Por Gabriela Cultelli (*)
Otra de las actividades en la cual participamos desde la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad en abril pasado, y en el Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe Rómulo Gallegos, en Caracas, Venezuela, fue un panel conformado por la ecuatoriana Irene de León, el argentino Atilio Borón, el cubano Abel Prieto, y los venezolanos Luis Brittos y “el anfitrión” Pedro Calsadilla que en esa oportunidad actuó como moderador. El tema fue nada más y nada menos que “Crisis Cultural y Nuevo Fascismo”, gran tema para debatir en esta coyuntura.
Cuando oigo la palabra ´fascismo´…
El escritor, ensayista, historiador y dramaturgo venezolano Luis Britto, comenzó su alocución definiendo que “ante todo el fascismo es una reacción”. No por gusto aparece poco después de la Revolución Soviética. Nos habló del fascismo como “la clase media sin expectativa” que se ven sin futuro y cuando se le dibuja a la clase obrera o al progresismo como sus enemigos, “muéstrame un burgués asustado y te mostraré un fascista” citaba de Bertolt Brecht. Agregaba que, agitando sentimientos ultranacionalistas, racistas, misóginos, el fascismo llega a conquistar parte de la clase trabajadora y el pueblo. El 75% de la dirigencia fascista alemana fueron de clase alta o media. Comenzó siendo una especie de policía informal sumamente violenta en defensa de los intereses de las clases dominantes. Las grandes crisis que antecedieron a estas formas cruentas de dominio fueron otro de los tantos temas reseñados por este escritor venezolano, así como las alianzas con los grandes capitales en cada momento. La cultura como enemigo declarado y aquella frase atribuida a Gebbels, afirmación que sí procede de otro autor nacionalsocialista, Hanns Johst, “Cuando oigo la palabra ‘cultura’, echo mano a mi pistola” a lo que debe responderse según Britto “Cuando oigo la palabra ‘fascismo’, echo mano a mi cultura”
Irene de León situó la problemática del fascismo en la América Latina de hoy, una región en disputa. Militarización, agresiones, golpismos diversos, son todos sucesos de estos tiempos. “Y si eso pasa, es porque estamos dando batalla. Porque tenemos horizontes de cambio de alto tenor que hemos logrado colocar aquí” nos dice. Es la idea capitalista de “retomar el control”, ejemplifica con las arremetidas mediáticas, la judicialización de la política, acuerdos militares, el avance de los poderes corporativos lidereados por las trasnacionales, el complejo industrial- militar y el desarrollo de los fondos de inversión. El avasallamiento de las culturas y cosmovisiones propias en los tiempos modernos fueron temas tratados por esta intelectual ecuatoriana.
Las migraciones fueron tocadas por el cubano Abel Prieto, libre flujo de capitales, pero no de personas, la necesidad del fascismo para la aplicación extrema del modelo neoliberal, su alianza con gran parte de la iglesia, en ello los casos de Bolsonaro y los evangélicos satanizando a Lula, el anterior financiamiento norteamericano de estos grupos también en oposición a la teología de la liberación creciente por aquellos años en la región. La propia Red en Defensa de la Humanidad, Fidel quiso llamarla Red Antifascista, nos cuenta el presidente de Casa de las Américas, y recuerda los 11 principios de la propaganda de Goebbels hoy tan actuales como ayer, entre ellos el principio de simplificación y del enemigo único; el principio de la exageración y desfiguración convirtiendo cualquier anécdota o suceso por pequeño que sea en amenaza grave; el de la vulgarización, el de la silenciación (acallar realidades) y el principio de la unanimidad (convencer a mucha gente dando la impresión de unanimidad), entre otros. Así las guerras hibridas.
Atilio Borón retomó lo expresado antes sobre los crímenes de EEUU y allí destacó la campaña que recuerda las bombas atómicas sobre Hiroshima (80 mil personas vaporizadas en el acto) y Nagasaki (Japón) y reclamó que el 9 de agosto, día en que se lanzó la segunda bomba atómica, sea recordado como el día de los crímenes de EEUU contra la humanidad. La peligrosidad del momento y las amenazas de una guerra nuclear en Europa, fue otro de los temas, guerra que de darse sería la última y no llevaría más de una semana en cubrir a todo el planeta, de allí la necesidad de una nueva institucionalidad supranacional ante la incapacidad de las existentes. Sobre las especificidades del fascismo en América Latina, Borón señaló una diferenciación muy importante a tener en cuenta, ejemplificando con el caso argentino y su presidente fascista, pero que el presidente lo sea no implica que el Estado y el régimen político vigente sean fascistas, se trata entonces de una democracia amenazada y debilitada.
Más elementos que nos trae el hoy
De hecho, todo el panel fue riquísimo y enriquecedor, pero hablar del fascismo y sobre todo del fascismo dependiente que pueda estar avanzando en este continente necesariamente como zona en disputa, merece además recordar a otros pensadores. Por ejemplo, a Jorge Dimitrov, y en tal sentido podría hablarse de gérmenes de fascismo, movimiento fascista incipiente o proceso de fascistización naciente, como se le llamó en otros momentos de la historia aquí en el cono sur americano y previo al surgimiento de las dictaduras golpistas con rasgos indiscutiblemente fascistas.
Aquel pensador búlgaro, definía a grandes rasgos el fascismo como “la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital”. Al mismo tiempo señalaba que el fascismo y las dictaduras fascistas se habían dado de forma diferente en los distintos lugares según las condiciones históricas, sociales y económicas, las particularidades nacionales y la posición internacional de cada país. Planteaba textualmente: “En unos países, principalmente allí, donde el fascismo no cuenta con una amplia base de masas y donde la lucha entre los distintos grupos en el campo de la propia burguesía fascista es bastante dura, el fascismo no se decide inmediatamente a acabar con el parlamento y permite a los demás partidos burgueses, así como a la socialdemocracia, cierta legalidad. En otros países, donde la burguesía dominante teme el próximo estallido de la revolución, el fascismo establece el monopolio político ilimitado, bien de golpe y porrazo, bien intensificando cada vez más el terror y el ajuste de cuentas con todos los partidos y agrupaciones rivales, lo cual no excluye que el fascismo, en el momento en que se agudice de un modo especial su situación, intente extender su base para combinar -sin alterar su carácter de clase- la dictadura terrorista abierta con una burda falsificación del parlamentarismo.”, de hecho Dimitrov, nos habla de procesos, de transiciones necesarias (etapas preparatorias), de restricciones sucesivas de los derechos de los trabajadores y de las grandes mayorías. Y engloba el fenómeno en grandes regiones.
Se plantea la atracción de las masas por el fascismo, pues éste juega con sus necesidades y aspiraciones. Azuza entonces los prejuicios arraigados, pero también con el clamor de justicia de los pueblos, utilizando estos buenos sentimientos masivos. Incluso toma como suyos nuestros discursos, se apropia de nuestras palabras. Se muestra como ultra nacionalista, como “el salvador de la nación”, pero es ultra servil al imperialismo en sus fases más agresivas. De hecho, ya Dimitrov y por los años 40 exponía como posibilidad del advenimiento del fascismo, la debilidad del movimiento popular.
Se trata de una amenaza siempre latente. En momentos de caída del imperialismo cuando muestra y mostrará su cara más violenta, en momentos que vivimos y viviremos ciclos de crisis muy cortos y especialmente agudos, en tiempos que el continente está en disputa, bien vale volver a conversar sobre estos temas y sus posibles facetas.
(*)Gabriela Cultelli, Licenciada en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), escritora, columnista y co- Directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH)