Te acordás Pepe? (2)

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Por Rolando W. Sasso(*)

Retomando el hilo de nuestra anterior nota publicada en Mate Amargo, surgen nuevos recuerdos para dialogar de manera ficcionada con Pepe Mujica, de tiempos lejanos y no tanto, de experiencias pasadas y presentes. Porque a pesar de los sinsabores, la vida nos enseña que es hermosa y nos invita a vivirla plenamente.

¿Te acordás Pepe de los años del pachecato, después de la inesperada muerte del general y ex presidente Oscar Gestido en diciembre de 1967?

Sí, recuerdas las vedas de venta de carne, nos dijiste entre risueño y melancólico, que la gente iba a hacer colas para comprar en las carnicerías de Carrasco o de La Paz, porque la restricción afectaba sólo a Montevideo. Eran divisas cárnicas para la exportación que afectaba menos al que tenía auto.

A escasos nueve meses de haberse colocado la banda presidencial, el general Gestido que se presentaba con los méritos logrados en la presidencia de AFE (Administración de los Ferrocarriles del Estado) y predicaba aquello de “ajustarse el cinturón” fallecía dejando la vía libre a un golpe de Estado más o menos legal. Pacheco quiso enderezar al país mediante un autoritarismo radical, sin negociación con la oposición, a puro prepo. El semanario Marcha lo caricaturizó espléndidamente con los guantes de boxeo bien calzados apelando a su pasado pugilístico y a su imagen de “hombre fuerte”. Tanto fue así que metió al país en un callejón sin salida.

Después vinieron los asesinatos de los estudiantes Liber Arce, Hugo de los Santos, Susana Pintos a manos de la represión policial y ya no hubo marcha atrás. La espiral de violencia crecía cada jornada en las calles montevideanas y repicaban en algunas ciudades del interior.

¿Te acordás Pepe que en esa misma época andabas clandestino, escapándole a la represión que atravesaba la ciudad en chanchitas, camiones, jeeps y autos confiscados, mientras vos y tus compañeros la atravesaban por abajo usando las cloacas que conocían bien desde que las relevaron con el “Plan Gardiol. Habías caído preso por primera vez en 1964 tras un frustrado asalto a la “Sudamtex”, ubicada en la calle José Enrique Rodó (antes Lavalleja), haciéndose pasar por delincuentes comunes cuando en realidad buscaban finanzas para apoyar la lucha de los cañeros de Bella Unión. El MLN estaba en gestación, aún no había nacido y no se veia su existencia. Estuviste ocho meses preso en el penal de Miguelete.

¿Te acordás Pepe el día en que te metieron media docena de balas en el lomo cuando te detectaron en un contacto en el bar “La Vía” en Monte Caseros y Dámaso Larrañaga? Te llevaron gravísimo al Hospital Militar y le escapaste a la parca de milagro. La preparación de la acción contra Mailhos y sus libras esterlinas continuó a pesar de todo.

También te acordarás de las dos fugas del penal de Punta Carretas, en setiembre de 1971 en un pelotón de 106 tupamaros y 5 presos comunes que se escaparon por un túnel y provocó la caída de varias cabezas en el Ministerio del Interior. La segunda vez fue en abril donde serías uno de los 15 tupamaros y 10 comunes que se aspirinaron a través de otro túnel construido esta vez desde fuera de la cárcel.

¿Te acordás Pepe de cuando estuviste preso 13 años entre el penal de Libertad y los cuarteles, en condición de rehén de la dictadura? Dio para escribir un libro que salió en tres tomos, editado por TAE. Luego, en enero de 1993 fue reeditado en el país vasco por Lehen Edizioa, de la cual tuve el honor de recibir un ejemplar de manos de Pablo, un amigo que tuvo que ver con la mencionada edición. En la dedicatoria escribió: “La solidaridad es la ternura de los pueblos. Viva Euskal Herria. Viva Uruguay.”

En los calabozos de los cuarteles descubriste que las hormigas gritan y se comunican entre sí cuando se ven en peligro. En ese ámbito, donde no se podía ir al baño a cualquier hora, tu mayor tesoro era una pelela de niño chico.

En ese tiempo cada nuevo interrogatorio era una nueva paliza (la máquina) y te las aguantaste.

Y un día ese hombre que pasó las de Caín llegó a la presidencia del Uruguay. Tabaré Vázquez le puso la banda presidencial, para inaugurar el segundo período de gobierno del Frente Amplio. Pero a pesar de todo, el Pepe no cambió. Siguió dedicando tiempo al trabajo en la chacra y eso fue lo que le ayudó a soportar tantas presiones y adversidades. Y siguió siendo el mismo campesino humilde e insólito de siempre.

Lo que pasa es que yo trabajo con las manos, porque concibo el mundo de determinada manera y soy campesino de alma, para mí la tierra es una hembra y por lo tanto una madre” dijiste una vez que te lo pregunté.

Algo que te gusta de verdad es hablar con los jóvenes y hacia ellos ejerces una atracción especial. No cualquier veterano le llega a los muchachos con la facilidad con que lo haces vos, Pepe. Quizás parte del secreto esté en que los tratas en un pie de igualdad y como tales los respetas. “Yo no comulgo con la idea de que no pasa nada con los jóvenes. No pasa en el sentido que nosotros lo podemos concebir. A los jóvenes los veo contestatarios a su manera, que no es la nuestra.”

(*) Rolando Sasso es fotógrafo, Periodista y escritor. Tiene en su haber varios libros de profunda investigación periodística sobre el accionar histórico del MLN-T

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