Y los que hoy estamos aquí, cuando homenajeamos al “bebe”, lo que estamos haciendo es homenajear a una generación y a una barra enorme de militantes que puso el pellejo arriba de las ideas

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Mate Amargo, continuando el homenaje a Raúl “Bebe” Sendic en el acto del 26 de abril pasado. Extracto del discurso del compañero Alejandro (Pacha) Sanchez, Senador de la República e integrante del Comité Central del MLN- Tupamaros.

¡Buenas noches, compañeras, compañeros!

Se largó el agua. Tuvimos que, como era natural, obvio, refugiarnos en nuestra casa, en la casa del Frente Amplio. Así que agradecer a Fernando Pereira, el presidente del Frente Amplio, hoy estamos acá, albergados con la bandera de Otorgués. Así que gracias Fernando y a toda la larga fila de militantes de izquierda del Frente Amplio que hoy están trabajando intensamente en esta campaña interna en el marco de nuestra unidad, pero tratando de contribuir a una victoria popular en octubre, sin lugar a dudas. Así que gracias Fernando, por esto pero además -por todas las cosas- porque vieron que a la derecha como que no le gusta mucho que Fernando hable, no? Esta es una cosa que la tienen como en las tripas y yo creo, estoy convencido, de que lo que más le molesta de las cosas que dice Fernando -que además son muchas verdades y a la derecha le gusta poco que le digan las verdades en la cara- es que un trabajador alce la voz para defender a sus hermanos. Por eso gracias Fernando, por lo que estás haciendo, ¡hay que defender a los compañeros cuando se los ataca!, cuando la derecha ataca a los compañeros hay que rodearlos.

Eso aprendimos a lo largo de la de la vida en esta militancia. Agradecer también a los compañeros, al Pepo Nunes y a Olesker que es de la casa, que están acá y seguramente a muchos otros compañeros frenteamplistas que se han arrimado, porque cada vez que algún acto nos convoca para reflexionar, para pensar y por sobre todas las cosas para renovar nuestro compromiso con la lucha, siempre están los compañeros en la vuelta. Y por suerte que están todos, porque la tarea que tenemos por delante es una tarea imposible de lograr si andamos solos.

No se puede andar solo en la vida. En la vida hay que andar acompañado, hay que estar rodeado de compañeras, de compañeros. Eso no significa que pensemos todos iguales, pero no es posible edificar una sociedad distinta desde la idea de que hay alguien que nos va a salvar, porque hay alguien que la tiene clara. Sino que, efectivamente, nuestra lucha es una lucha colectiva, es una lucha colectiva que tiene cientos, miles de militantes anónimos que han puesto el hombro para que las cosas avanzaran.

Y en un acto como hoy, yo me permito recordar solo a 2 entrañables compañeros, de tantos que han estado en esta casa y que nos han dejado muchas enseñanzas, al Flaco Dubra, Arturo y al “Murmullo. Dos constructores, silenciosos. Dos constructores de aquellos que estaban siempre donde tenían que estar, que no escatimaron nunca cuando tenían que cumplir una tarea o llevar adelante una acción política. Lo hicieron con solidaridad, lo hicieron con compromiso. Y los que hoy estamos aquí, cuando homenajeamos al “bebe”, lo que estamos haciendo es homenajear a una generación y a una barra enorme de militantes que puso el pellejo arriba de las ideas y decidió ponerse a militar por una sociedad más justa, más igualitaria. Porque les rechinaban las desigualdades y pusieron entonces todo lo que tenían al servicio de la lucha. Y no hay una causa más grande o una más chica, no hay una acción más grande o una más chica, en la militancia. Todas son importantes.

Son importantes las luchas que venían de la organización de los trabajadores cañeros en el norte, donde -en definitiva- el “bebe” bien decía la compañera: “de lengua corta y orejas largas”. Yo le quiero sumar otra cosa que es parte, creo yo, de la enseñanza de Raúl Sendic, que es poner el conocimiento, tu tiempo y lo que tienes al servicio de los más humildes. Porque el “bebe” siendo un estudiante en la Facultad de Derecho, en vez de quedarse refugiado en el Montevideo de los boliches y de los debates académicos, decidió salir a correr la misma suerte que los peludos del norte que estaban siendo olvidados y fue a organizar allá junto con otros para que esa realidad explotara en la cara al Uruguay que dormía la siesta.

