Por Rolando W. Sasso(*)
La pobreza avanza sobre los uruguayos. No se necesitan números para darse cuenta. En el almacén de la esquina, en la feria, en la bolsa de los mandados que ya no se llena, en las calles de nuestras ciudades donde tantos conciudadanos duermen a la intemperie. No se precisan gráficas ni estadísticas para ver los asesinatos diarios: la violencia se desparrama como lava de volcán. El país está estancado. Se requerirá de un cambio drástico para abarcar estos temas.
Mientras la tardecita de un día cualquiera en mi país se va transformando en noche, sus tonalidades de nubes rojizas y violetas se van oscureciendo y el frío polar muerde con dureza los cuerpos flacos. El vierto del sur complica las cosas en la gran ciudad que ilumina sus vidrieras y sus calles al tiempo que los ciudadanos apuran el paso para llegar lo antes posible al hogar donde lo esperan las facturas aún impagas de los servicios.
Un par de perros callejeros retozan en una plaza con la ilusión de encontrarse un hueso que no aparece. Unos niños pobres juegan con ellos para distraer la panza vacía ¡Qué terrible es la pobreza en nuestro Uruguay! No se precisan pesquisas para darse cuenta que cada vez son más las personas que duermen en la calle.
“En el refugio no había lugar, me mandaron a otro que no sé dónde queda y ni una frazada me dieron. ¿Qué voy a hacer?” Se quejaba un hombre con la esperanza que alguien lo escuche. Otros allí están: algunos tapados con cartones, otros con diarios viejos, todos con el gesto duro y con ropas sucias y frías; sus expectativas de vida se acortan. “En mi país que tristeza la pobreza” cantaría Don Alfredo Zitarrosa.
La pobreza extrema trae de la mano la violencia que puede estallar en cualquier momento y lugar. El llanto de los niños a cusa del hambre, los artículos de consumo que se propagandean por diversos medios, que entran por los ojos y porque el niño rico de la cuadra tiene. El televisor que todos los ranchos tienen nos invita a comprar, y el bolsillo vacío que obliga a hacer cualquier cosa para tener un peso que satisfaga una necesidad de mentira.
¿Qué podrá ofrecernos el Frente Amplio para combatir estos flagelos?
El Frente ofrece 33 prioridades programáticas para un Plan de Gobierno que dará solución a tantas heridas abiertas. Para empezar a conocerlas hoy ofrecemos una síntesis para nuestros lectores:
1.- Desarrollo productivo sostenible. Se impulsa un desarrollo del país que integre dimensiones sociales, políticas, económicas, culturales y ambientales de modo que las personas puedan desarrollarse tanto individual como colectivamente.
2.- Promoción de nuestras cadenas productivas basadas en recursos naturales. Se continuará con el desarrollo y diversificación de las cadenas promoviendo la transformación y agregando valor, atendiendo situaciones como las cadenas lechera y hortofrutícola en su capacidad de generar desarrollo territorial y empleo.
3.- Impulso a las cadenas destinadas a la producción de alimentos, biotecnología, farmacéutica o de transformación manufacturera.
4.- Desarrollo de un sistema de transporte multimodal, infraestructura y servicios logísticos que contribuya al desarrollo económico y social.
5.- El turismo: del desarrollo económico al desarrollo humano y la cultura. Se retomará el desarrollo del turismo como uno de los sectores estratégicos a continuar fortaleciendo.
6.- Transición ecológica justa. Se transformará la matriz productiva promoviendo el uso y aprovechamiento ambiental sostenible, soberano, solidario y democrático de los recursos naturales y el uso intensivo de conocimientos para producir bienes y servicios diferenciados por calidad ambiental.
7.- Investigación, innovación y capacidades para el desarrollo. El país se apoyará en la ciencia, la tecnología y la innovación como pilares centrales de la actual etapa de desarrollo hacia una sociedad basada en el conocimiento con trabajo, bienestar, inclusión social y sostenibilidad.
8.- El trabajo. Será prioridad de las políticas públicas la generación de trabajo de calidad y la disminución de las inequidades laborales. Se promoverá el fortalecimiento de la negociación colectiva, el aumento del salario real y el incremento gradual del salario mínimo nacional y de los mínimos por categoría.
9.-La cultura y derechos culturales: forja de identidades, sentido de pertenencia y trabajo.
10.- La educación, un derecho humano para todas las personas durante toda la vida. Retomaremos el crecimiento de la inversión en educación pública estatal, sobre la base del 6% en educación más el 1% del PIB para investigación y desarrollo, ciencia, tecnología e innovación.
11.- Igualdad de derechos, distribución del ingreso y la riqueza y empleo.
12.- Seguridad social: pilar de la fortaleza de la sociedad. Se revisará íntegramente el sistema de financiación de la seguridad social, en particular las inequidades en los aportes, siempre bajo la premisa de que aporten más los que tienen más.
13.- Hacia la universalidad de los cuidados. Impulsaremos la cobertura universal y la diversificación de la atención a la infancia.
14.- La urgencia ante la extrema pobreza infantil. Se implementará un plan integral para que ningún niño/a nazca y crezca en situaciones de pobreza extrema.
15.- Infancia, adolescencia y juventud. Combatiremos todas las formas de violencia hacia niñas, niños y adolescentes.
16.- Convivencia y seguridad. El incremento de la violencia en general, las violencias basadas en género y generaciones, los homicidios, el tráfico ilícito de drogas, el lavado de activos, el crimen organizado, la trata de personas, la explotación sexual y comercial en niñas, niños y adolescentes; así como los delitos contra la propiedad constituyen desafíos para la sociedad que debemos combatir. Implementaremos un Plan de Prevención del Delito desde una perspectiva interinstitucional.
17.- El deporte: esencial para el bienestar y estímulo a la superación de las personas.
18.- El derecho a la salud.
19.- La prioridad de la salud mental.
20.- La igualdad de género transformadora de la sociedad.
21.- El combate integral a todas las formas de violencia y discriminación de género, racial, generacional y territorial.
22.- El derecho a una vivienda digna: territorios y ciudades integradas.
23.- La riqueza de la diversidad territorial.
24.- Una nueva y mejor gobernanza para una sociedad y un territorio integrados.
25.- Desarrollo regional: nuevas escalas territoriales de desarrollo.
26.- Un Uruguay abierto e integrado con la región y el mundo.
27.- Fortalecimiento y construcción de la democracia en el siglo XXI.
28.- Por la segunda generación de transformación digital.
29.- El reto de la inteligencia artificial en el país del Plan Ceibal.
30.- Una defensa posible, creíble y efectiva.
31.- Un Uruguay soberano en una nueva situación mundial.
32.- La necesaria construcción de confluencias sociales.
33.- La participación ciudadana como derecho fundamental y pilar del fortalecimiento de la democracia.
(*) Rolando Sasso es fotógrafo, Periodista y escritor. Tiene en su haber varios libros de profunda investigación periodística sobre el accionar histórico del MLN-T