Por Andrés Correa (*)
Argentina asiste a una elección presidencial bajo una dura confrontación entre sectores económicos, políticos e ideológicos antinacionales y dominantes contra un modelo de desarrollo popular, nacional y democrático.
A 10 días de las elecciones presidenciales un clima desestabilizador y violento se ha instalado.
Desde aquel episodio que protagonizó Javier Milei : “¿Sabes qué, Larreta? Como el zurdo de mierda que sos, a un liberal no le podés ni lustrar los zapatos, sorete. Te puedo aplastar aún en silla de ruedas, a ver si lo entendés” Al mensaje de Ricardo Lopez Murphy en la red X: Ellos o nosotros
Sumado al clímax logrado por un hombre que gatilló dos veces un arma de fuego sobre la cabeza de la vicepresidenta Cristina Fernández (CFK) y la posterior editorial de Clarín “La bala que no salió y el fallo que sí saldrá” en tanto que la candidata presidencial por Juntos por el Cambio, Patricia Bullrrich sostiene casi cómo su único eje de campaña “terminar con el kirchnerismo de verdad y para siempre”.
No deja de sorprender el éxito de la manipulación mediática capaz de generar temor e incertidumbre en una sociedad preparada, desde la dictadura hasta acá, para sentir pánico, inmersos en la cultura del “no te metás”.
Democracia limitada y domesticada SA
El candidato de la Libertad Avanza, Milei aseguró que un dólar más alto beneficia su plan de dolarización. Recomendó a los argentinos irse a la divisa extranjera, en el marco de la crisis cambiaria que atraviesa el país en una entrevista en Radio Mitre dejó como consejo ante el vencimiento de un plazo fijo en pesos; “Jamás en pesos, jamás en pesos. El peso es la moneda que emite el político argentino, por ende no puede valer ni excremento, porque esas basuras no sirven ni para abono”.
Las declaraciones de Milei a la prensa son acompañadas por un ejército de trolls que inundan las redes, apoyados por el youtuber financiero Ramiro Marra devenido en candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que vía la red social X se suma con declaraciones públicas como: “siempre dije que el que ahorra en pesos es un boludo”.
El dólar llegó a mil pesos, el riesgo de la hiperinflación está mas latente que nunca.
Milei y compañía para dolarizar necesitan pulverizar el salario, producto de la escasez de dólares que hoy tienen las reservas del Banco Central (BCRA) además Milei redobla la apuesta y busca generar un problema que Argentina no lo tiene, que es la liquidez del sistema bancario, entonces aplica una jugada de manual “literal” dice Milton Friedman:
«Solo una crisis, real o percibida como real, produce un cambio de hecho. Cuando esa crisis ocurre, las acciones dependen de ideas que están disponibles en ese momento. Creo que esa es nuestra principal misión, desarrollar alternativas a las políticas vigentes, mantenerlas con vida y disponibles hasta que lo políticamente imposible se convierta en políticamente inevitable».
Actitudes
Bajo la presidencia de Alberto Fernández se dilapidó buena parte de las reservas del BCRA, más allá y más acá del contexto de pandemia, guerra y sequía. Que hoy exista margen para especulaciones financieras en buena parte es producto de las políticas económicas del actual gobierno.
Javier Milei y Ramiro Marra fueron denunciados, ante la Justicia, por infundir temor público.
Los grupos más concentrados del poder económico, dirigentes políticos antinacionales y los medios de comunicación que amplifican las voces de dichos actores se niegan a recuperar el valor de los salarios al nivel del 2015 y buscan poner fin a los derechos del trabajo.
Los medios de comunicación difunden el prejuicio el racismo y la xenofobia más espontáneo, con la lógica del “decir de la calle”, sin la responsabilidad por explicar, por informar adecuadamente mucho menos por promover a la reflexión en el marco de las circunstancias conflictivas, críticas y las contradicciones que hay en la sociedad.
Esta práctica de salvajismo político diario, con desinformación, noticias falsas y discriminación, consiste en la gestación permanente de mensajes conformadores de un sentido común general.
Desde 1976, la opinión pública se nutre con un fuerte perfil antipolítica, desacreditadora del Estado democrático, interventor y regulador en la lucha de los intereses sociales.
A 40 años de democracia en Argentina los debates presidenciales, aún con las mejor de las intenciones no permiten un debate franco de proyecto de país.
Será necesario para una nueva etapa democrática, nacional y popular en una realidad de conflictos habituales tender puentes en un gran arco de expresiones populares, generar confianzas e interactuar en el marco de la comunidad.
(*) Andres Correa, Periodista argentino-uruguayo, director y conductor principal del Programa Radial «De Fogón en Fogón»