Por Gabriela Cultelli (*)
“—¡Guatemala,
verte en la calle tendida,
rojo el pecho, rota un ala
y entre la muerte y la vida!”
(Fragmento “Balada guatemalteca” N. Guillén)
El poema de Guillen nos recuerdan siglos de ignominia y apenas un respiro que no llegó al decenio entre 1945 y 54 con los gobiernos de Arévalo y Arbenz terminados por la CIA en un mar de sangre.
70 años después, y por vía de las urnas se impone allí un cambio de rumbo, cuando el pueblo de Guatemala optó por “la vida” al decir del poeta citado y otro Arévalo, esta vez Bernardo (el hijo) gana con un amplio 58% y un fuerte discurso anticorrupción. En definitiva, tocando desde las tribunas, a lo que hoy es ya un poder económico, a estas peculiares formas oscuras de capital que en él último gobierno derechista, ya no nos son ajenas tampoco en Uruguay.
El propio New York Time decía el pasado 11 de diciembre “Cuando Bernardo Arévalo, defensor anticorrupción, obtuvo un triunfo aplastante en la contienda presidencial de Guatemala, los votantes llegaron a la capital del país más poblado de Centroamérica para celebrar. Pero el ánimo en las calles ha cambiado en tanto que los enemigos de Arévalo intensifican los esfuerzos para evitar al presidente electo que ocupe el cargo en unas semanas.” Y la propia OEA, artífice de los últimos golpes de Estado en América Latina, se conmovía esta vez aprobando un día después una tercera resolución profundizando el uso de su “carta democrática” que esta vez se acordó de sacarla, recordando por ejemplo y sin ir más lejos, su lamentable actuación ante el golpe de estado del 2020 en Bolivia.
La entrega de poder, o sucesión de mando entre el saliente Búcaro y Arévalo tendría que sucederse el 14 de enero según lo validara ya el Tribunal Supremo Electoral de Guatemala, por lo que de no suceder así, estaríamos ante otro golpe de estado en la Patria Grande. Es que el Ministerio Público del hermano país, lleva adelante como informamos antes (Maste Amargo 30/8 y 23/11/2023) en este mismo medio, diversos y controvertidos procesos legales sacados rápidamente como de una galera, contra el partido Semilla, sus miembros y el propio Arévalo. “Estas acciones generan una amplia condena tanto a nivel nacional como internacional, pues consideran que amenazan la transmisión del mando presidencial programado para enero de 2024”, informa Prensa Latina (PL) con fecha 13 de diciembre.
En esos días se aprobaba un bochornoso presupuesto 2024 a los efectos, por un lado, de complicar al nuevo presidente, Arévalo, quien arremetió duramente contra el mismo, en tanto que por otro lado, y lejos de vincularse a las necesidades del país, incrementó montos para el Ministerio Público (MP), asignaciones de última hora para Comunicaciones (más que socios, ya parte del poder hoy), incluyendo organizaciones no gubernamentales con vínculos con congresistas y políticos. “Los bloques legislativos de las fuerzas políticas Movimiento Semilla y Winaq consideraron inconstitucional el documento, que múltiples entidades locales rechazaron tras su aprobación y calificaron de nefasto e ilegal” (PL ya citado).
El pueblo de Guatemala está alerta y movilizado, como garante único de su elección.
(*) Gabriela Cultelli, Licenciada en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), escritora, columnista y co- Directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH)