EL ESEQUIBO: UNA MIRADA GEOECONÓMICA

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Por Pascualina Curcio (*)

No es poca cosa lo que está en juego en el diferendo entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana, disputa que data desde por lo menos 1840 cuando Venezuela denunció la incursión del imperio británico en su territorio según lo que correspondía a la Capitanía General de Venezuela. En 1899 se emitió el Laudo Arbitral de Paris en el que, con la intervención de Estados Unidos como “representante de Venezuela” (en el marco de la Doctrina Monroe) decidieron otorgarle a Reino Unido la posesión de la Guayana Esequiba. Decisión que fue protestada por Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas argumentando vicios de nulidad y que derivó en la firma del Acuerdo de Ginebra el 17 de febrero de 1966, el cual se mantiene vigente.

La Guayana Esequiba cuenta con un territorio de 159.542 Km2 de extensión. Forma parte del Escudo Guayanés, también conocido como Macizo Guayanés, considerado no solo la zona más antigua de la Tierra sino la que posee una de las mayores riquezas naturales a nivel mundial, entre las que se cuenta el petróleo, el gas, el oro, el agua dulce, entre otros minerales.

Desde el 2015 y hasta la fecha la empresa Exxon Mobile, de capital principalmente estadounidense ha realizado 46 descubrimientos de yacimientos de petróleo en la zona, específicamente en el denominado bloque Stabroek que cuenta con una extensión de 26.800 kilómetros cuadrados y está ubicado a 193 Kilómetros en frente a la costa atlántica de la Guayana Esequiba (https://www.bloomberglinea.com/2023/11/27/guyana-y-el-petroleo-administrar-su-nueva-riqueza-es-el-gran-desafio/).

De acuerdo con estas exploraciones, las reservas en el bloque Stabroek ascienden a 11.000 millones de barriles, que si bien solo equivalen al 0,6% de las reservas totales a nivel mundial , las cuales se encuentran por el orden de 1.564.441 millones, resultan relativamente altas si las comparamos por ejemplo con las reservas de Canadá (4.731 millones), México (5.558 millones), Colombia (2.040 millones), Ecuador (8.273 millones), Brasil (13.242 millones). Resaltamos el hecho de que los países mencionados son surtidores de hidrocarburos a Estados Unidos. Por su parte, el petróleo hallado hasta los momentos en la Guayana Esequiba equivale al 20% de las reservas de Estados Unidos las cuales suman 55.251 millones de barriles (OPEP, 2023).

No es casual que la principal empresa que opera en el bloque es la Exxon Mobile con un 45% de participación sumado a que Chevron Corp., también de capital estadounidense, adquirió, en octubre de este año, una participación del 30% sobre el bloque Stabroek al comprar Hess Corp por US% 53.000 millones (https://www.bloomberg.com/news/articles/2023-10-23/chevron-compra-hess-por-us-53-000m-en-otro-megaacuerdo-petrolero), es decir, el 75% de la participación en el bloque se encuentra en manos de capital estadounidense mientras que el reto, 25%, está en manos de la empresa china CNOOC Ltd (https://cnoocinternational.com/en/operations/americas/guyana).

Visiblemente, la empresa estadounidense Exxon Mobile, en el marco de un acuerdo con el gobierno de la República Cooperativa de Guyana, inició labores de exploración en 2015 (https://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/exxon-mobil-inicia-operaciones-en-aguas-reclamadas-por-venezuela). A partir del año 2019 inició la producción la cual ha aumentado de manera exponencial proyectándose Guyana como uno de los principales países productores de petróleo de América Latina para el año 2030. Actualmente la producción de Guyana asciende a 360 mil barriles diarios siendo el país con la mayor producción petrolera per cápita al contar con tan solo 800.000 habitantes.