Y no fue a explicarles como organizarse a los cañeros y a los remolacheros de Paysandú y en todas las vueltas que anduvo allá del litoral norte. Fue a vivir y organizarse con ellos, porque la otra enseñanza de ese tipo, de su legado, es que no vale de nada agitar para que otros luchen por vos. Andá a correr la suerte de lo que estás organizando, andá a trabajar donde hace más falta y no donde hay más cámaras. Andá a luchar con los que están más jodidos y no con los que tienen el riñón cubierto. Y esa es una enseñanza y un legado de Raúl Sendic que hay que seguirlo levantando como bandera.

Por eso, yo creo que estamos a 35 años de la desaparición física del bebé pero nadie puede pensar que el bebé está muerto. ¡Cómo va a estar muerto, si el bebé renace alrededor de cada olla popular que se organiza en los barrios periféricos!, alrededor de cada sindicato que lucha. Alrededor del sindicato querido y amado de UTAA, que hoy está peleando por las condiciones de trabajo de los peludos nuevamente, porque le han rechazado la posibilidad de laburar en la caña de azúcar. Un gobierno que le está dando la espalda al norte. En cada una de esas luchas donde la gente sale a pelear por sus derechos y por sus necesidades, anda Sendic por ahí rumiando, caminando bajito, tratando de aportar su granito de arena para que esa causa de los pueblos…los que nunca tuvieron voz, se puedan organizar y ponerlo arriba de la mesa.

Por eso, compañeras y compañeros, para nosotros es una obligación. El “bebe” no necesita que nosotros le hagamos homenaje, él no necesita que nosotros hagamos actos por él. Los que necesitamos hacer un acto para recordar y para saber que pretendemos intentar ser continuadores de su gesta, somos nosotros. Somos nosotros mismos los que necesitamos decirnos que estamos acá por las mismas banderas que alumbraron la esperanza de muchos compañeros cuando se organizaron allá en los 60’ y dejaron su vida en la estaca con cárcel, prisión y sufrimiento, pero peleando por un Uruguay que fuera más justo y más igualitario. Y esas causas seguirán presentes. Y en ese marco también tenemos que decir que, en el momento que estamos hoy, nuestra lucha por encontrar a nuestros compañeros y compañeras desaparecidas sigue estando tan vigente como nunca y hasta que no aparezcan estaremos ahí peleando por verdad y justicia.

Pero si queremos homenajear al “bebe” y a su lucha, también tenemos que mirar hacia el futuro. Porque si hay algo que hizo Sendic, fue tratar no solo de organizarse con otras y con otros, sino construir un futuro mejor, porque la pelea puede estar cargada de mochila, de una larga historia, de lucha, de militancia, de sacrificio, sacrificio que llevaron adelante cientos de compañeros…pero lo más importante es que ese sacrificio valía la pena porque se estaba mirando hacia adelante. A lo que vendrá, a lo que hay que construir, por lo cual tenemos que pelear.

Y hoy, en un año electoral, obviamente que estamos peleando en el marco de la campaña electoral para tratar de sacar y ganar las mayorías parlamentarias y el gobierno, para poder poner un gobierno -nuevamente- que no esté al servicio del “malla oro” sino -nuevamente- al servicio del pelotón y particularmente de los rezagados. Esa es la tarea principal que tenemos todos. Pero nosotros no luchamos solo por llegar al gobierno. Quizás la tarea más grande todavía es, si llegamos al gobierno, es empezar a construir y reconstruir el país que necesitamos, empezar a generar las condiciones para que la salud no se siga recortando como se ha recortado durante este gobierno, que recortaron 90 millones en ASSE con 120.000 usuarios más y que la gente anda deambulando de un lado al otro para intentar conseguir un medicamento. Nada más ni nada menos para poder ejercer su derecho a la salud.

