Por economiapolitica.uy (*)
Dibujo del Prof. Adán Iglesias Toledo (**)
Los ingresos totales del gobierno, que aumentaban producto de una mayor recaudación e incentivados por la reactivación económica, luego de la emergencia sanitaria motivada por el Covid19, ahora parecen estancarse.
Si tomamos los datos hasta agosto de este año de forma anualizada, es decir, los últimos 12 meses 2023 y comparamos con igual período 2022, notamos una caída del casi el 2%. Y si la comparación la hacemos al inicio del período del gobierno, observamos una disminución en los ingresos del gobierno del 4%, entre 2019 y 2023.
GRÁFICO 1
Estos ingresos se originan fundamentalmente por recaudación de impuestos del gobierno central provenientes del comercio exterior y lo que recauda la Dirección General Impositiva (DGI), los cuales tuvieron un rol protagónico en la salida de la pandemia. Esos ingresos igualmente se vieron disminuidos por una importante y creciente devolución de impuestos (exoneraciones).
Por otro lado, el gasto del gobierno, por su funcionalidad, se componen por el gasto que hace en remuneraciones, pasividades, gastos no personales, transferencias, inversiones e intereses de la deuda pública.
El gráfico 2, si bien muestra la recuperación de las remuneraciones y pasividades a 2023, también muestra la caída sostenida en estos rubros desde 2019, con la tendencia prevista a “recuperar” el nivel registrado al cierre del quinquenio anterior.
Un rubro que aumentó sensiblemente fueron los Gastos no Personales, o de funcionamiento, justamente el área de egresos que ha mostrado una falta de transparencia muy grave y ha dado pie a cuantiosas denuncias de corrupción y mala administración de los dineros públicos.
GRÁFICO 2
También las inversiones públicas han aumentado en los últimos meses, fundamentalmente en infraestructura promovida por e Ministerios de Transporte y Obras Públicas.
En resumen, los gastos del gobierno parecen estar orientados a generar una “buena imagen” para la antesala de la campaña electoral.
De mantener este ritmo, uno de los compromisos que les quedaría por el camino es el de reducción del déficit. Al mes de agosto de 2023, el déficit anual solamente registra una disminución de -0,3% en lo que va de este período de gobierno, muy alejada de las promesas electorales del año 2019. Las proyecciones de crecimiento de la economía, el principal sustento de los ingresos públicos, son apenas de 1% al final del año 2023, y cada vez más débiles para el año 2024. Si, como sucede casi siempre, los gastos aumentan en año electoral, no está a la vista una reducción en este objetivo fiscal.
Tampoco la presión fiscal impositiva se redujo, pues como porcentaje del PIB, la recaudación de la DGI está por encima del 16%, similar a la de cuatro años atrás.
En definitiva, el prometido ajuste fiscal no operó como se previó, disminución del déficit y de la deuda pública, sino más bien al interior de la estructura del gasto, disminuyendo egresos en la masa salarial y en las pasividades para financiar gastos de funcionamiento y de inversión. Si observamos los números presentados en la Rendición de Cuentas 2022, ese ajuste interno se financió principalmente con rebajas en TODOS los incisos del artículo 220 de la Constitución, principalmente en el gasto educativo (ANEP y UDELAR) y en el Poder Judicial.
(*) EconomiaPolitica.uy es un Programa de asesoramiento, investigación y formación en Economía Politica, dirigido por el Mag. Hector Tajam.
(**) Adán Iglesias Toledo, Profesor, Dibujante Gráfico Cubano, Director del Medio humorístico DEDETE del Periódico Juventud Rebelde, miembro de la UNEAC. Colabora con varios medios de prensa en su país y en el extranjero