Por Sdenka Saavedra Alfaro (*)
Ya son más de 40 días desde que Israel lleva adelante un genocidio perpetrado hacia la Franja de Gaza, bajo las narices de la comunidad internacional, pues la tensión es mucho más grave que nunca desde la Segunda Guerra Mundial, porque las potencias occidentales han optado por sacrificar a la población de Gaza, dejándola a su suerte, ya que lo que hoy está en juego ya no es la cuestión palestina, sino la supremacía de Occidente.
No obstante, de existir pausas humanitarias presentadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos, Francia y Reino Unido vetaron varias veces la propuesta de alto el fuego humanitario de la misma institución, la que fracasó en sus supuestos intentos de frenar el exterminio de la población que hoy se lleva adelante en la Franja de Gaza.
Y esto ya lo adelantó Eli Cohen, ministro de Relaciones Exteriores de Israel: “Hamás no solo ya no estará en Gaza, sino que el territorio de Gaza también disminuirá”, de ahí que esta ejecución continúa, con el desplazamiento forzado de la población gazatí y con el asesinato, mientras se escriben estas líneas, de 12.000 palestinos, entre ellos más de 5.000 niños y 4.145 mujeres, además de más de 40.000 heridos.
Al mismo tiempo, este exterminio de Gaza se comprueba con el ataque directo contra los hospitales, ya se había conocido el 12 de noviembre que todos los pacientes de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital de Al-Shifa, el mayor de Gaza, habían muerto por falta de electricidad y oxígeno, y el 15 de noviembre, el ejército sionista ha irrumpido y atacado nuevamente este hospital, que alberga cientos de pacientes, heridos y desplazados, después de días de mantener el complejo bajo bombardeos y asedio, incursión que ha dejado decenas de muertos y cientos de heridos.
El ejército israelí comete genocidio y crímenes contra la humanidad en Gaza, al apuntar sistemáticamente contra los civiles, más aún, viola la Convención de Ginebra, la que establece la protección a la que tienen derecho los hospitales civiles: “no cesará a menos que se utilicen para cometer, fuera de sus funciones humanitarias, actos perjudiciales para el enemigo”.
Las potencias occidentales han abandonado a los civiles palestinos a su suerte, sin agua, sin luz, sin comida, sin ayuda humanitaria, porque hasta ahora no dejan ingresar parte de la ayuda que se mandó de países como Venezuela, Bolivia, Cuba, Colombia, Rusia, Irán, entre muchos otros, ya que Israel señaló que no permitirá entrada de ayuda humanitaria a Gaza hasta que Hamás libere a rehenes.
El doble rasero de Occidente. Mientras los pueblos gritan en las calles de todo el mundo exigiendo un alto el fuego, la Unión Europea, la OTAN , la ONU, la comunidad internacional y la Casa Blanca, entre otros, continúan guardando silencio apoyando la impunidad de Israel, pues esta es la política de “limpieza” étnica de Netanyahu y el Likud que está inscrita en el acta de nacimiento del Estado de Israel, como lo señala Noam Chomsky, la doctrina militar de atacar civiles indefensos figura en una frase del Diario de la Guerra de Independencia de David Ben Gurión (fundador del Estado israelí), del 1 de enero de 1948: “No hay duda de si una reacción es necesaria o no. La cuestión es solo el momento y el lugar. Volar una casa no es suficiente. Lo que se necesita son reacciones crueles y enérgicas. Necesitamos precisión en tiempo, lugar y víctimas. Si conocemos a la familia (debemos) golpear sin piedad, mujeres y niños incluidos. De lo contrario, la reacción es ineficaz. En el lugar de la acción no es necesario distinguir entre culpables e inocentes”.
En ese sentido, no se debe normalizar el genocidio, ya son dos países que rompieron lazos con el ente ocupacionista, Bolivia y Belice, mientras Colombia y Honduras llamaron a consultas a su embajador en territorios palestinos ocupados. Asimismo, el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) retiró a su embajador de territorio israelí, al tiempo que condenó el genocidio contra el pueblo palestino. Hoy, más que nunca se hace necesario no solo manifestar la condena por la limpieza étnica que se lleva adelante en Palestina, sino que de una vez por todas cese la impunidad contra Israel.
(tomado de “La Razón”, 20/11/2023)
(*) Sdenka Saavedra Alfaro. Escritora, Periodista, Profesora e Investigadora Boliviana, miembro de la Asociación de Investigadores en Comunicación y Educación para el Desarrollo (AICED)