Y el gobierno trata de construir ciertos relatos, pero la verdad de la milanesa es que los usuarios de salud hoy están más jodidos que antes y que las dificultades cuando hay un gobierno que mira el “malla oro” y decide ahorrar, lo que significa es que a ti te recortan los derechos, como está pasando hoy, a lo largo y a lo ancho del país. Por tanto, hay que reconstruir nuevamente un sistema integrado de salud que ponga el eje central en el ser humano, y en su derecho a la salud, y no un eje centrado en el recorte y en el traslado de recursos para los amigos del sector privado. Porque lo que está pasando hoy con el gobierno de la derecha es que se están sacando los recursos que ponen los trabajadores con el Fonasa y lo están trasladando al sector privado. Hay una rapiña silenciosa que anda por ahí en ASSE, que no solo recorta derechos de salud sino que está fortaleciendo a algunos amigos, seguramente Cipriani que quizás capaz que le financia la campaña electoral porque tiene intención de ser candidato a intendente de Canelones. Parece ser que los canarios no le van a creer a Cipriani y seguramente por más plata que ponga, va a quedarse con las ganas.

Pero esto es lo que está pasando en el Uruguay de hoy, donde tenemos medio millón de trabajadores que ganan menos de $25.000 por mes. Y la pregunta es ¿cómo poder sostener una familia y un proyecto de vida cuando ganás menos de $25.000 por mes, por 40 horas de trabajo semanal? y cuando además no tenés acceso a la salud y entonces tenés que sacar de tu bolsillo para comprar los medicamentos, y donde además tenés problemas porque no hay acceso a la vivienda de aquellos que habían prometido construir 50.000 viviendas y no construyeron ninguna. Y lo que es peor, bajo la excusa de construir viviendas y atender los asentamientos, perpetraron una de las rapiñas legales más duras contra una de los grandes anhelos del “bebe” Sendic, que fue la lucha por la tierra. Tajearon al Instituto Nacional de Colonización 30 millones de dólares con la excusa de construir un programa para los asentamientos que lo único que hicieron fue cambiarle de nombre, sistemáticamente, pero que no han intervenido en ninguno, porque los asentamientos han crecido enormemente y no hay políticas en ese tema.

Entonces tajearon nuevamente al Instituto de Colonización, que es la única herramienta que tiene la producción familiar, los trabajadores rurales y los productores familiares para poder tener condiciones de sostenerse en el medio rural, de sostenerse en el marco de la producción agropecuaria. Y como bien se decía hoy, la “fefa”, defender la soberanía alimentaria del país, porque son -en definitiva- esa masa social que está ahí esparcida por la campaña los que garantizan los alimentos que consumimos. Entonces, naturalmente habrá que ganar el Gobierno para volver a ponerle plata al Instituto Nacional de Colonización y -efectivamente- generar que los pobres de la tierra tengan acceso y derecho a tener tierra y trabajo como se merecen. Por eso vamos por un gobierno para poner recursos en el Instituto Nacional de Colonización, amos por un gobierno para volver a tener políticas diferenciales en la producción agropecuaria, vamos por un gobierno para que no queden solo los trabajadores rurales, tratando de pelear por un pedacito más contra sus patrones para llegar a su casa un poco más holgado y no tener que quedarse a medias, a mitad de camino en el mes.

Vamos por un gobierno por esas cosas. Vamos por un gobierno, en definitiva, para que no se le siga trampeando a la juventud la posibilidad de desarrollarse en este país. Vamos por un gobierno porque, yo diría que el principal fracaso (esa frase que tanto le enoja al Gobierno) es la situación por la que atraviesan los jóvenes del Uruguay, accediendo efectivamente a trabajos precarios, teniendo la tasa de desempleo más alta, teniendo dificultades enormes para continuar sus trayectorias educativas. Pero, por sobre todas las cosas, se representan, en definitiva, en que hoy hay más jóvenes que entienden que para desarrollar su vida hay que emigrar del país. Más de los que había en el 2002. Vaya logro del gobierno que ha generado que la enorme cantidad de jóvenes sienta que para desarrollar su vida tiene que irse del país. Ese es el fracaso más absoluto de la política de este gobierno, de una política económica que hay que cambiar, de una política económica que nos dice “Priorizamos el trabajo pero no el salario”. Y claro, cuando vos pensás -como piensa el presidente de la República– que libertad es tener un merendero al lado, está difícil para que piense de otra manera, para repartir un poco mejor la torta.

