Movimientos sociales y la avanzada de la derecha

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POR SDENKA SAAVEDRA ALFARO (*)

Sin lugar a dudas aquel perogrullo de “divide y vencerás”, el axioma favorito para conquistar por la fuerza los recursos, que después de la Segunda Guerra Mundial EEUU influía en los países europeos para invadir naciones, hoy está más vigente que nunca, y no es tomado muy en serio por los líderes latinoamericanos, con excepción de Cuba, Venezuela o Nicaragua, ya que lo que está atravesando Bolivia es una muestra contundente de los verdaderos planes del imperio y sus huestes, de ver fragmentada la gran revolución democrática y cultural que surgió del pueblo, aquella que nace de las organizaciones y movimientos sociales, indígenas y campesinos.

Una vez más el imperio contraataca con la ayuda de la guerra mediática, tras los titulares de los medios hegemónicos de ultraderecha neoliberales como el del periódico El País, The New York Times, u otros medios o redes sociales, al calificar de una “guerra abierta” entre el expresidente Evo Morales y el mandatario en ejercicio Luis Arce Catacora, o de señalar que “continúa sin tregua la guerra”, después de lo acontecido en el congreso de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), el 20 de agosto, tras la división de esta organización con dos alas y dos dirigencias, y los siguientes hechos que se están suscitando mientras se escriben estas líneas.

Muchos autores, entre ellos Herbert Schiller, señalan que los mass media son instrumentos de la expansión imperialista, ya que están al servicio de los gobernantes, el poder político y el económico, pues las redes de intereses económicos determinan el funcionamiento de estos.

Y al mismo tiempo Noam Chomsky también nos habla del control de los medios de comunicación por los líderes, señalando que la manipulación mediática surge del interés de los grupos dominantes por conformar una conciencia colectiva, pues todo ello se ve reflejado en el control ejercido por las macroempresas de comunicación, que procuran mayor poderío sobre las masas, que necesitan ser cegadas y distraídas de la realidad.

Y al parecer no se equivocan, ya que si bien dentro el Movimiento Al Socialismo (MAS) existe una crisis interna, no se la puede calificar de “guerra”, utilizando para ello adjetivos calificativos que mellan la integridad de la hegemonía de los pueblos indígena originario campesinos, pues no se debe olvidar que el Movimiento Al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) emergió de la lucha, la resistencia y la consigna del pueblo, a través de la “revolución democrática cultural”, el “proceso de cambio”, que llevó a la creación y la refundación del país con la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia.

Y precisamente es esta lucha y construcción de nuevos paradigmas que en más de 17 años se han logrado y construido, al plantear la plurinacionalidad como instrumento revolucionario de transformación, al convertirse Bolivia no solo en un ejemplo, sino un referente para la conformación de una América Latina Plurinacional, y para todo país que lucha contra todo tipo de injerencias; es lo que debe primar y dejar de seguir el guión imperialista que sigue la derecha fascista para “balcanizar” Bolivia, ya que ese es su gran objetivo, y al parecer lo está consiguiendo con estas fricciones y luchas de poder entre las ya tildadas fracciones de “arcistas”, “evistas”.

Fomentar divisiones en Latinoamérica solo favorece a Estados Unidos, y de cara a las elecciones de 2025 no se puede estar cegado en estos momentos, pues se debe aprender de las experiencias pasadas, no solo de Bolivia, sino del resto del mundo cuando “balcanizaron” varios países, administrándolos directamente o bajo el celofán de una administración fiduciaria en favor del nuevo orden mundial, ya que no debemos olvidar que el plan más continuo de la América anglosajona es el de dividirnos como fragmentos económicos, sociales, políticos, estratégicos y culturales reservados para su dominación. Para ejercer a plenitud su hegemonía sobre el mundo, Estados Unidos necesita adueñarse casi en exclusiva de nuestros recursos naturales, nuestra fuerza laboral, nuestros Estados, ejércitos y creación cultural, en ese sentido el gobierno de los movimientos sociales no debe dejar bajo la sombra de la Doctrina Monroe su destino manifiesto.

(*) Sdenka Saavedra Alfaro. Escritora, Periodista, Profesora e Investigadora Boliviana, miembro de la Asociación de Investigadores en Comunicación y Educación para el Desarrollo (AICED)

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