Por una (falta de) alusión

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Por Gato por Liebre

Sean todos ustedes bienvenidos a una nueva entrega de este espacio de humor que tan poco y tampoco trabaja.

Un espacio hilarantemente serio, con posibilidades de crecimiento a cualquier costo, donde en la cual se utilizarán los pronombres relativos de la mejor manera posible. Garantizando siempre que lo que usté pagó sea lo que usté compró, con algún pequeño cambio, que no le viene mal a nadie en el final de cuentas.

Porque al pan pan, y al gato liebre.

Un martes de sesión

  • Sr. Presidente! Disculpe, Sr. Presidente! Quisiera pedir la palabra por una alusión

  • Pero si a usted nadie lo ha aludido

  • Justamente por eso. Por una falta de alusión, que no deja de ser una alusión en última instancia

  • Pero usted tiene representantes que cumplen ese rol

  • No, Sr. Presidente, nunca los tuve. Simplemente los elegí, porque otra forma no tenía. Muchos de ellos son, ciertamente, representativos, pero de ahí a ser representantes es otra cosa. Además, déjeme decirle que entre los representantes de los futbolistas, los representantes de los clientes, los representantes de las marcas en Uruguay…como que todo el mundo anda representando o creyendo representar. Espero que también anden intentando

  • Bueno, hable ahora que estamos en el espacio de media hora previa

  • Tendría mucho que decir, media hora no me alcanzaría, aunque para una primera intervención no creo que llegue ni a los 15 minutos

  • Pero son 5 minutos por legislador

  • ¿Y por representante?

  • Legislador, representante, es lo mismo

  • Legislador, representante, es lo mismo.” Media hora, 5 minutos, también es lo mismo. ¿Ahora entiende el porqué de mi desconfianza, Sr. Presidente?

  • No abuse de mi cortesía parlamentaria

  • ¿Su qué?

  • CORTESÍA PARLAMENTARIA

  • ¿Y de dónde viene eso? ¿De cortés o de corteza? Porque si son mis representantes no tendrían porque ser corteses, si me deben el lugar. Yo creo que viene de corteza, con z

  • Ya pasaron 2 minutos

  • Bueno, en 3 minutos voy a intentar devolverle la cortesa…la corteza…laaaa cortesía. Y tiene que ver con esto de la delegatura.

  • ¿Delegatura?

  • Delegado, legislador, representante…es lo mismo. Esto de cederle mi destino a alguien que no conozco más que, con suerte, en 6 meses de propaganda y algún que otro resumen de noticias durante el año. Siempre enojados con lo que otro apoderado hizo, dijo, no hizo, estuvo, omitió

  • ¿Apoderado?

  • Apoderado, delegado, legislador, representante…Es como ver a Moria, a Guido Suller, enredados y enredándote en un problema que no terminás de entender por qué es tan importante. Por qué tus portavoces están hablando de eso o -por lo menos- de esa forma, tan poco representativa

  • Ya sé: portavoces, apoderado, delegado, legislador, representante

  • Va entendiendo Sr. Presidente. Honestamente, ya de por sí tener que cederle mis opciones a un otro, siendo que desde hace un buen tiempo me valgo por mí mismo, me resulta incómodo. Imagínese si todavía no encuentro qué me toca de todo ese lío.

  • Si, creo que es un sentimiento general de que no logramos comunicar de la mejor manera

  • Ah, ¿porqué también son comunicadores? Entonces déjeme decirle Sr. Presidente, que el problema es todo lo que son o intentan ser que los aparta de lo que -muy a mi pesar- fueron elegidos para ser. Mejor dicho, elegidos para hacer.

  • ¿Por qué no prueba asumiendo?

  • Porque es en lo único que piensan los que quieren cambiarlo, “si yo estoy”. Si yo estoy nada, porque si al problema de no saber qué tengo que representar destaco la importancia individual…es como si transformara el acto en una especie de oxímoron.

  • Bastante bien hablado para ser un ciudadano común

  • Prefiero saberme 2 o 3 palabras bien, que andar repitiendo miles porque se suponen que van con la ocasión, que son corteses. Pero no me cambie el eje, el problema es que hay un pedo con la forma, con el rol y con el origen de los problemas. Y la respuesta no puede ser la de un individuo que se arroga la capacidad de pensar por mi, arrogándose además el hecho de ser el único capaz de pensar por mi, para que encima en el producto final mis problemas ni aparezcan.

  • Entonces ¿cuál es la solución que propone?

  • ¿Así que además del voto, le tengo que dar la solución? ¡Qué negocio! Con razón 2 x 3 escucho la palabra socio.

Esperando que hayan disfrutado tanto como quienes intentan decir lo más rápido posible: “Madre e hija van a misa, la madre pisa paja y la hija paja pisa”, nos despedimos sin antes decirles que la libertad bien entendida empieza por casa, y que Libertad y Trabajo no es una utopía sino una esquina en Pocitos.

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