Vamos a cambiar el gobierno porque necesitamos cambiar la política económica, porque la política económica está enamorada de esa teoría que no se ha aplicado bien en ningún lado y que no ha dado ningún resultado. La famosa teoría del derrame, esa idea maravillosa que inventaron los ricos de decir “lo que vos tenés que hacer, cuando estás en el gobierno, es dejar que los ricos sean más ricos, y cada vez más ricos, y cada vez acumulen más riqueza, y más riqueza, y más riqueza….y tal vez en algún momento, de la mesa y del festín de los poderosos, caerá alguna migaja hacia abajo”. Y vos tenés que estar contento si te tiran esa migaja. Y todos sabemos que cuando se ha aplicado eso, lo que ha caído es miseria, pobreza y marginación. Y contra esa política económica es que estamos militando y por eso tenemos que cambiar el Gobierno para cambiar esa política económica y volver nuevamente a colocar una política económica que piense la necesidad del crecimiento, del desarrollo del país, de las inversiones, pero que piense en repartir. Porque si la torta no se reparte, las leyes del mercado no lo permiten. Esa es la tarea que tenemos por delante.

Hoy tenemos la tarea de cambiar el gobierno porque nosotros luchamos por causas que son más profundas y sabemos que el Gobierno, de alcanzarlo, no va a poder completar todos nuestros sueños, porque la lucha por una sociedad más justa e igualitaria, la lucha por una sociedad en donde lo tuyo y lo mío no nos separe, es una lucha de largo plazo en la que hay que ser pacientes constructores. Porque es una lucha que se da con la mayoría de nuestro pueblo y no con minorías iluminadas. Y eso también lo aprendimos a lo largo de la historia y de la militancia de nuestros compañeros, y de la historia del pueblo uruguayo. Hay que generar las condiciones de organización del pueblo, de las grandes mayorías y no de minorías intensas que creen que tienen las ideas reveladas y la verdad en un puño. Esa es la pelea que tenemos por delante. Y en esa pelea estamos todas y todos comprometidos. Es una pelea para tratar de organizarnos desde abajo, para construir desde abajo banderas que hablen de la necesidad de nuestra gente, de nuestro pueblo real. Ese que está todos los días peleando para ver si llega a fin de mes, ese que está todos los días preocupado porque se le llueve el rancho, ese que está todo el día preocupado porque no sabe si va a comer mañana, ese que está preocupado porque no sabe qué va a pasar con sus hijos mañana, porque se anda a los balazos en los barrios más pobres, no se sabe qué es lo que va a pasar con el futuro de sus gurises. Es por esa gente que nosotros nos organizamos y peleamos, y es por esa gente que levantamos esta bandera que son las banderas artiguistas, que han planteado desde el principio de la historia de que los más infelices sean los más privilegiados. Y ese es el objetivo de nuestra lucha. Trabajar siempre y militar siempre con los de abajo, soñando con ese futuro mejor.

Por eso yo creo que si el Uruguay que hoy tenemos, que no puede mirarse desconectado de nuestra región, vaya si será necesario en nuestra mirada colocar también la mirada regional, la necesidad de la unidad latinoamericana. Pongamos un solo dato de ejemplo, de cómo cuando ya no hay unidad en el continente latinoamericano, cuando no hay visión de las fuerzas de izquierda populares en los gobiernos progresistas para poder poner al pelotón y no al “malla oro”, ¿qué es lo que nos terminó pasando con la pandemia? América Latina representa el 6% de la población mundial y tuvo que poner el 30% de los muertos, porque no hubo capacidad de generar unidad latinoamericana para negociar las vacunas con los grandes laboratorios y garantizar la salud de nuestra población. Por tanto, sí será necesaria la integración para pensar en la salud, en el trabajo, en el desarrollo, en la custodia de los recursos naturales. Precisamos mucha más unidad regional para dar esas peleas. Es un camino largo, lo iniciaron los Libertadores. Quizás aquellos que venían de a caballo tenían una mirada en el horizonte más lejano. Hay que retomar la necesidad de volver a integrar a América Latina para poder defender y tener una voz común en el concierto internacional, para defender los derechos de nuestros pueblos, para defender la soberanía de nuestras tierras y por sobre todas las cosas, para poner los recursos naturales y la riqueza de este continente al servicio de los hambrientos. Porque eso es lo que hay que hacer.

