Niñas que “vuelan” con Alas Rojas

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Por Colectivo Mate Amargo(*)

Allí, orillando el Río de la Plata, sobre la rambla República de Francia, donde empieza o termina el histórico Barrio de la Aduana y pegadita a la no menos centenaria cancha del Guruyú, denominación original del barrio que le dio identidad…está emplazada la cancha y la sede del Club Alas Rojas, en un predio en comodato con la Intendencia de Montevideo.

A la vuelta, los imponentes edificios del Club Neptuno y el Hotel Nacional forman parte de esta postal montevideana de la Escollera y el Puerto.

Por el Club Alas Rojas han pasado, tras una globa, al menos tres generaciones de vecinos de la Ciudad Vieja.

Si se quiere una prueba de como una institución social se enraíza en su comunidad, se puede tomar como referencia la altísima votación obtenida (cerca de 2 mil votos) en el Presupuesto Participativo que le permitió la colocación del césped sintético.

La sede se ubica en la prolija construcción de una serie de contenedores que ofician de vestuarios, cantina, pieza de trofeos y reuniones de su Directiva.

Desde hace unos años, una de las integrantes de la Directiva y entrenadora asumió el desafío de promover el Futbol Infantil Femenino, y de ésta apuesta que desafió los estándares deportivos y culturales es que vinimos a hablar.

Rosario Montemuiño es la secretaria del Club; trabajó en ventas en una empresa importadora, es madre de 3 varones y 3 mujeres (sus hijos integraron planteles mixtos de fútbol), abuela de 4 niñas, 4 niños y uno en camino, técnica de baby fútbol desde hace 15 años y desde 2017 es formadora de planteles femeninos en el Club y presidenta de planteles femeninos en Liga Palermo.

Es integrante del cuerpo técnico de la Selección Femenina de Palermo

Contáme un poco ¿cómo nace el club y en qué momento definen impulsar el fútbol femenino infantil?

Nosotros estamos desde 1964, la idea nació de un vecino, el señor Moreira, que siempre andaba con los chiquilines que jugaban en la calle. Como era una cuestión diaria, un día se le ocurrió juntarlos y empezar a participar, con el tiempo, disputando partidos, se hizo la camiseta, y con el tiempo nos incluimos en la Liga Palermo que hoy en día está conformada por 27 clubes.

Acá siempre se le dio cabida a una particularidad rara en esa época, y era alguna nena que quería jugar, era muy esporádico, entonces participaba con los varones.

Yo, que soy vecina de la zona me sumé al Club hace ya 10 años, y hace ya unos añitos las chiquilinas me decían: “¿por qué nosotros no podemos estar?, pero eran poquitas.

Les dije que no había problema y me hacía cargo pero, claro, al hablar con los padres había una cierta reticencia.

Arrancamos con 5 niñas, integrábamos algún varón para poder lograr como un cuadro para que ellas estuvieran en movimiento y logramos que fuera casi totalmente femenino. Otras chiquilinas, al ver que realmente se estaba dando femenino, empezaron a ingresar.

Pedí en la Liga para armar femenino, un proceso que me costó cinco años, pero no había caso.

Encontraste resistencia

Sí, no había caso, pero seguí insistiendo y al cuarto año yo dije que como tenía formada una categoría, las niñas querían jugar, necesitaba que participarán, entonces pedí autorización para ir a otra liga que sí tenía femenino; el pedido fue autorizado y ellas jugaron un año en la Liga Parque que hoy está disuelta.

¿Hablando de niñas, cuál es el rango de edades que cubren las categorías?

Las categorías de las niñas son distintas a la de los varones, porque los varones es en forma individual por año, en cambio, las niñas son cada tres años, si bien yo estaba hablando de la categoría sub 13 porque era la más grande.

Luego empezaron a venir chiquilinas chicas, y al quinto año de estar en esto, vino

un cuadro que dijo que estaba también con esa idea. Ese año participamos cuatro clubes de nuestra Liga.

Seguimos batallando, siempre seguimos metiendo fuerza y hoy somos 11 clubes que estamos participando y también ya en dos categorías, categorías sub 13 y categorías sub 11, y yo tengo interés en que salga la sub 9 y la sub 16.

¿Cedieron un poco las resistencias?

Cuesta, porque el tema es que no todos los clubes tienen la mirada de proyección a futuro. En realidad la mirada que tienen es competitiva.

