Dueños de nada: la histórica problemática de la tenencia

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Por Colectivo Mate Amargo(*)

Más de 200 años pasan de aquel Reglamento Provisorio de Tierras que Artigas promulgó desde su cuartel general en Purificación, buscando reactivar la producción -tras varios años de guerra- a la vez que fortalecer la soberanía del proceso poblando las fronteras y agraciar con suertes de estancia a las y los revolucionarios, pero sobre todo a las y los desposeídos -justamente- de nuestra tierra.

Pero esta no fue la primera vez que en nuestra región se buscaba una solución al “problema del arreglo de los campos”. Reyes Abadie y Vázquez Romero señalan 6 intentos anteriores a la revolución de 1811, ubicando el primero: “El memorial de Antonio Pereira”, en 1776.

O sea que hablamos de un problema de la era colonial, latifundios sin demarcaciones claras en los que se fueron asentando ocupantes o poseedores sin derecho jurídico pero socialmente aceptados.

En su momento, el problema tuvo que ver con la protección de la producción, amenazada por gauchos, indígenas y por las correrías de bandeirantes portugueses. Hoy, si bien sigue tratándose de un problema de soberanía, sobre todo en la frontera seca, se trata de un problema social: el acceso a la tierra y la cuestión de la vivienda.

Muchos son los pueblitos, en nuestro interior, que se enfrentan a esta problemática. Familias que desde hace años compraron y viven en sus tierras, pero que jamás fueron regularizados y se exponen a reclamos de herederos.

Mate Amargo se trasladó hasta la localidad de 5 Sauces, Departamento de Tacuarembó, a conversar con un vecino que denuncia esta situación.

Mate Amargo – ¡Buen día vecino! Gracias por recibirnos, ¿Cuál es su nombre y hace cuánto que vive en la zona?

Pantaleón Machado – ¡Buen día! Mi nombre es Pantaleón Machado y hace 47 años que vivo en esta casa.

MA – ¿Cuántas familias se encuentran en tu misma situación?

PM – Somos 11 o 12 familias que vivimos acá y que no tenemos ningún tipo de documento de nada, estamos, como quien dice, “viviendo de lo ajeno”. Capaz que nadie nos va a sacar de acá, pero -digamos que- estamos viviendo de lo ajeno.

MA – Pero ¿no tienen un número de padrón, siquiera?

PM – Tenemos un solo número de padrón, yo no lo tengo pero lo puedo conseguir, de cuando MEVIR puso la luz en esta zona. Para eso fue necesario, además creo que es el padrón de los terrenos ubicados al otro lado de la ruta, nuestros terrenos corresponden a ese padrón.

MA – Si, debe ser todo parte de una estancia. Ese padrón debe de estar a nombre de un solo dueño, un dueño -a esta altura- ficticio. ¿Y de qué tamaño son los terrenos de ustedes?

PM – Yo, acá, tengo una hectárea y media. “Tengo” es un decir, porque es como no tenerla.

MA – ¿Pero usted compró?

PM – Si. Todos los vecinos compraron y fueron invirtiendo, levantando sus casas…cuando yo me vine para acá habían solo 2 casas.

MA – ¿Y usted a quién le compró?

PM – Yo le compré a mi suegro, que tampoco tenía los papeles.

MA – Es una situación que se viene arrastrando vaya uno a saber desde cuándo. Y debe ser la misma situación en todos los pueblitos rurales.

PM – Si, si. La otra vez anduvieron de OSE en Las Toscas (Las Toscas de Caraguatá), intentando conseguir un número de padrón para regularizar, pero no pudieron conseguir nada.

MA – Y son más de 80 los pueblitos rurales que hay en Tacuarembó: Punta de 5 Sauces, Pueblo Heriberto, Pueblo del Barro

PM – Si la Intendencia quisiera, porque la Intendencia tiene todo, tiene escribano, agrimensor…tiene todo. Si la Intendencia quisiera poner la mano en esto, no sería tan difícil de arreglar. Y que después, bueno, le diera la facilidad a cada uno de los que tienen terreno para que vayan pagando.

MA – Además a la Intendencia le sirve recaudar.

PM – Si. Yo desearía que se pudiera arreglar esto, aunque hubiera que pagar, arreglar de alguna forma, regularizar, pero que cada uno tuviera la propiedad del terreno que le corresponde.

MA – Quedar con todo legal

PM – Si, es la voluntad de los que estamos en esta situación.

MA – Bueno Pantaleón, ha sido muy amable. Gracias por su tiempo

PM – A las órdenes y gracias a ustedes por difundir.

(*) Colectivo Mate Amargo es un Colectivo integrado por las y los compañeros que construimos a diario este medio de comunicación alternativo.

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