Por Rolando W. Sasso(*)
Dice la voz popular que cada vez comienza antes la campaña electoral y parece que no le falta razón. Los dichos y hechos diarios denotan cierto nerviosismo en tiendas del oficialismo que contamina todos los espacios y arrastra a las demás fuerzas políticas a entrar en el juego para no quedarse calladas. Por aquello del que calla otorga.
Como se presentan las cosas, se prevé una intensa (por no decir dura) campaña electoral, donde la aspiración de la derecha a gobernar por cinco años más se traducirá en un “vale todo”. Está visto que van a ensuciar la cancha y en ese corral de ramas no deben entrar las fuerzas progresistas a riesgo de no poder salir más de la encerrona.
El Frente Amplio deberá desplegar sus banderas, sus propuestas programáticas y sin dejar de contestar los ataques y tergiversación de los acontecimientos, no bajar a los niveles del barro que muy probablemente tratarán de generalizar nuestros rivales.
Ya lo han dicho ellos mismos: con tal de que no gane el Frente tratarán de aliarse con quien sea y utilizarán las tácticas desesperadas del golpe bajo. Lo peor sería que se pusieran violentos como lo ha hecho la derecha tantas veces y en tantos lugares. La respuesta debería ser: no entrar en provocaciones en la medida de lo posible.
Habrá que cuidar a los militantes, a los que salgan de pintadas, de pegatinas, de volanteadas; no arriesgarlos a recibir una golpiza de las bandas de la derecha o a sufrir un arresto injustificado. Más vale prevenir que curar.
Lo importante para las fuerzas del pueblo sería lograr que todos aquellos que no son explotadores, junto a los trabajadores de todo pelo, se concienticen en votar bien, en votar por la esperanza, por otros quince años de crecimiento productivo y redistribución justa del PIB que se note en el consumo de los pobres.
Habrá que votar bien para que no sean necesarias las ollas populares, para que los niños no vuelvan a comer pasto, para que no siga entrando la droga en nuestra sociedad, para recuperar lo perdido en estos cinco años de gobierno herrerista y aliados. A votar bien por un Uruguay para todos, sin inequidades, sin injusticias, sin gente durmiendo en la calle, sin niños por debajo de la línea de pobreza, sin acomodos, sin ñoquis, sin beneficios extraordinarios para los “malla oro”.
La consigna debería ser “a ganar por la vuelta al gobierno del Frente Amplio” para lo cual solo se necesita que los pobres, los postergados de siempre, voten sin miedo, voten por sí mismos, con ganas, con fe, con esperanza, porque si sacamos cuentas somos muchos más que el 50% de los votantes.
Porque como ya se ha dicho hasta el cansancio: el país ha crecido, pero no ha distribuido el producto del trabajo de los uruguayos como debiera ser.
Entonces para dar vuelta la tortilla a votar por nosotros mismos.
(*) Rolando W. Sasso es fotógrafo, Periodista y escritor. Tiene en su haber varios libros de profunda investigación periodística sobre el accionar histórico del MLN-T