Por Colectivo Mate Amargo(*)
Estamos ante una discusión política, la necesidad de hablar de una fecha como si el tiempo fuera una cigüeña de vuelo recto, objetivo. La necesidad de que una fecha, una acción, borre todo lo sucedido hasta el momento y reescriba la historia. La necesidad de que la historia ciencia, la historia comprensión, solo sea historia relato e historia propaganda.
¿Se puede establecer, decretar, discursear…sostener que no hubo nada antes del 14 de abril de 1972? Un país nacido entre guerras, imperialistas y de liberación nacional, que incluso mucho después de establecerse como país siguió reproduciendo guerras entre sus dos principales facciones internas, vueltas Partido Colorado y Partido Nacional…con numerosos levantamientos e incluso guerra civil. Con un país que desató la violencia ante el ascenso de las luchas populares de los años 50’ y 60’…¿se puede, livianamente, declarar que el 14 de abril de 1972 fue el inicio de la violencia política en el país?
¿Qué dice la Ley? Esa que los legalistas dicen defender cuando hablan de la defensa de las instituciones.
“se reconoce la responsabilidad del Estado uruguayo en la realización de prácticas sistemáticas de tortura, desaparición forzada y prisión sin intervención del Poder Judicial, homicidios, aniquilación de personas en su integridad psicofísica, exilio político o destierro de la vida social, en el período desde el 13 de junio de 1968 hasta el 26 de junio de 1973, marcado por la aplicación sistemática de las Medidas Prontas de Seguridad e inspirado en el marco ideológico de la Doctrina de la Seguridad Nacional.”(1)
Más de 50 años pasan, 52 para ser precisos, de la declaración de estado de guerra interno y la suspensión de las garantías individuales. La aprobación oficial de esta declaración otorgaba jurisdicción a la justicia militar para actuar, sin necesidad de responder ante el Poder Judicial o ante el Parlamento, ya que con la nueva Ley de Seguridad del Estado, elaborada por el Poder Ejecutivo, se establecía el delito de atentado a la Constitución como delito militar.(2)
La suspensión de las garantías estaba pensada para treinta días, según los plazos establecidos por el artículo 31 de nuestra Constitución, pero se extendería por más de una década. A lo que habría que agregarle la práctica del control social a través de las Medidas Prontas de Seguridad, las que ya se venían desarrollando en nuestro país, en los distintos gobiernos democráticos entre 1945 y 1968.
Si imposible es establecer un inicio, más imposible hacerlo en una fecha tan alejada de todo lo que la explica, la construye, la constituye. Y en matemática simple, en línea cronológica simple, el año1945 y el año 1968 vinieron antes que el año 1972. Imposible, incluso, es entender las Medidas Prontas de Seguridad del 45’ sin tener en cuenta el ascendente proceso represivo del Estado desde el Golpe de 1933 al Golpe de 1973.
Por si las moscas
Para el Doctor en Historia, Leandro Kierszenbaum, una de las principales herencias conceptuales y legales del terrismo es la idea de un ‘Estado peligroso’: “una situación en la que todavía no se cometió un delito pero en la que existe la posibilidad de que se transforme en un evento delictivo temido.”(3) o el derecho de toda sociedad a defenderse de los delincuentes, incluso antes de que delincan.
Siguiendo esta lógica se concibió la Ley Nº10.071 de Vagancia, Mendicidad y Estados Afines, cuyo proyecto de ley fue iniciado en 1937 en pleno terrismo, sancionado en octubre de 1941 y sigue vigente hasta hoy. El Jefe de Policía de Paysandú se amparó en ella para tratar de “vagos” y detener arbitrariamente a los obreros que llevaban adelante la huelga remolachera de fines de 1957.
Las Medidas Prontas de Seguridad reforzaron, en la práctica, esta idea de ejercer la autoridad dentro del Estado de Derecho pero por fuera de los “medios ordinarios”, asegurándose el poder de apreciación del peligro. Y las usaron en 1946 para asegurar el abastecimiento de pan ante el conflicto con el Centro Industrial de Panaderos; en 1946 y 1949 con los conflictos portuarios; en el conflicto metalúrgico de 1950; en el conflicto de salud pública de 1952 y el conflicto del transporte en el mismo año.
20 años antes del 14 de abril de 1972 y la consumación del Golpe de Estado del 73’, no existía ni la revolución cubana ni el MLN, y ya vivíamos un proceso de “policialización del Estado de Derecho”(4).
“No es la politica la que crea extraños compañeros de cama, sino el matrimonio”(5)
La totalidad de los actores políticos de los partidos de derecha (Partido Colorado, Partido Nacional, Cabildo Abierto, por nombrar los más importantes), la totalidad de actores políticos sociales y empresariales de derecha (comunicadores o dueños de Medios de Comunicación), e incluso cierta izquierda que comparte clase con los antes mencionados, insisten en pretender superar un proceso histórico trágico (haciendo especial hincapié en las víctimas de la violencia directa pero callando los despojos económicos en favor de los dueños de la rosca) repartiendo culpas equitativamente. Inmadurez e intrascendencia que no han modificado con el paso de los años, ya que con la intervención de Hamas del 7 de octubre de 2023 han vuelto a desempolvar su apurado anhelo conciliador, negador, que siempre siempre termina decantando por la parte más poderosa…adaptando la teoría de los dos demonios hasta para el análisis de un conflicto internacional. Un análisis que es un no análisis y que -por ende- termina siendo un análisis, que no cuestiona el orden de los cosas. Por el contrario, lo profundiza.
Pero no siempre todos los blancos ni todos los colorados sostuvieron las mismas posturas que sostienen hoy en día en relación a las culpas y la escalada de violencia en nuestro país previo al Estado de Guerra Interno, como esa otra frase que se atribuye a Groucho Marx: “Éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros”. El 13 de noviembre de 1961 el Parlamento Nacional fue escenario de un debate en torno a la interpelación al Ministro de Interior Nicolás Storace Arrosa, a partir del asesinato del obrero de la carne: Walter Motta, a manos de la Guardia Metropolitana. En dicho debate, el diputado quincista(6) Flores Mora reconstruyó los principales casos de violencia que se sucedieron desde el asalto a la Universidad en octubre de 1960 y los que fueron sucediendo durante lo que iba del año 1961: las muertes de Serafín Billoto, Arbelio Ramírez, Antonio Santos por torturas, el supuesto suicidio de Juan José Camarri en una Comisaría de Montevideo, los malos tratos y torturas a los funcionarios del Casino de Atlántida, la balacera a un acto político del Partido Comunista y, finalmente, la muerte de Walter Motta.
Repito, para que no hayan malentendidos, hablamos de un diputado del Partido Colorado en el año 1961. Por supuesto que no existía el Frente Amplio y aún faltaban dos años para el robo de armas en el Club Tiro Suizo. Acontecimiento desde donde el Senador Manini Ríos articula su relato revisionista sobre los orígenes de la violencia en nuestro país.
En su libro ‘Dentro de la compañía: Diario de la CIA’, el ex agente Philip Agee describe “operaciones terroristas” contra instituciones y personas vinculadas a la izquierda, dirigidas por el jefe de la estación montevideana entre 1960 y 1962: Tom Flores. El Senador Manini Ríos que, además, menciona el discurso del Che Guevara en el Paraninfo, en el que llama a los militantes de izquierda a cuidar nuestra democracia, y así tratar de “más radicales que el Che” a quienes años más tarde decidieron el camino de las armas, siempre se olvida de mencionar que al finalizar esa jornada el MEDL (Movimiento Estudiantil para la Defensa de la Libertad) -con apoyo y financiamiento de los norteamericanos- asesinó de un balazo al profesor Arbelio Ramírez.(7)
El accionar de un sinnúmero de organizaciones(8), que a distintas escalas -y según su relevancia o su vinculación con Estados Unidos o con grupos nacionalistas argentinos como el Movimiento Nacionalista Tacuara- participaron de estas “operaciones terroristas”, dio lugar a la paraestatalidad. Una política de Estado, que consiste en descentralizar la represión a través de
fuerzas irregulares que son armadas de forma encubierta o clandestina con efectivos y recursos de origen estatal. Fuerzas que no representan a ninguna autoridad política, pero que no se las puede catalogar como delincuentes porque están compuestos por policías y militares: “En general, los ‘escuadrones de la muerte’ aparecieron en aquellos países donde los mecanismos regulares de represión presentaron dificultades para contener la movilización social (…) dando forma a estos grupos para que su accionar sorteara las barreras legales que impedían la supresión de los focos de oposición política. De ahí que su proceder se caracterizara no solo por la ilegalidad, sino por el interés de aniquilar a los disidentes.”(9)
¿El Escuadrón de la Muerte fue una institución democrática?
El 24 de febrero de 1972, el MLN secuestró e interrogó a Nelson Bardesio. Un fotógrafo oficial, que en sus ratos libres oficiaba de agente de la CIA en la Dirección Nacional de Información e Inteligencia de la Jefatura de Policía de Montevideo. Y el interrogatorio fue en la “cárcel del pueblo”, pero el fotógrafo policial “no fue ablandado con palizas, no fue colgado con los brazos a la espalda de modo que los dedos del pie tocaran apenas el suelo, no fue sentado a horcajadas, durante horas, desnudo, esposado y encapuchado, en un caballete con un perfil de hierro en T, ni fue sumergido en un tacho de agua que contenía excrementos y vómitos, ni se le aplicó picana en los testículos, en el pene, en los dientes, en el ano, ni fue quemado con cigarrillos, ni fue violado con un palo. Fue simplemente interrogado…”(10) Y en ese interrogatorio habló de su participación en un asesinato y en cinco atentados con bomba, habló de otros integrantes del Escuadrón, habló de sus jefes, sobre cómo operaban y sobre la coordinación institucional entre el Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas para el desarrollo de las actividades paramilitares y parapoliciales.
¿Estas son las instituciones democráticas que defendían los caídos el 14 de abril? ¿Organizaciones paramilitares y parapoliciales, pensadas y financiadas desde el exterior y para todo el continente, realizando todo tipo de crímenes de lesa humanidad?
David “Chichí” Cámpora, quien cae junto a Eleuterio “Ñato” Fernández Huidobro el 14 de abril en la casa del matrimonio Martirena-Giménez, reflexiona: “Años después nosotros hicimos la crítica del 14 de abril, que fue tirar un cañonazo para matar un mosquito y provocar, entre otras cosas, el derrumbe de la casa.”(11) Los mosquitos eran: el profesor Armando Acosta y Lara, el capitán Ernesto Motto, el capitán Jorge Nader, el inspector Víctor Castiglioni, el subcomisario Oscar Delega y el empresario Miguel Sofía…todos pertenecientes al Escuadrón de la Muerte, responsables de las muertes -entre otras- de los tupamaros Abel Ayala, Héctor Castagnetto, Manuel Ramos Filippini e Íbero Gutiérrez.
Entre la mañana y el mediodía del 14 de abril de 1972, Acosta y Lara, Motto, y Delega, son abatidos. Y el atentado contra Miguel Sofía fracasó, dando lugar a las primeras dos muertes del MLN que traería consigo la reacción del Ejército. Allí murieron en combate, los tupamaros Nicolás Gropp y Norma Carmen Pagliano. Inmediatamente el Ejército asaltó 2 casas que ya venía vigilando desde hacía tiempo: la de Perez Gomar 4392, en la que mueren los tupamaros Alberto Jorge Candán Grajales, Armando Hugo Blanco Katrás, Gabriel María Schroeder Orozco y Horacio Carlos Rovira Griecco; y la de Amazonas 1440, en la que mueren los tupamaros Luis Nelson Martirena Fabregat e Ivette Rina Giménez Morales.
