Petro, Xiomara Castro y Diaz Canel en la ONU

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Por Colectivo Mate Amargo (*)

Gustavo Petro comenzó su discurso refiriendo a la injusticia pertrechada contra el pueblo cubano, al aprovechar los desmanes del ex presidente Duque de Colombia, e incorporarla al listado de países patrocinadores del terrorismo cuando lo que hacía era colaborar con la paz en su país y cumplir los acuerdos pactados en ese sentido, acuerdos que también pactaron con terceros países. Una estratagema indigna que permitió a EEUU establecer un bloqueo sobre otro bloqueo y limitar aún más las posibilidades de Cuba en el ámbito internacional financiero y comercial. Petro aseguró que el hecho se dio «solo porque había ayudado a hacer la paz en Colombia» y agregó que si Cuba cedía a entregar a los militantes del ELN «Se traicionaban los acuerdos previos firmados en forma de protocolos por los países de Colombia, Cuba y Noruega. Hoy mi gobierno negocia con esos mismos negociadores libres del ELN, la Paz» y tildó de traición a la palabra empeñada la acción de Ivan Duque, exigiendo como gobierno actual que EEUU retire a Cuba de esa lista negra.

Asimismo, recordó el golpe de Estado que hace 50 años se sucedió contra el pueblo de Chile y su presidente Salvador Allende, haciendo mención a su reciente viaje al hermano país para participar de estas conmemoraciones.

Su discurso magistral alertó sobre las crisis que resume en una sola “la crisis de la vida”, apostando por la convivencia y la paz mundial.

Por su parte Xiomara Castro, presidenta de Honduras, destacó sucintamente los logros alcanzados por el gobierno progresista que preside en Honduras, en distintos espacios transversales como la seguridad, la salud, el ambiente, la lucha contra la corrupción, la delincuencia, el narcotráfico. Dijo que “En el 2022, el anterior presidente de Honduras fue acusado por EE.UU. por conspirar y organizar durante una década el tráfico de miles de toneladas de droga, liderando una organización criminal que integró diferentes personajes del bajo mundo, autoridades del Estado, alcaldes, ministros, diputados, generales y jefes de policía, algunos ya condenados” y continuó afirmando que “Estos asaltantes que secuestraron el Estado, hoy conspiran contra mi gobierno, organizados en una alianza de políticos corruptos y de supuesta sociedad civil, con el objetivo de detener las propuestas de cambios estructurales que el pueblo me ordenó en las urnas”.

La mandataria se expresó en contra de los bloqueos a Cuba y Venezuela y toda medida coercitiva de países hegemónicos. Agregó que “No podemos hablar de un mundo civilizado cuando vivimos expuestos a ser embargados y que nuestras reservas sean congeladas en bancos extranjeros como le ocurre actualmente a Venezuela, a quien se le confiscaron bienes violando todas las normas del derecho internacional”

“La práctica nos enseña que la aplicación del capitalismo global y el modelo neoliberal solo genera miseria, desigualdad y un individualismo demencial de sociedades de consumo frente a las grandes privaciones de miles de millones de seres humanos” señaló.

Cuba alzó su voz por todas y todos nosotros. En artículo de Graciela Ramírez (Cuba en Resumen 20/9/2023), podemos leer “Cuba propone al más alto nivel, con enorme fuerza moral y ética, en nombre de los excluidos y humillados, de ese 80 por ciento de la población mundial, un verdadero cambio, profundo y necesario.” Las palabras con que iniciara su discurso el Presidente cubano Diaz Canel, dan cuenta de ello: “Traigo a esta Asamblea la voz del Sur, la de los explotados y los vilipendiados, como se le oyó decir al Che Guevara en esta misma Sala hace casi 60 años”.

Hablo por su pueblo bloqueado y asediado por el imperio del norte, y en su calidad de presidente pro témpore del grupo de los 77 + China, sobre los cuales y en su nombre expresó: “Nos unió la necesidad de cambiar lo que no ha sido resuelto y la condición de víctimas principales de la actual crisis multidimensional global, del abusivo intercambio desigual, de la brecha científica y tecnológica y de la degradación del medio ambiente.

Pero también nos une, desde hace más de medio siglo, el desafío ineludible y la determinación de transformar el orden internacional actual que, además de excluyente e irracional, es insostenible para el planeta e inviable para el bienestar de todos.

Los países representados en el G77 y China, donde vive el 80% de la población mundial, no solo tenemos el reto del desarrollo, sino también la responsabilidad de modificar las estructuras que nos marginan del progreso global y convierten a muchos pueblos del Sur en laboratorios de renovadas formas de dominación. Urge un nuevo y más justo contrato global.”

(*) Colectivo Mate Amargo es un Colectivo integrado por las y los compañeros que construimos a diario este medio de comunicación alternativo.

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