No pasarán

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En Uruguay se acerca la cita con las elecciones internas. Ya podemos contar los días que faltan con los dedos de una mano. Es el comienzo de un ciclo electoral donde se podrán definir muchas cosas, entre otras ponerle un parate a la ola ultraderechista que se expande mundialmente o darle paso con luz verde.

Por Rolando W. Sasso.

En Brasil el pueblo desplazó a Jair Bolsonaro y en México más recientemente, se levantó un muro imaginario para detener los desplantes de la internacional ultraderechista. Son dos pueblos que valientemente dieron un gran paso adelante, ahora nos toca a nosotros. La lucha también es por salvar a la humanidad, sus principios y el planeta que habitamos.

Veamos. En las recientes elecciones al Parlamento Europeo la derecha y la ultraderecha avanzaron nuevamente sobre las propuestas progresistas y de izquierda. No sólo en Francia crecieron los Le Pen (provocando una crisis política y adelantos de elecciones legislativas), también sumaron escaños en España (provocando la renuncia de la vicepresidenta Yolanda Díaz) como en Alemania, Holanda y Países Bajos entre otros.

En América Latina no estamos ajenos al contagio, recordemos el golpe parlamentario (impeachment) contra Dilma Rousseff de mayo de 2016; el intento de golpe contra Lula el día de su asunción (1º de enero de 2023); el golpe contra el maestro Pedro Castillo en Perú; todo lo que viene pasando en Bolivia; el más reciente golpe en Ecuador y otros insucesos.

En síntesis, en el mundo la ultraderecha y sus aliados se expanden, sea por votación popular o por la fuerza, tal como viene sucediendo en Argentina donde la represión salvaje se abre paso a golpes de garrote, sables y escopetazos. Javier Milei no es un fantoche que no entiende nada y que hace reír, por el contrario, tiene bien claro hacia dónde va y persiste en su rumbo aunque todo un pueblo se oponga.

Es por ello de gran importancia parar el avance de los sucesores de Adolf Hitler y hacerlo con medios legales, con un mar de votos. Como lo hicieron en Brasil eligiendo a Lula da Silva y en México con la consagración de Claudia Sheibaun del partido Morena.

La pelea será entonces entre la derecha a la que no le importa el dolor del pueblo trabajador contra las fuerzas del desarrollo productivo con justicia social. El choque sucederá entre los que pregonan la libertad de hacer lo que mande el capital y los que traspiran la camiseta laburando por un futuro para todos con justicia y dignidad. Porque no alcanza con la moneda que derrame el vaso de la opulencia para calmar tanta sed.

La disputa será dura, este es el primer round al que le seguirán los choques de octubre y tal vez noviembre. Para que los pobres dejen de comer en ollas populares llamamos a no faltar a la cita y votar consecuentemente.

Exhortamos a votar el domingo 30 por la opción progresista, con cualquiera de las listas del Frente Amplio para comenzar el retorno, para recuperar tantas cosas perdidas empezando por el trabajo digno y con salario justo. Para eso es imprescindible el crecimiento económico, que permitirá (redistribución mediante) acortar la brecha entre los malla oro y el pueblo oprimido.

Habrá que profundizar la reforma de la salud, para que sea realmente para todos; se tendrá que garantizar la enseñanza pública y gratuita, sin deserción escolar, tal vez incentivando a los muchachos con más deporte. Será con políticas de seguridad pensadas y consensuadas que lograremos bajar los índices de los asesinatos y combatir el narcotráfico. Se presentará una política impositiva donde los que tengan más paguen más, en beneficio de la sociedad toda.

Esta elección tendrá mucho de ideológico porque enfrentará dos modelos de país: el que proclama el beneficio de los ricos por sobre la justicia social, el que abandona cientos de miles de personas a su suerte, el que proclama la libertad de la oferta y la demanda y por otro lado el país donde “los más infelices sean los más privilegiados”.

En esta elección también se juega el futuro de las empresas del Estado que la derecha quiere privatizar entregando las riquezas patrimoniales de todos los uruguayos, como pasó con el puerto y la concesión a los belgas. Hagamos como dijo Artigas “No vender el rico patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad”.

(*)Rolando Sasso es fotógrafo, Periodista y escritor. Tiene en su haber varios libros de profunda investigación periodística sobre el accionar histórico del MLN-T

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