Y déjenme decir solo una pequeña cosa del gobierno hoy, que además de entregarnos el puerto por 70 años en un acuerdo que solo era beneficioso para la empresa, hoy tuvimos un acto terrible. Tanto que le importa a la derecha la supuesta cuestión de las normas, hoy recaló en el puerto de Montevideo un barco militar de la Guardia Costera norteamericana. Está ahí, paradito en el puerto de Montevideo, dice que viene a colaborar con nosotros por el tema pesca ilegal, dice que está estudiando para ver cómo nos ayuda a defender los recursos naturales que tiene el país en esa plataforma continental que hemos logrado y que hay mucha riqueza que está allí. Pero lo peor de todo es que la Constitución de la República establece que al territorio nacional no puede ingresar ningún contingente militar, ni puede salir ningún contingente militar sin aprobación parlamentaria. Pero el gobierno entreguista que hoy tenemos, bastante cipayo, le abrió las puertas del puerto de Montevideo a esta nave sin tener ni siquiera que haber pasado por el Parlamento para autorizar ese ingreso. Y por tanto, desde acá decimos que los funcionarios públicos, básicamente el ministro de Defensa Nacional, como el ministro de Relaciones Exteriores, son responsables de no haber cumplido con la Constitución de la República. Y tenemos que exigir, en definitiva, que dejen su cargo porque no han hecho lo que tenían que hacer, que es hacer cumplir la Constitución de la República y la soberanía del país.

Entonces, compañeras y compañeros, nuestros sueños van mucho más lejos que una campaña electoral. Sin lugar a dudas. Y para eso hay que construir organización, hay que construir herramientas, hay que construir espacios de participación, pero por sobre todas las cosas hay que construir junto con nuestro pueblo. Hacia allá vamos y venimos peleando hace muchísimo tiempo. Somos continuadores de luchas muy viejas en el Uruguay. Todos nosotros y muchos más que hoy no están aquí, y nuestra tarea es seguir levantando esas banderas junto con Sendic y con esa larga lista de militantes anónimos.

Seguiremos levantando otra vez la bandera “por la tierra y contra la pobreza”, por la tierra y con Sendic. Yo diría que un acto nuestro no podría ser un acto en donde no estuviera la cultura, donde no estuviera la poesía y el canto popular, seguramente tengamos espacio para eso como lo tuvimos al principio con Sandra.

Pero solo una cosa, compañeros, para terminar. Tenemos una tarea importantísima en este tiempo, la lucha que está llevando adelante el pueblo uruguayo no es poca cosa. Hay una pelea muy grande porque nos jugamos muchas cosas en este año electoral y cuando decimos que nos jugamos muchas cosas, nos jugamos mucho de lo que se ha hablado hoy aquí (y hablamos por todos lados), de la pobreza, la falta de trabajo, la falta de inversión, la pérdida de soberanía. Por tanto, la tarea principal que tenemos es la de encender esa llama, encender una llama de la victoria a lo largo y a lo ancho del país, que pueda nuevamente organizar a los desposeídos, a los que no tienen trabajo, a los que tienen trabajo y los explotan, a los que se les llueve el rancho. A todos aquellos que, en definitiva, son la enorme mayoría de nuestro pueblo y que necesita tener una luz de esperanza de que es posible construir un Uruguay.

Hacia esa pelea estamos yendo todos juntos. Las tareas son inmensas. Yo quiero simplemente poner aquí la importancia y reconocer la militancia de los compañeros del interior del país. Es fácil a veces militar en el Cerro, que somos mayoría, pero es difícil levantar bandera del Frente Amplio y la bandera de Otorgués en el medio de la campaña, como sucedió hace muy poquito. No hace mucho, en algún pueblito olvidado de Tacuarembó, la hija de un viejo compañero que lamentablemente falleció, se reunió con los compañeros del Frente Amplio y le dijo que lo que tenía, además de la historia de su padre, de haber aprendido esos valores, era que la casa de su padre se transformara en un comité de base porque su padre había luchado toda la vida y ponía esos recursos al servicio de la causa del Frente Amplio. Y eso habla de los compromisos de los de abajo, eso habla de la lucha que se extiende en cada rincón del país, con la cual vamos a salir a militar y a pelear para que el Frente Amplio vuelva a ser gobierno. Y en ese gobierno seguramente podamos mirar a nuestro pueblo y decir estamos cumpliendo un pedacito con el derecho que tenemos de poner la política al servicio de la mayoría.

Arriba compañeros, ¡qué viva el MLN!, ¡qué viva Raúl Sendic!, que vive en cada lucha. Y a militar incansablemente por poner nuevamente la política al servicio de las mayorías.

¡Habrá patria para todos!

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