A 53 años

0

Por Sandra Lazo(*)

Quiero comenzar expresando algo que quizás se considere de perogrullo, pero que debe ser de alta significación para cada uno de los y las frenteamplistas, y es que hace exactamente 53 años, con el nacimiento de esta herramienta política, asistíamos a un fenómeno que ha sido -y continúa siendo- de identidad política único en el mundo.

Por tal motivo recordar, volver a pasar por el corazón, un pensamiento hecho discurso por el líder histórico, General Liber Seregni, en aquel 26 de marzo, marca a fuego la vida y el accionar de cada integrante de la militancia;

Jamás un acto político de esta envergadura. Esto es el pueblo en la calle, esto es el Frente Amplio. Pero cabe preguntarnos cómo y por qué ha sido posible el Frente Amplio. Cómo surgió este incontenible movimiento popular que tardó tanto en nacer, y ha sido tan rápido en propagarse. Tiene que haber profundas razones que lo expliquen.”

Y bien, cuántos años han pasado, cuántas vivencias acumuladas, compañeros y compañeras que han dado su vida, o bien pagaron con cárcel, tortura, desaparición y exilio, el costo de ser parte de este incontenible movimiento popular. Muchos, sin dudas. Hoy continúa propagándose, creciendo, desarrollándose, en los más recónditos rinconcitos del país.

Aquel 26 de marzo de 1971, marcado por una profunda crisis de la democracia, es considerado un hito sin precedentes, que cambió para siempre un estilo de ser y hacer la política.

Esta novel fuerza política surgía a la vida, al tiempo que celebraba su primer acto de masas, confluyendo y anunciando -por primera vez en unidad y síntesis– de que la izquierda había echado a andar. Comunistas, socialistas, demócratas-cristianos, independientes, algunos sectores que se habían desprendido de los partidos tradicionales, daban un paso, el primero de una historia tan gloriosa como vigente. Aquel 18% alcanzado en las elecciones del 71’ fue un comienzo histórico que trascendió las clásicas fronteras de la metrópolis.

Esto último, sin dudas, con las diferencias referentes al contexto que condicionaba a quienes comenzaban a escribir la historia militante fundamentalmente en el interior de nuestro país. En su mayoría -salvo excepciones- aquel 26 de marzo en el interior estuvo representado por militantes de base.

Así aquel fenómeno nacido el 5 de febrero del 71’, en un marco formal y casi ceremonial en la antesala del Palacio Legislativo, pero que había contado con un proceso de acumulación, de acuerdos, negociaciones, previos, tuvo su expresión de masas en el acto central y su no menos heroica expresión en todo el territorio. Es que el Frente Amplio no había hecho mas que sintetizar lo mas puro de las mejores tradiciones de la izquierda tradicional y de las expresiones progresistas de las viejas divisas.

Eso que hoy damos en llamar la “mística frenteamplista”, la solidaridad de la izquierda que en forma natural se había expresado varios años antes en los campamentos de las marchas cañeras, que abruptamente venían a decirle a los capitalinos que aquella Suiza de América, ni era tan Suiza, ni tan América, y se daba su propia forma conformando su propia identidad.

Aquella enorme quijotada que supo juntar a la militancia de izquierda en masa, en decenas de miles, en una explanada céntrica, en un acto político bajo una bandera común, con un programa común, significó tal ruptura con lo que hasta aquel 26 de marzo sucedía, que alentó y se propagó en militancia a lo largo y ancho del territorio. No obstante ello, hoy escuchando el testimonio de viejos y queridos compañeros, caigo en que la realidad y el contexto ha sido tan diferente, que lejos de estancarse, ha significado un proceso de acumulación que continúa nutriendo a nuestra fuerza política de militantes.

Esos testimonios hablan por un lado de como vencían sus temores de ser reprimidos, con un sentimiento tan esperanzador, que los convirtió en protagonistas de este cambio sustancial que vivía todo el sistema político uruguayo.

