Mujeres y memoria vicaria: Activismo de la fotorreportera española Eva Máñez

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Por Maribel Acosta Damas (*)

 

Eva Máñez es la nieta del último alcalde republicano de la localidad valenciana de Paterna. Por esos “azares concurrentes” en 2016 comenzó el registro fotográfico de las exhumaciones de los fusilados y desaparecidos durante el franquismo en el cementerio Valenciano de Paterna. Su vida dio un vuelco.

Al amparo de la Ley de Memoria Democrática, aprobada después de muchas luchas sociales, comenzaron en España las exhumaciones de aquellos que no tenían nombre, ni losa de descanso, ni lugar en el mundo… Solo cuerpos en fosas comunes cuya memoria se negaron a sepultar sus familiares y todo un pueblo, que siguió buscándolos. Y sobre todo, las mujeres, que guardaron celosamente por varias generaciones, los detalles que permitieron localizarlos. Y sobre todo, guardaron la memoria de la fuerza de la sobrevivencia al tiempo.

Entonces Eva Máñez hace una lectura de género a la memoria. Anclada en Paterna, donde fueron fusiladas más de 2 mil personas de todo el país valenciano fundamentalmente, empezó a contar sobre aquel sitio del horror.

El encuentro esta vez es en Valencia, España. Eva sigue en la lucha colectiva de las mujeres y la memoria, cámara al hombro, ojos en el porvenir.

Mi trabajo se pregunta, no tanto por los fusilados, sino por las que se quedan, por todas esas mujeres que tuvieron que tirar para adelante para proteger a sus familias de más dolor y escarnio. Para mí la pregunta es: ¿Cómo hicieron para seguir adelante las que se quedaron? Ellas venían de una sociedad muy progresista que era la República y tuvieron que quedarse durante cuarenta años en una dictadura nacional católica que condicionaba la moral de las mujeres. Y ellas eran castigadas por ser rojas y carentes de moral. Les rapaban el pelo, les hacían tomar aceite de ricino, las violaban, las despojaban de sus propiedades, les quitaban a los hijos, las obligaban a limpiar las iglesias o los cuarteles, no les permitían trabajos dignos. Ellas tenían doble estigma: el de ser mujeres en sí mismas y el de la represión afiliativa por ser madres, esposas o hijas de republicanos.”

Resultado de su trabajo documental y del contacto con estas mujeres, nace la exposición y el libro “PATERNA: EL PAREDÓN DE ESPAÑA “; las mujeres herederas de la memoria de los fusilados por el franquismo. Inaugurada en Castellón en 2021, luego se presenta en La Habana en 2022 y continúa hoy su recorrido por distintos espacios y pueblos de la comunidad valenciana.

 

El cementerio de Paterna, llamado el ‘Paredón de España’, es considerado por los especialistas en memoria histórica como un rincón del horror. Desde abril de 1939 hasta 1957, más de 2.238 mil personas fueron fusiladas por el franquismo sobre un muro que todavía está en pie.

Estas mujeres con las que tuve contacto, me cuentan la historia de su madre, de su abuela o de su bisabuela, de esas mujeres enlutadas que apretaron los dientes y tiraron para delante para sobrevivir al horror y preservar a sus hijos e hijas. Para muchas de ellas era la primera vez que hablaban de sus abuelas o la primera vez que veían que había algo heroico en lo que hicieron, porque los hombres -incluso los fusilados- tenían un reconocimiento heroico, pero yo estoy defendiendo buscar la épica de las mujeres, historias feministas que cuenten las cosas – trascendentes y heroicas que hicieron las mujeres.”

La muestra está dividida en dos partes: la primera recoge en imágenes los procesos de exhumación y de recuperación de los restos óseos. La segunda reúne los retratos y testimonios de 80 mujeres, en una pieza de papel de 18 metros que, suspendida en la pared nos muestra la intimidad de estas historias femeninas de silencios y búsquedas.

Representa la memoria viva de varias generaciones de mujeres que sirven de interacción entre la memoria individual y la memoria colectiva. Hijas, nietas y biznietas de fusilados y desaparecidos de diferentes lugares de España que encontraron en Paterna una bala y la fosa común. Historias de silencios y búsqueda que ahora reclaman verdad, justicia y reparación.

Al acto que hicimos en San Miguel de los Reyes en Valencia, antigua cárcel franquista que hoy es un gran centro cultural, todas esas mujeres vinieron y significó revertir la historia, ocupar el espacio simbólico de cárcel y represión (mi abuelo incluso estuvo encarcelado allí) y convertirlo en espacio de mujeres empoderadas reivindicando una mirada feminista de izquierda de la historia.”

Creo que es muy importante empezar a hacer una mitología de los afectos y reconocer la importancia de estas pequeñas cosas y de las mujeres como protagonistas. El libro también está teniendo muy buen recorrido y es muy valioso porque están las historias de las mujeres. Hay un relato de la familia Migoya, que es una mujer que fue fusilada (fueron 20 mujeres fusiladas de los más de 2mil que están en el cementerio de Paterna); me reuní con varios de los nietos y cuando vi, no había un relato completo de esta mujer: cada quien tenía un trocito. Y es que así es, muchas de ellas ni siquiera tienen un relato completo. Hay que construirlo como parte de la búsqueda de la memoria. “

Defiendo, por tanto, la memoria vicaria, que es esta memoria que estamos viviendo en España de segundas y terceras generaciones. Es decir, quizá yo no conocí a mi abuelo o a mi abuela, pero tengo la necesidad de hacer mía su memoria para poder construir futuro. Hay una primera generación que es la de la represión; una segunda generación que es la del silencio, la de no te signifiques, no digas nada, no cuentes nada. Es la generación que vivió con mucho miedo porque es la de la dictadura. Y hay una tercera generación que es la nacimos en el posfranquismo, que necesitamos saber y necesitamos concluir las historias de nuestras familias y sacarlas de los cajones. Es lo que llamo memoria vicaria.”

Siempre digo que cuando hablamos de memoria estamos hablando de futuro porque si queremos construir una sociedad realmente democrática y de avanzada, necesitamos saber lo que pasó y hacer memoria. Si tenemos huecos, mentiras e impunidad no avanzaremos como sociedad, no habrá futuro.”

(*) Maribel Acosta Damas, Dra. en Ciencias de la Comunicación Social, Periodista cubana y docente de la Universidad de La Habana, trabaja y colabora con varios medios de su país y de otros países.

 

 

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