Las divisas

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Por Rolando W. Sasso(*)

Ilustración: Jorge Fuentes(**)

Mientras la campaña electoral está cada vez más instalada en el acontecer nacional, surgen pequeñas zancadillas tiradas como al pasar o breves empujones que tratan de desestabilizar competidores en ciertas internas. A veces parece que hubiera muchos jugadores para el mismo trompo, especialmente en los departamentos del interior, la carrera se da en una interna de sonrisas cuando hay cámaras y dientes apretados cuando nadie ve la cáscara de banana recién arrojada. 

Hay que tener paciencia y esperar la revancha.

El gran paraguas con el que se cubren todos los partidos y candidatos de la derecha, (todo con tal que no gane el Frente) parece estar algo averiado por las apetencias personales. Entonces quedan al descubierto los acomodos y corruptelas de gran porte o de poca monta. Las cuchilladas son virtuales o con micrófono de por medio, pero duelen tanto como los votos que se puedan perder.

Es cosa curiosa, anteriormente las disputas eran entre colorados y blancos, se llegaron a hacer revoluciones con lanzas y sables, reclutando al barrer y diezmando las reses para alimentar los ejércitos. El odio que generaron las divisas parecía que no tendría fin, las familias de uno y otro color usaban cualquier pretexto para enfrentarse con los perversos enemigos y muchas veces terminaban con los facones manchados de sangre o las familias partidas en dos. Pero ahora las disputas son contra el Frente Amplio, no se sabe concretamente por qué, lo cierto es que sin argumentos políticos o ideológicos se juntan para hacerle frente a la bandera de Otorgués (roja, azul y blanca). Las divisas ahora son otras, aunque acumulan odios irracionales que ocultan intereses económicos muchas veces inconfesables.

Claro que, llegados los tiempos electorales, los personalismos cuentan y definen: que yo hice más obras que vos, que vos tenés más corruptos que yo, que vamos a ver quién junta más votos…Hay que asegurarse un puestito y para eso hay que colocarse entre los lugares de arriba en la lista, cosa que si no salgo electo me puedan dar un cargo político donde poder pasar los cinco años hasta que venga otra oportunidad.

Así surgen planteos demagógicos como el aumento de sueldos a determinados sectores de la sociedad, o leyes que de alguna u otra forma beneficien un segmento del electorado. Se presiona hasta cierto punto y luego se argumenta que no alcanzan los votos, quedando el sector como el Quijote que pelea por los derechos de los necesitados y lo seguirá haciendo si se le suman los votos.

Lo cierto es que a los sonados casos de Marset, Astesiano, la CARU, Salto Grande y acomodos en varias Intendencias, se agregan -casi a diario- corruptelas de distinto monto, como la reparación de la ambulancia de ASSE de Salto, que nadie pagó. Y no hablemos de las denuncias por delitos sexuales que surgen como hongos en primavera.

Para que no vuelva a suceder tanto descontrol, tanto delito al que se le hace la vista gorda, ya sabemos qué hacer cuando nos paremos frente la urna.

 

(*) Rolando Sasso es Fotógrafo, Periodista y Escritor. Tiene en su haber varios libros de profunda investigación periodística sobre el accionar histórico del MLN-T

(**) Jorge Fuentes es Ilustrador y caricaturista. Ha colaborado con medios nacionales e internacionales

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