas razones. No sólo porque ella representó la lucha armada de la población indígena y mestiza alto-peruana agobiada por siglos de expoliación colonial, sino también porque fue una mujer que se involucró en la causa independentista y tomó las armas contra los realistas en una sociedad que vedaba el acceso de las mujeres a la vida política. Pues en el corazón de Juana latían los ecos de las rebeliones andinas, que sacudieron al Virreinato del Perú a fines del siglo XVIII.

Juana comenzó a ser nombrada en los partes de guerra y su figura obtuvo brillo propio, pasando a ser conocida por sus contemporáneos.

El 25 de mayo de 1862, murió Juana Azurduy, fue enterrada en una fosa común y cien años después sus restos (o lo que se cree que fueron sus restos) fueron exhumados y depositados en un mausoleo que se construyó en su homenaje en la ciudad de Sucre.(2)

– Recordamos también a Melchora Cuenca nacida en Asunción del Paraguay e hija de Gaspar Cuenca y Martina Pañera. Su padre abastecía de víveres al campamento artiguista del Ayuí.

Era una mujer valiente, aguerrida y apasionada que llegó a ser lancera de Artigas tras su encuentro en Santa Fe en 1815.

El querido Nelson Caula define así a Melchora ¨Sus rasgos severos denotan su carácter de introvertida reciedumbre y avalan las deducciones de juncal belleza mestiza. Su piel, hecha a caminos, a soles, a intemperie, tenía, además el atezado de la génesis indígena.¨

También fue la valiente compañera de Artigas en su gloria, su derrota y su soledad. El velo de misterio que tiene esta historia forma parte de la leyenda, construida por silencios más que por las voces y en esto, tal vez radica su encanto. Ella forma parte de las luchadoras no reconocidas, las que hicieron patria y que no tienen estatua. Sólo su estatura y su audacia la convierten en mito.(3)

Aún no sabemos los datos que nos arrojará el censo nacional, para poder determinar algunos factores que nos indiquen la cantidad de población que se autoidentifica con ancestralidad indígena, cuales son su situación social y política, cuántas mujeres indígenas viven con necesidades básicas insatisfechas, los niveles de acceso a un salario digno y a la educación terciaria y universitaria, la educación. El acceso a la sociedad del conocimiento es la forma más acabada de una movilidad social ascendente, para ello hay que promover, como quería Artigas, una sociedad heterogénea, diversa, multicultural.

Por eso estas mujeres que vamos a reivindicar este 5 de setiembre representan no solo a las mujeres actuales que luchan por los derechos de todas y todos sino que vienen de la historia habiendo jugado un rol vital en el mantenimiento de la cultura, la relación con el ambiente en forma “sustentable”, en la lucha contra la desigualdad, las violencias sufridas por ser mujer e indígenas.

Como hemos dicho al comienzo el aporte de las mujeres indígenas en la historia de América nos permiten pensar en el logro de una sociedad más justa donde todas y todos tengamos nuestro lugar para poder desarrollar todas nuestras potencialidades con el objetivo, compartido con Artigas, de la construcción de la “pública felicidad”, espacios como éste son un lugar de lucha ni más ni menos que las calles, las plazas o las universidades. En esas causas nos encontraremos, siempre.

(*) Lauro Meléndez Cadiac es ex Vice Ministro de Desarrollo Social, ex Director de Salud en Cárceles (SAI-PPL-ASSE), Senador (s) (MPP – Frente Amplio)

NOTAS

(1) https://mujeresbacanas.com/tag/guerra-independencia/

(2) https://museohistoriconacional.cultura.gob.ar/noticia/juana-azurduy-la-revolucion-con-olor-a-jazmin

(3) https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/recursos-1/colaboraciones/19382-melchora-cuenca-semblanza-de-una-pionera-de-la-revolucion

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