Yo siempre digo que las chiquilinas están para competir y para ganar como cualquier varón, pero el problema es que hay una gran diferencia, puesto que el fútbol masculino tiene muchos años, entonces hay que meterle a ellas la idea de que pueden y no importa lo que digan, porque al principio venían, pero venían medias temerosas y decían, “yo quiero jugar, pero viste en la escuela, a mí me dicen que no”.

Bueno, todo ese tipo de cosas, una idea machista que indudablemente viene en la sociedad y entonces los clubes en realidad aceptan competir en femenino cuando ven que tienen un grupo que es competitivo. Este año, en la Liga, había cuatro cuadros más que iban a instalarse con femenino, finalmente no se atrevieron por aquello de que no quiero ir y perder.

Pero este año ya te digo, tenemos competencia en dos categorías. Hay más variedad porque hay más clubes, entonces hacemos apertura, clausura, intermedio, las chiquilinas están muy entusiasmadas y los padres apoyan mucho. Sobre todo los padres, no sé si por temor de que es la nena, pero son como más perseverantes. A los varones, cuando ya llegan a la mitad de la etapa, vas viendo que los padres como que ya los están dejando venir solitos.

Entonces yo digo que de todo punto de vista es muy importante, primero por el tema de darle igualdad de oportunidades a las gurisas que a los varones, que vean que ellas pueden y que pueden igual, tal es así que muchas veces han competido contra las categorías de los varones y a veces los varones vienen con cierta soberbia y se llevan flor de sorpresa, no lo pueden creer.

Contáme de las cuestiones culturales, porque uno a veces ha podido percibir, en el fútbol infantil, esa cuestión del padre que quiere ver a un futuro Maradona ahí en la cancha; ¿Qué pasa con las niñas?

Lo mismo, si bien al principio tienen una cierta reticencia, luego ya se las ve como estrellas y más que ahora se está impulsando en el mundo el tema del fútbol femenino. Ya la están viendo como una Marta, como una Mega.

¿Alguna de las gurisas que pasó este proceso, ha terminado en otros Clubes?

Oriana Fontan está en la Selección Uruguaya, participando en Nacional, nombrada la goleadora de la categoría; Manuela Cabrera arquera y Antonella Porollo en Wanderers;

Francesca Ferrari y Martina Cappo en Liverpool; y Mariana Alsogaray en Peñarol son algunas de las que recuerdo.

Hoy tenemos nuestra Selección Femenina de la Liga Palermo y competimos con las otras ligas de Montevideo. Era el primer año, por lo tanto era una sorpresa absoluta y salimos campeonas, luego participamos en el nacional y salimos terceras.

El inicio siempre es un poco temeroso, pero van ganando confianza lo cual es importante no solamente en el área competitiva, sino en el área personal, se encuentran con una fortaleza y después ya no les da temor ni vergüenza, porque saben que son parte del espectáculo. Entonces, digo, es muy importante para la formación de ellas como personas, como todo deporte.

¿Vos me decías que tienen un gran apoyo de los padres, pero qué pasa con el contexto social de las familias, el tema de los estudios?

Bueno, es como toda la niñez de hoy en día, tenés las chiquilinas que no todas vienen de una familia conformada. Hay muchas monoparentales, algunas niñas a cargo de sus abuelos, algunas chiquilinas están casi todo el día solas, pero acá se sienten con un apoyo, entonces muchas veces vienen antes de la hora, porque saben que siempre hay una “oreja”. Igual se hace con los varones, porque nosotros tenemos muchísimos acá, que tienen distintas problemáticas sociales, por eso persisten en la asistencia.

¿Y el club, a nivel de la comunidad, como está visto?

Tenemos un gran apoyo del barrio, por eso participamos del Presupuesto Participativo, porque teníamos la pretensión de tener una cancha que le fuera más favorable, que permitiera la práctica para mayor perfección en el aprendizaje, porque te evita tantas caídas y lastimaduras, le da más confianza a los chiquilines. Y bueno, entonces se empezó a desparramar por todo el barrio que nos queríamos presentar para darle un mayor realce a la cancha, una mayor seguridad a los chiquilines, un mayor confort.

Fuimos apoyados y fue la propuesta que llevó más cantidad de gente, más de 1800 votos. Y de ahí se logró después, de a poco, juntar más plata para poder concretar el sueño, los vecinos siempre nos están apoyando.

(*) Colectivo Mate Amargo es un Colectivo integrado por las y los compañeros que construimos a diario este medio de comunicación alternativo.

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