Argentina Horror Show

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Por Andrés Correa (*)

Consideramos oportuno ante la crítica situación económica y social que vive Argentina entender que el Presidente, Javier Milei no debe ser calificado sólo por su diatriba en actos, ni sus posteos soeces en la Red X.

Milei es su política económica, con devaluación brutal de la moneda nacional, con un desplome de la actividad económica, con una inflación mensual que sigue siendo alta a 6 meses de iniciar su gobierno. La baja de todos los índices como industria, comercio, construcción, turismo avizora un tendal de desocupados. Y se suma la brutal caída de salarios y jubilaciones.

La eclosión social en Misiones que ya lleva más de diez días cuenta con apoyo popular y se expresa con cortes de rutas que llevan adelantes policías y docentes. Situación que en poco tiempo se puede repetir en otras localidades y provincias de Argentina.

Una investigación periodística de Ari Lijalad para El Destape desenmascaró que en medio de un gobierno que busca demonizar a los movimientos sociales la gestión de Sandra Pettovello en el Ministerio de Capital Humano retiene 5.000 toneladas de comida, sin repartir a los comedores comunitarios, en galpones de la ex cartera de Desarrollo Social. Para dimensionar la crueldad de la decisión política recordemos que la pobreza en Argentina afecta a la mitad de la población.

Hay quienes viven con bronca y la falta de dignidad de actores políticos que comprenden cabalmente la condición de antipopular, antinacional y antifederal que pretende consolidar la gestión mileísta, sin embargo, sostienen que no hay que poner palos en la rueda y darle herramientas para que pueda gobernar. 

Milei vive en una burbuja sólo da entrevistas, a media luz, con periodistas «amigos» a nivel nacional, participa en España de la cumbre de ultraderecha como referente mundial, se reúne con empresarios en lujosos hoteles, canta y habla en el Luna Park necesita del aplauso y vítores, evade la crítica.        

La Ley Bases «de bolsillo» por los recortes de su primera estadía en el parlamento ahora espera su discusión en el Senado con la vuelta del impuesto a los salarios, la reforma laboral, el blanqueo, las facultades delegadas al Presidente y el núcleo central que es la propuesta de instalar un Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) que pretende estimular por un lapso de 30 años mediante beneficios en políticas fiscales y aduaneras un auge de inversiones en minería, gas y petróleo. También inversiones agropecuarias

El plan es consolidar una Argentina exportadora de commodities con multinacionales apropiándose de la renta de los recursos naturales sin articulación con el entramado productivo y mucho menos el sector de las Pymes.

Otro llamado de atención es que una empresa extranjera puede entrar al RIGI adquiriendo empresas argentinas y se vuelve beneficiaria de las bajas tributarias.

El texto del DNU 70/2023 y la Ley de bases que busca aprobar en el Senado son el plan de gobierno de Milei y sus aliados de las corporaciones económicas.

Pese a los viajes de Luis Caputo, ministro de Economía, a Washington, la administración Milei, no cuenta con el apoyo financiero del FMI, las exportaciones de granos se liquidan muy de a poco, el salvavida serían los fondos de inversión como BlackRock, Fidelity, PIMCO, etc que juntos son los principales acreedores de deuda de Argentina que buscan la aprobación de la Ley de Bases para quedarse con los recursos naturales que tiene el país.  

El capital financiero y su bicicleta rentística funcionando le permitieron al gobierno de Javier Milei llegar hasta acá dibujando algunos números de la macroeconomía que sus aliados mediáticos reproducen como buenas noticias.

Sin dólares el plan se agota, la producción de riquezas cae abruptamente con el mayor descenso de la Inversión Bruta Interna Fija. Bajo una olla a presión, Economía se sentó arriba de la olla, el colapso cambiario parece inevitable como la consecuente fuga de capitales y con un gobierno que aplica un programa regresivo en términos sociales, laborales y en la producción nacional.

En tiempos de vacío, de shows para pocos, de distracción programada es de esperar que llegue para unos cuantos una nueva decepción, para otros recuperar la capacidad de movilización y reacción ante la calamidad planificada.

(*) Andres Correa, Periodista argentino-uruguayo, director y conductor principal del Programa Radial «De Fogón en Fogón», corresponsal de Mate Amargo en Buenos Aires.

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