El hecho de que empresas estadounidenses participen mayoritariamente en la exploración y extracción de petróleo en la Guayana Esequiba donde hasta la fecha se han descubierto reservas por el orden de 11.000 millones de barriles sin contar eventuales nuevos descubrimientos, le otorga al país del norte una ventaja en el actual escenario geopolítico y geoeconómico. En primer lugar por la guerra Rusia-OTAN que equivale a decir la guerra entre Rusia y Estados Unidos con sus países aliados de Europa. Resaltamos que Rusia, de acuerdo con el reciente informe de la OPEP es el tercer mayor productor de petróleo (9.756 miles de barriles diarios). En segundo lugar, el genocidio de Israel contra el pueblo palestino, conflicto en el que Estados Unidos figura como el principal aliado de Israel y por tanto enfrentándose a los países árabes poseedores de las principales reservas de petróleo. Entre los países con mayores reservas se encuentra Arabia Saudita (267.162 millones de barriles) que, aunque en la década de los años 70 fue cómplice de la creación de los petrodólares junto con la Reserva Federal, hoy se suma al bloque de países emergentes de los BRICS, en el que participa no solo Rusia, sino China, que se encuentra en una guerra comercial declarada por Estados Unidos desde el 2018. Es necesario resaltar que Arabia Saudita produce 10.591 miles de barriles diarios. Simultáneamente, Estados Unidos ha impuesto un bloqueo económico al país con la mayor reserva de petróleo a nivel mundial: Venezuela (303.221 millones de barriles).

Garantizarse el suministro de petróleo es fundamental para Estados Unidos, no solo porque es el país con el mayor nivel de consumo (20.430 miles de barriles diarios) incluso superior a China (14.851 miles de barriles diarios) a pesar de las grandes diferencias en cuanto a población, sino que las reservas petroleras de este país del norte, así como la de los países latinoamericanos (excepto Venezuela) que históricamente se lo han suministrado, se están agotando. De acuerdo con los datos de reservas de petróleo y demanda publicados en el reciente informe de la OPEP (https://www.opec.org/opec_web/en/publications/202.htm) estimamos que Estados Unidos cuenta con petróleo para escasos 7 años, México 8 años, Canadá 6 años, Colombia 15 años, mientras que Venezuela tendría petróleo para 3054 años, Irán 318 años, Arabia Saudita 230 años (Ver tabla 1). Estos números son alarmantes para Estados Unidos y Europa, lo que explica el desespero de estos países, a pesar de la iniciativa de la transición energética.

No solo hay petróleo en la Guayana Esequiba, también hay mucho oro, diamantes, bauxita y otros minerales. Así como el petróleo es la energía del mundo, el oro ha sido históricamente el sustento del sistema monetario internacional, sobre todo en estos tiempos de desdolarización en el que la mayoría de los países se están desprendiendo de la moneda estadounidense y adquiriendo oro. En la Cuenca del Río Cuyuní, en el Esequibo, se encuentra la mina de oro Omai una de las más grandes del Escudo Guayanés que le produjo a Guyana, entre 1993 y 2005, 3,7 millones de onzas de oro y sigue produciendo.

Por si fuera poco, además del petróleo, el oro y los minerales, la Guayana Esequiba también cuenta con uno de los recursos más preciados por la humanidad y que, de acuerdo con algunos expertos, será motivo de guerras en el futuro, el agua dulce (http://www.minec.gob.ve/el-agua-un-conflicto-futuro-josue-lorca/). Al respecto, atraviesan el Esequibo los ríos Cuyuní, Mazaruní, Kuyuwini, Potaro, Rupununi además del propio río Esequibo.

El pueblo venezolano, el 15 de diciembre de 1999, aprobó con su voto la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que en su artículo 10 establece: “El territorio y demás espacios geográficos de la República son los que correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810, con las modificaciones resultantes de los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad.” El 3 de diciembre de 2023, en referendo consultivo, ratificó su convicción de que el Esequibo es de los venezolanos.

(*) Pascualina Curcio Curcio, economista venezolana, profesora titular e investigadora Universidad Simón Bolivar (USBVe), Directora del Instituto de Altos Estudios de América Latina (IAEAL) de la USBVe, escritora, Dra en Ciencias Políticas, miembro de la REDH.

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