Por COMISIÓN DE APOYO AL PUEBLO PALESTINA (Uruguay)
Christian Mirza (*)
Lamentamos mucho las muertes; la violencia genera más violencia, pero lo que viene aconteciendo en esa región del planeta no es resultado de los malos humores. La “invasión” a Israel por parte de Hamas se explica de una manera simple; se trata de la lucha por la libertad y autodeterminación del pueblo palestino; se puede estar en desacuerdo con los medios utilizados, pero no cabe duda acerca del objetivo. Durante más de siete décadas los palestinos y palestinas vienen sufriendo la opresión y la violación sistemática de sus derechos humanos más básicos. Muerte y destrucción es lo que ha generado el régimen israelí, su objetivo indisimulado es la cancelación y eliminación del pueblo palestino. Reiteramos, es lamentable la violencia, pero no hay unas vidas que valgan más que otras.
Los cuerpos de los civiles muertos en las calles nos interpelan, son visibles y expuestos como producto de la barbarie desatada, sin embargo, el horror y la barbarie desencadenadas por el régimen israelí, se invisibilizan. Los cuerpos de los palestinos y palestinas asesinadas yacen enterrados bajo toneladas de escombros; solo desde el año 2008 a la fecha se contabilizan oficialmente en más de 6.000 víctimas del terror sionista. El avance sostenido, programado e ininterrumpido de la colonización desplaza a la población palestina, cada vez más sitiada y cada vez más acorralada. Los datos son irrefutables: decenas de puestos de control, el aberrante Muro de la Vergüenza, el control del suministro de energía eléctrica y de agua por parte del Estado de Israel, el bloqueo de Gaza, la expulsión de los palestinos de sus propias tierras iniciado hace largo tiempo, y finalmente, el aniquilamiento de la identidad palestina que resulta ser el objetivo final de Israel que -por otra parte- ha desconocido todas las resoluciones de la ONU. La resistencia a la opresión permanente es consagrada como derecho en el cuerpo normativo internacional, no obstante, las potencias occidentales lo omiten para el pueblo palestino, mientras lo reconocen en otras latitudes. Los medios de comunicación reproducen con insistencia la categorización de ¨terrorista¨, de modo que se impugne por ilegítima la resistencia palestina, mientras millones lloran las muertes israelíes, otros millones celebran las acciones inéditas de Hamas. ¿Será que estos millones son todos terroristas o desalmados? ¿Son estos millones de personas mentalmente insanas o atrapadas por el odio? Y, del otro lado ¿cuánto odio acumulado hacia los palestinos justifica el deseo explícitamente declarado -incluso por parte de autoridades israelíes- de eliminar al pueblo palestino? Evidentemente, las perspectivas son radicalmente diferentes.
La intervención armada del 7 de octubre es inédita, ciertamente la fortaleza inexpugnable ha sido vulnerada; lo cual produjo la ira del opresor, no solamente por las muertes, sino y particularmente, porque exhibió la fragilidad de un orden impuesto a sangre y fuego.
En Latinoamérica las luchas por la independencia no fueron pacíficas, toda vez que el opresor quiso mantener su dominio colonialista. Solo un auténtico proceso de negociación que culmine reconociendo y garantizando los derechos del pueblo palestino en toda su plenitud, podrá conducir a una paz justa y duradera para todos. Se lo merecen dos pueblos hermanos.
Montevideo, 9 de octubre de 2023
(*) Christian Mirza, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de la República.