Asi Grauert Lema, viejo militante rochense recuerda el trabajo previo a esa jornada, desde muy temprano buscando una vieja tribuna similar a las que pueden verse en un púlpito o a los que usan los rematadores, a efecto que los oradores pudieran desde allí hablar a los pocos -en general compañeros- que asistirían. Así se ve Grauert junto a otro viejo militante Martin Cardozo, durante aquella jornada, signada por el temor de quienes aun adhiriendo no concurrirían, y al sentimiento de esperanza signado en esta herramienta de quienes se reunieron en la plaza Martin Fierro de la ciudad de Rocha. Esos miedos, eran fundados, ya que se habían desarrollado actos de violencia ante la expresión de la unificación de la izquierda en esta herramienta. Y eso en lugares donde, más allá o más acá, nos conocemos todos, pesaba y pesa aún. Pesa en los lugares de estudio, en los lugares y las posibilidades de trabajo, pesaba incluso en el seno de muchas familias. Sin embargo, allí estuvieron, tendiendo cables entre las palmeras para colocar parlantes. Eran muy pocos, costaba que se arrimaran. Por eso, casi de memoria, Grauert recuerda a los participantes. Recuerda incluso la temática de la oratoria con un lenguaje llano, sencillo, que decía de los costos de vida altos para los trabajadores. Hablaba de la problemática cotidiana que se vivía. Era un discurso práctico, el precio de la papa, el costo de la energía eléctrica. Grauert recuerda particularmente ese día porque mientras acomodaba cables, le llegaba la noticia del asesinato de un amigo suyo, que si bien -nos explica- nada tenia que ver con la política, era parte de una serie de hechos que se vivían con horror casi cotidiano en aquel momento.

Si bien había compañeras como Elizabeth Onandi, Estrella Balao, Sofia Copello, por nombrar algunas de aquellas pioneras, fueron parte de esos comienzos, el acto contó casi en su totalidad con compañeros varones. Pero la esperanza en la creación de la herramienta fue tan inmensa que hasta hoy recuerda aquel día como parte de una génesis que llena de orgullo y compromiso a los y las militantes rochenses.

Viernes 26 de marzo de 1971. “Tenía 20 años”, me relata el querido Roque Arregui desde Soriano, “vivía intensamente la formación del Frente Amplio. Una verdadera ebullición de acontecimientos que se sucedían uno tras otro, para como decía Seregni dar forma y cuerpo a una necesidad popular, a un sentimiento y urgencia en nuestra sociedad: la unidad en una fuerza política de todos quienes aspirábamos a profundas transformaciones sociales en nuestro país, el cambio histórico. Vivía y trabajaba en el Interior, en Soriano, no podía asistir al acto de bautismo popular del Frente, a este verdadero paso de gigante. Otra vez la emoción me embargaba. No podía estar, no lo podía ver, pero lo sentía como si allí estuviese. Lo importante es que se estaba haciendo, que la esperanza de que se forjase esta fuerza política uniendo idénticos sueños se concretaba. Como dice la canción de Los Olimareños: «…de todas partes vienen, los orientales.”

En la ciudad de Rivera, el reflejo de ese acto de masas se efectivizó el 23 de abril y allí hicieron uso de la palabra Arturo Baliñas, abogado y general retirado del Ejército; José Pedro Cardozo, médico psiquiatra y legislador socialista durante 24 años; Juan Pablo Terra, arquitecto, diputado y presidente del PDC; Rodríguez Camuso, legislador y blanco, escindido de su partido; Alba Roballo, senadora proveniente del lema colorado; Rodney Arismendi, diputado de larga trayectoria y secretario general del Partido Comunista de Uruguay; Zelmar Michelini, líder de la 99, también escindido del Partido Colorado; el presidente del FIDEL, Luis P. Bonavita, que era diputado (impedido de concurrir por razones de salud, pero que estuvo representado por Edmundo Soares Netto que leyó su mensaje) con el presidente del Frente Amplio en Rivera, el Ing. Agrim. Carlos Rodríguez Martínez, candidato entonces a la Intendencia Municipal. Allí también fueron pocos, los que reproducían la esperanza de la novel creación. Allí también las horas previas significaron un trabajo militante esperanzador y a la vez con las presiones y temores que el momento imponía.

Todos los testimonios convergen en que el artiguismo y la caracterización de aquel discurso elevado a la multitud por el Gral. Seregni, en la expresión del acto capitalino, dio la señal del carácter nacional y unificador del FRENTE AMPLIO.

Hoy a 53 años de aquel hito protagonizado por hombres y mujeres gigantes, no hace más que reafirmarnos en nuestras convicciones de que fuimos, somos y seremos una fuerza constructora.

(*) Sandra Lazo es Comunicadora, Cantante de Tango y Senadora (MPP – Frente Amplio)

Comments are closed.