Dar vuelta la página
Si la habremos escuchado, si tendremos que seguir escuchándola, sin que nunca la acompañe una explicación de cómo hacerlo, por qué hacerlo o quiénes deberían hacerlo/proponerlo. Si lo tiene que hacer la derecha que recurre constantemente al tema, sobre todo cuando la coyuntura política del país les es favorable y sobre todo cuando la realidad económica del país no les es favorable. O capaz quede mejor si la hace un guerrillero, que bien la puede hacer si en su fuero íntimo así lo entiende, que jamás -sin importar su entrega, consciente- debería arrogarse el derecho a hablar por todos, por todas, combatientes y sociedad, generaciones del momento y las que nacimos en esta cultura de la impunidad.
Escribía el “Ñato” Huidobro: “Yo me arrepiento de no haber planteado, cuando vuelvo a la dirección del MLN el 16 de marzo del 72’ y esta operación del 14 de abril ya estaba en marcha, que no había que hacerla porque era un garrafal error. Soy responsable por omisión, pero soy responsable. Porque yo era jefe y no quiero hacer como otros jefes militares que no reconocen su responsabilidad ante la opinión pública, ante el pueblo uruguayo y el gobierno uruguayo, de las órdenes que dieron y dejan que a sus subalternos de aquel entonces los siga enjuiciando todo el mundo, pero ellos que fueron los responsables no son capaces de tener carácter militar y decir el responsable soy yo.”(12)
¿A quiénes favorecemos si negamos la discusión? ¿Negar la discusión para evitar que vuelva a suceder? ¿Negar la discusión va a evitar que vuelva a suceder?
El paso del tiempo, por sí solo, no modifica lo acontecido. Lo modificamos quienes decidimos mirarlo desde una forma u otra, incluso -y sobre todo- quienes deciden cambiar la forma en que lo miran por algún proceso individual interno, porque la calculadora electoral les dice que tienen que ser otros, o porque el perfil lipídico en lugar de medirles el colesterol y los triglicéridos les mide cuanta moral de clase media les habita.
Está bien que los asesinos y los cómplices piensen como piensan, actúen como actúan, nieguen como niegan o tergiversen como tergiversan. Nosotros no, no hay cálculo que valga o por lo menos que al cálculo de lo poco que se gane se le agregue lo mucho que se pierde, para el hoy y para el adelante.
(*) Colectivo Mate Amargo es un Colectivo integrado por las y los compañeros que construimos a diario este medio de comunicación alternativo.
Notas
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Ley Nº18596, publicada en el Diario Oficial el 19/10/2009
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Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia de Bella Unión. Aportes a la construcción de la memoria colectiva. Artigas; 2020
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Kierszenbaum, Leandro. Estado peligroso y Medidas Prontas de Seguridad: violencia estatal bajo democracia (1945-1968) en Historia y problemas del siglo XX; Año 3, Volumen 3; 2012
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Concepto utilizado por el docente e investigador uruguayo Alvaro Rico en Del Estado de Derecho al Estado Policía: Uruguay 1967-1973, en Carlos Demasi et al, Estado de Derecho y Estado de Excepción: Alemania y Uruguay: las décadas violentas. Trilce; Montevideo; 1999
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Frase de Groucho Marx
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Lista 15 del Partido Colorado
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Broquetas, Magdalena. La trama autoritaria. Derechas y violencia en Uruguay (1958-1966). Ediciones de la Banda Oriental; Montevideo; 2014
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Se pueden encontrar en nuestra reciente publicación: “Revisionismo 3.0”, https://www.mateamargo.org.uy/2022/04/10/12329/
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López de la Torre, Carlos Fernando. Los escuadrones de la muerte en América Latina. Aportes para la identificación de un fenómeno represivo en Historia y problemas del siglo XX , Año 12, Volumen 14, 2021
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Blixen, Samuel. Sendic. Trilce; Montevideo; 2000
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Perroni, Esteban. Amazonas 1440. Radio 60 Malvin; Montevideo; 2019
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Fernández Huidobro, Eleuterio. En la Nuca. Ediciones de Banda Oriental; Montevideo; 2022