Que nos trae Milei

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Por Camilo Álvarez López (*)

 

En las últimas horas y a partir del triunfo (por una amplia brecha) de Milei en Argentina han comenzado desde distintos lugares análisis acerca de lo que puede significar esto y además cómo es posible que un candidato con esta agenda llegue a este lugar.

Es desde este lugar y luego de intercambiar con mucho/as compañero/as que decidimos avanzar en este artículo que pueda acercar más elementos para esta reflexión.

  1. La llegada de un candidato como Milei a la presidencia tiene una explicación en su propia agilidad y capacidad de campaña política y electoral. No de ahora sino desde que apareció, donde además cuenta con apoyos fuertes en los medios de comunicación privados, en apoyo financiero para construir el personaje y en el manejo de las redes sociales (tanto las que de internet como las interpersonales). Sin embargo, esto solo no lo explica, ya que, de una manera u otra, se encontró con gran parte de la población ávida de recibir estos mensajes y estas propuestas, donde el concepto de libertad fue resignificado con un énfasis en la libertad personal por sobre la libertad social, además de confundir en términos nacionales la libertad con la soberanía, entregando esta última en el ejercicio de resignificar la libertad.

  2. La desacreditación creciente a un gobierno que asumió proponiendo y promoviendo soluciones para los sectores más pobres del país, que luego no cumplió, trepando al 40% la situación de pobreza también es un hecho significativo para comprender esta situación. A esto se le sumo una hiperinflación galopante que en última instancia golpea duramente a los sectores más vulnerables y a lo/as trabajadore/as que van viendo como su salario cada vez le rinde menos.

  3. Si la situación social en Argentina en estos dos últimos años no explotó tuvo que ver con la responsabilidad social y política de los Movimientos Sociales que comprendieron cabalmente que las respuestas a ciertas acciones terminan en reacciones desmedidas del aparato represivo. Fueron los movimientos sociales quienes, desde su capacidad política, organizativa y de consolidación subjetiva afirmaron la construcción de un proyecto popular. Esto también es determinante en términos de las expectativas de los partidos políticos electorales que muchas veces tanto por izquierda como por derecha imploran que los movimientos sociales vayan al frente para después aparecer con soluciones burocráticas y tecnocráticas que desde un planteo de cambiarlo todo al final no cambien nada.

  4. El significado político del discurso y las propuestas de Milei, resumen la esencia del neoliberalismo en cuanto su proyecto más sustantivo que no es, solamente como solemos pensar, un proyecto económico, sino un fuerte proyecto político – civilizatorio. Sobre esto es importante detenerse. Por un lado, el proyecto político civilizatorio al que se aferra y nos propone Milei (mas allá de la traducción electoral y de marketing que realiza, que a veces es bastante literal) es un proyecto que compromete la vida. La vida como concepto concreto, la vida humana y la vida de la propia naturaleza. Hayek, autor de “Camino a la servidumbre”, autor de referencia para Milei nos plantea que debemos quitarnos de encima la igualdad social como valor a desarrollar. En este sentido impulsar la desigualdad social es impulsar el libre juego del mercado para que de la competencia surja el orden que ajuste en la sociedad cada uno en su lugar. En este sentido es una vuelta más al impulso que la meritocracia ha venido teniendo en nuestras sociedades en los últimos 10 años por lo menos.

  5. Sumado a lo anterior, digámoslo también, el proyecto político en mención impulsa con mucha fuerza una apuesta ética. Por mucho tiempo confundimos que la ética a secas era un valor en si mismo y que por tanto “actuar” éticamente era similar a actuar de buena manera. Por un lado, confundíamos ética con moral y por otro no caracterizábamos nuestra apuesta ética o no la corporizábamos en el marco de un proyecto determinado. Para el neoliberalismo y el proyecto político de Milei la construcción ética implica el mercado sin ningún tipo de ataduras ni control. La libertad que el dispone es la libertad del mercado como ordenador de la vida, no es la libertad de las personas para realizarse como sujetos plenos. Esto es determinante para lograr asumir una posición de resistencia en estos tiempos, que no serán solo de resistencia en Argentina, sino deberá ser una resistencia regional necesaria para construir alternativas.

  6. La ética que imprimen los proyectos de este tipo es una ética que restringe las autonomías, que fortalece en el marco de la competencia necesaria, el individualismo, la negación del otro como otro legítimo y en su lugar el otro como un peligro para mi realización personal e individual.

  7. Por último, es necesario mencionar que la construcción de las subjetividades, las identidades y las percepciones, el sentido común y la batalla ideológica, es algo que las derechas han incorporado de manera fuerte y fehaciente. No comprender esto es un error de magnitudes extraordinaria. El fenómeno que observamos en las redes sociales de internet vinculado a las burbujas algorítmicas, juega con mucha fuerza en las relaciones interpersonales de igual forma. Así, nos pensamos que hacemos discursos y propuestas para un “universal” que no está, que no existe y terminamos rebotando en los márgenes de nuestra propia burbuja algorítmica que en definitiva nos coloca los márgenes y límites. Sin lograr traducir correctamente un proyecto alternativo, siendo que cuando lo miramos por parte y en fragmento son muchísimos las experiencias que existen y construyen aquí y ahora un proyecto humanista, con justicia social y solidario.

  8. La construcción de un proyecto político que se pretenda transformador y esperanzador no puede prescindir de su propuesta pedagógica, es más, sino se construye la propuesta pedagógica de un proyecto que se pretenda transformador, seguramente termine utilizando la propuesta pedagógica del proyecto imperante, generando una contradicción tan grande entre formas, contenidos y objetivos que a la gente le costará interpretar el sentido, y por tanto se aferrará al sentido común existente. La construcción cultural no es solo estar en espacios sociales, culturales, deportivos sino estar y construir desde otro lugar, desde otras lógicas que no reproduzcan la política como espacio restringido a los expertos y profesionales de la política, que se afianzan junto a las tecnocracias y burocracias existentes, sino impulsar una política que se construye con los aportes de todo/as, la política como un espacio colectiva y ampliamente humano.

 

(*) Camilo Alvarez Lopez es integrante de Somos Barrios Uy y Coordinador honorario del área de Educación Popular del Centro Martin Luther King de Uruguay. Fue Director del MIDES para Montevideo y encargado del área social en el Plan Juntos del Ministerio de Vivienda

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