Por Colectivo Histórico “Las Chirusas”(*)
Ilustración por Jorge Fuentes(**)
Fue la respuesta del Coronel Leandro Gómez al ultimátum enviado por Venancio Flores, exigiendo la inmediata rendición de las fuerzas leales al gobierno de Bernardo P. Berro que defendían la Villa de Paysandú.
No era la primera vez que “La Heroica Paysandú” se encontraba bajo asedio, en el marco de las mismas disputas regionales, con finales igual de trágicos y heroicos.
Como en 1811, cuando al inicio de la Revolución Oriental la guarnición patriota comandada por el riograndense Francisco Bicudo defendió esa plaza del ataque de las tropas portuguesas que invadieron la Banda Oriental. Bicudo, que junto a Venancio Benavidez, había combatido en la Toma del Colla, San José y Colonia, resistió el sitio hasta que Paysandú fue tomada por asalto y sus defensores ejecutados, salvándose solo siete de ellos.
Y tampoco fue la primera vez que la “Cruzada Libertadora”, como Venancio Flores bautizó su traición, como todos los traidores de la patria siempre han intentado maquillar sus traiciones hasta hoy en día con los famosos “libertarios”…decíamos que tampoco fue la primera vez que Paysandú se enfrentaba a Venancio Flores. En enero de 1864, el caudillo colorado sitió por primera vez la Villa, defendida por el Coronel Lucas Píriz, pero tuvo que abandonar el lugar por la proximidad de las fuerzas del ejército del gobierno de Berro.
Segundo Sitio
No fue hasta el 2 de diciembre de ese mismo año, y asegurándose el respaldo de una escuadra fluvial del Imperio de Brasil al mando de Joaquim Marques Lisboa “el Marqués de Tamandaré” así como 1.500 hombres del brasileño Antônio de Sousa Neto y 10.000 que se sumarían del general brasileño José Luis Mena Barreto, que Flores puso un nuevo cerco a Paysandú.
A los 4.000 hombres de Flores se le sumaban 11.500 brasileños, la defensa apenas contaba con 1.086 combatientes
Entre los defensores de Paysandú se encontraban varios argentinos federalistas, como Rafael Hernández, hermano de José Hernández, autor del Martín Fierro, que esperaba al otro lado del río Uruguay la oportunidad para unirse a los defensores.
La defensa resistió con mucho valor y audacia, pero los auxilios que se esperaban nunca llegaron. El caudillo argentino Juan Saá “Lanza Seca” fue detenido por el caudillo colorado de Soriano, Máximo Pérez, en el Río Negro; el caudillo entrerriano Justo José de Urquiza -de quien más se esperaba- se mantuvo neutral, pese a que uno de sus hijos arriesgaba su vida en la defensa; y al Presidente de la República del Paraguay: Mariscal Francisco Solano López, se le negó la autorización para atravesar territorio argentino rumbo al Uruguay con sus tropas, la solicitud fue rechazada por el mismísimo Presidente argentino: Bartolomé Mitre.
“Se afirmó: ‘muera el imperio’”(1)
Leandro Gómez pidió ser conducido como prisionero ante los orientales, decidiendo así su suerte. El Gral. José Gregorio Suárez, colorado, ordenó su fusilamiento sin juicio previo.
También serían pasados por las armas: Juan María Braga, Eduviges Acuña y Federico Fernández., entre otros oficiales. Algo inédito en las guerras civiles hasta el momento, aunque mucho se habló de que el fusilamiento de los defensores de Paysandú también fue una respuesta a la Masacre de Quinteros en febrero de 1958, cuando se liquidó el levantamiento contra el gobierno de Gabriel Antonio Pereira. Pero no era inédito para el sanguinario de Flores, que el 4 de agosto de 1864 mandó a fusilar a los defensores de la villa de Florida, tras la toma de la plaza por parte de sus fuerzas.
La «Cruzada Libertadora» de Flores, constituye un antecedente inmediato de la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay, también conocida como Guerra Grande o Guerra Guasú. Una alianza entre el gobierno de Montevideo y el de Asunción, que le suministrara a Paraguay una salida al mar a través del Río Uruguay, hubiera complicado los planes expansionistas de Brasil que luego de finalizada la guerra se hizo con más de 330.000km2 en disputa diplomática.
La derrota de Paraguay fue territorial, fue económica por la abultada indemnización a la que se lo condenó, pero más que nada fue una guerra de exterminio. Perdió entre el 50 % y el 85 % de su población y quizá más del 90 % de su población masculina adulta.
Por eso, la instalación en Montevideo de un gobierno favorable al Imperio era una condición casi imprescindible para consumar la Guerra de la Triple Alianza.
El 2 de enero de 1865, en Paysandú, cayó algo más que una ciudad. Cayeron -nuevamente- también las ideas y el compromiso de esos hombres que buscaron patria, lejos de los intereses imperiales regionales y mundiales.
“Heroico Paysandú, yo te saludo
hermano de la patria en que nací.
Tus hechos y tus glorias esplendentes
se cantan en mi tierra como aquí.
Los bardos que tenemos en el Plata,
que escalan el Olimpo en su canción,
dedican a este pueblo de valientes
su grande y más sublime inspiración.
Hermanos en las luchas y en las glorias
lo mismo que allá en Ituzaingó,
y en hechos nacionales que la historia
en uno y otro pueblo mencionó.
Heroico Paysandú, yo te saludo,
la Troya americana porque lo es;
saludo, a este pueblo de valientes,
y cuna de los bravos Treinta y Tres”(2)
(*) Colectivo Histórico «Las Chirusas» está constituido por estudiantes y docentes, investigadores/as de historia.
(**) Jorge Fuentes es Ilustrador, caricaturista, pintor con acrílico y acuarelista. Ha colaborado con medios nacionales e internacionales
NOTAS
(1) Fragmento de “Al General Leandro Gómez” de Los Olimareños
(2) “Saludo a Paysandú” de Gabino Ezeiza