Una mente abierta en una Frente Amplia. Mateada lúdica e intertemporal

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Por Lauro Meléndez(*)

Llega ese momento, entre dos luces, en donde cae la tarde dándole lugar a la noche en donde los fogones se tornan imprescindibles pa juntarnos con el mate, la conversa y dejar volar la imaginación. Un mundo mejor, de ”pública felicidad”, estamos con Joaquín, el Caciquillo y Juana, una de la lanceras, esperando a Del Monte, que anda con sus cosas, que algún día sabremos cuales son.

José.- Todo lo que conversamos quedará registrado, no es falta de confianza sino poder demostrar que las cosas se hicieran como habíamos acordado. 

Joaquín.- Acá podemos decir que vos representás los sueños del pueblo, la gente te ve como un conductor en la búsqueda de esa libertad que todas y todos esperan.

José.- Y por lo que leo de lo que me llegó de Montevideo, no somos los únicos que tenemos la libertad, la igualdad y la solidaridad como valores que nos guían.

Caciquillo.- Eso es lo que hace que la gente te siga, pa’ nosotros sos uno de los nuestros y pa’ los demás también, nadie estaba obligado a seguirte ni a acampar contigo, todos saben a donde vamos y nos acompañan.

José.- Cada tanto tiempo hay cosas que vuelven a ocurrir, cuando hablamos de “peores americanos” nos referimos a la gente que es de acá pero poco le importan los otros de acá, los que viven con ellos, pero no como ellos. 

Joaquín.- Escuchen lo que estoy leyendo, allá están hablando de reconocimiento y ejercicio de derechos políticos. Cada individuo es autónomo aunque nos guste y queramos vivir en comunidad, juntarnos para distribuir las tareas según lo que pueda o sepa hacer cada quien, no importa si es mujer u hombre.

Caciquillo.- Tenemos claro que nuestras diferencias son sobre lo que pensamos, como dice la carta. No hay diferencias ni discriminaciones, ya sean de clase, étnico-raciales, discapacidades, territoriales.

Del Monte.- Comparto eso de la igualdad, de la inclusión, es lo que planteás de ser ilustrados y valientes José, todos estamos de acuerdo.

Todos.- De acuerdo y no hablamos solo por nosotros. 

Juana.- Queremos estar sanos, cuidarnos entre todos y ayudar a quien lo necesite, eso está en la carta.

Joaquín.- (Deja de leer y levanta la mirada) Está sí, también algo de desarrollar acciones que se apliquen. Políticas de bienestar, universales e integradoras de las diversidades. Cada provincia de esto que decimos Liga Federal o los pueblos libres, es hacer las cosas juntos aunque no seamos iguales, ni donde importe el lugar donde desarrollamos nuestras actividades, eso hay que respetarlo, distribuir entre quienes más precisen, eso lo dicen ahí clarito. 

Juana.- Yo también quiero para nosotras un nuevo proyecto que nos una para el desarrollo de los pueblos, pero debe ser pensado también con nosotras.

Caciquillo.- Ya lo dijo clarito “Todas las provincias tienen igual dignidad e iguales derechos», la independencia -según aparece en esta carta que nos mandan desde Montevideo- debe ser pensada en un mundo que cambió, más interconectado e interdependiente que en el que estamos viviendo, pero la idea de federación que nosotros postulamos sigue siendo vital para mantener las soberanías, permitir el intercambio cultural en esa diversidad tan rica que tiene la Patria Grande.

José.- Cuando se me acercaron las viudas al campamento les dije “un mundo entero me sigue, retardan mis marchas, y yo me veré cada día más lleno de obstáculos para obrar, les será imposible seguirnos; llegarán casos que nos veamos precisados a no poderlas escoltar; y será muy peor verse desamparadas en unos parajes que nadie podrá valerlas”, pero viéndoles la determinación en los ojos, con la inteligencia de lo conversado con sus más cercanos, negros indios y gauchos pobres más alguna de las lanceras que le hablaba al oído, dijo contundentemente “pero si no se convencen por estas razones, déjelas usted que obren como gusten”. 

Del Monte.- Perdonen por la tardanza pero otros problemas me llevaron su tiempo, estoy -como dice usté José- porque la necesidad de nuestra gente debe hacer que nos movamos rápido y con quienes nos acompañen, nada ni nadie nos debe demorar.

Caciquillo.- No solo las urgencias de la gente nos deben guiar, sino que tenemos que empezar por quienes menos tienen, los más infelices y castigados, ellos deben ser el objetivo de nuestras acciones, sobre todo al principio.

Joaquín.- José, en tus palabras siempre mencionás que debemos juntarnos, hacer en colectivo todo aquello que necesitamos, la vivienda, la educación, cuidarnos siempre, siento la necesidad de hacer las cosas por nosotros mismos y si no nos dan las fuerzas recurrir a nuestros amigo de la causa de la liberación de la Patria Grande. 

José.- Tenés razón Joaquín, por eso dijimos que deben ser los orientales tan ilustrados como valientes, de la valentía nunca dudamos pero de las posibilidades de acceder al conocimiento, a la educación, deben ser una preocupación colectiva, acá dice que lo importante es que todas y todos puedan tener las mismas oportunidades, esa es la clave.

Todos.- Si, es esa, y que aquellos que quieran impedirlo: «Tiemblen los tiranos de haber excitado nuestro enojo».

José.- Arrancan de nuevo, en ese futuro que conversa con nosotros, los tiempos de esperanza, los tiempos de la gente, que no exista quién nos traicione como a ustedes en “Salsipuedes… aquel 11 de abril​ de 1831… por parte de tropas gubernamentales uruguayas al mando del presidente Fructuoso Rivera”.(1) Debemos estar con más fuerza que nunca para reconstruir la confianza, la unidad y allí seguro que, como plantean en la carta, “la victoria será nuestra”.

Por los presentes, el escribiente 

 

(*) Lauro Meléndez Cadiac ex Vice Ministro de Desarrollo Social, ex Director de Salud en Cárceles (SAI-PPL-ASSE), Senador (s) (MPP – Frente Amplio)

 

Notas

(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Matanza_del_Salsipuedes#:~:text=Se%20conoce%20como%20Matanza%20del,Comandancia%20en%20Jefe%20del%20Ej%C3%A9rcito

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