Internas y externas

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Por Carlos Laborde(*)

Que Laura aquí, que Laura allá, que Valeria va o viene, que Álvaro decide o no y deciden sus colaboradores, que el presidente ordena o acuerda. Que blancos encrispados no entienden lo que pasa y buscan desesperadamente justificar actos acciones que pasan delante de sus militantes, sin derecho alguno, a ser parte de razones que otros -y muy por encima de ellos y de sus bases- adoptan atribuyéndose una especie de derecho consuetudinario en ejercicio de una verdadera autocracia. En fin, tan sólo para intentar poner en valor negativo o positivo resoluciones -en base a determinados resultados electorales- a las que este país podría quedar expuesto .

Hoy creo que es un ejercicio de una lógica extraña poder hablar de un Partido Nacional, no sólo por el hecho de haber abandonado -quienes hoy conforman su dirigencia- los principios que dieron origen a su creación, existiendo hoy tan sólo un abroquelamiento esencialmente sectorial y

multipartidario en función de la conquista del poder por el poder mismo.

Hoy la lucha de partidos y sectores coligados y reunidos por la figura y el entorno del presidente, alojados ayer y hoy a la sombra de ese poder, nos debe hacer prender las alarmas. Ya que bajo el concepto de la seguridad institucional, de esta democracia fuerte y fortalecida por la vigencia de los partidos políticos, sin embargo se ve cruzada por la fervorosa idea de soslayar la causa de los pueblos anteponiendo como oposición política un verdadero infantilismo partidista, desmereciendo la capacidad crítica y analítica de sus propios votantes. Sólo conceptos como que esa oposición es y será la fuerza que hará perder las elecciones al FA, ya que es esa y seguirá siendo su condición necesaria y mesiánica, porque pretenden en actos y acciones destempladas ser la barrera contra el comunismo, contra el sindicalismo comunista, contra los tupamaros escondidos en el FA, contra las dictaduras cubana y venezolanas…en fin, son los exorcistas modernos prontos a exorcizar no sólo a quienes no piensan como ellos, sino elevar a su vez esas concepciones propias de la guerra fría al relacionamiento internacional.

Hoy tenemos en el gobierno y sus socios de la coalición, una férrea y destemplada defensa de las condiciones impuestas por los grandes grupos de presión económica, en algunos casos nacionales y en otros de presión económica nacionales asociados a sus patrones del globalismo internacional.

Al principio hacíamos alusión a los avatares electorales del PN, en una suerte de telenovela propia de Gran Hermano con ribetes de tinelización. Vimos con asombro como aquellos dirigentes que (al principio) se veían sorprendidos por las decisiones del precandidato Delgado, con conocimiento o aprobación del Presidente de la República, al designar a Valeria Ripoll como integrante de la fórmula presidencial, se iban encolumnando lentamente a aprobar y hasta exaltar la decisión tomada. No es para nada nuestro propósito realizar juicios de valor acerca de estas decisiones partidarias, tomadas las mismas en la legitimación de su partido, es simplemente ir señalando como estamos asistiendo a aquello de que todo vale, aún más allá de las posturas de militantes y de sus correligionarios o partidarios.

Es en todo caso ir señalando la forma y manera como, cada vez más, las resoluciones se adoptan desde los cenáculos del poder y luego bajan como verdades reveladas al ciudadano, que va siendo cada vez más ciudadano electoral y no ciudadano político.

Es esta la forma, sin duda, que va desencantando al ciudadano político para ir hacia la columna del ciudadano tan sólo electoral, explicación ésta que -sin duda- también explica en parte el bajo nivel de votación en las internas pasadas, lo cual revela cuál sería entonces el nivel de votación de los ciudadanos de este país si las elecciones no fueran obligatorias, como no lo son en otros países.

Creo viene al caso señalar, a esta altura de la nota, el peligro que se corre cuando desde la atención ciudadana se van soslayando y desvirtuando los temas verdaderamente trascendentes, para instalar (medios de comunicación mediante) la farándula Delgado Ripoll – Ripoll Delgado.

Este gobierno deberá rendir cuentas no sólo política y electoralmente de sus acciones, sino lo que realmente importa que es la institucionalidad de la República, deberá hacerse cargo del uso y abuso de poder. Debemos tratar que esa cobertura de democracia mal entendida y peor practicada, no enturbie ni oculte las responsabilidades Republicanas de las que han escapado hasta ahora.

Creo del caso señalar que, además, de llegar con las propuestas propias del plan de gobierno y proyectos de ejecución inmediata, el FA tendrá la enorme responsabilidad de ser la colectividad que opere como El Fiscal De La Nación

Creo que se ha instalado, en este período de gobierno de coalición, la idea perversa de que proyectando y ahondando una grieta ciudadana eso ha de asegurar el proceso de su continuidad, afirmaciones electorales tales como la de muchos candidatos consistentes en que sus acciones

están tan sólo delineadas en función de hacer perder al partido que enfrentan. Es tan peligrosa, como asimismo tan perversa, esa plataforma política con la cual pretenden banalizar esta democracia, muchas veces malherida, dando la sensación de que se está por disputar un partido de football. Entonces, y por consecuencia, poco importa suponer quien o quienes se harán cargo de los abusos de poder, de las desviaciones de derecho, de las inconsistencias derivadas de hechos ilegales e inconstitucionales, marcados ellos en las posturas que fueron parte de

las denuncias de parlamentarios del FA.

Lo que sumariamente hemos anotado en estas líneas creo nos da una aproximación de la vastedad de la lucha que se ha de enfrentar: elevar la conciencia ciudadana para formar columnas de ciudadanos políticos y no meramente electorales; derribar los cimientos de las desigualdades edificadas sobre las bases de las teorías del “derrame”; fortalecer la institucionalidad Republicana donde los organismos de contralor adquieran la dimensión que hagan creíble y eficiente las acciones de gobierno; llevar adelante una política internacional que no quede anclada en las decisiones encubiertas y soterradas de los imperialismos que cultivan las guerras y dominan nuestras economías, cuyos lacayos aquí sólo se preguntan si en Cuba y en Venezuela hay dictadura, sin detenerse un instante en el análisis de las realidades de esos países y no lo hacen porque también en esas afirmaciones procuran sostener la grieta que edifican con particular interés.

En fin, siempre nos apegamos a la máxima histórica de que «la causa de los pueblos no admite la menor demora » pero creo del caso recordar también, y más en estos tiempos vertiginosos y arrolladores de las soberanías, de las identidades, del ser nacional, de los globalismos, la afirmación del Protector de Los Pueblos Libres José Artigas, cuando afirmaba ante las sacudidas de los poderes centralistas e impopulares que «ES MUY VELEIDOSA LA PROBIDAD DE LOS HOMBRES Y SÓLO EL FRENO DE LA CONSTITUCIÓN PUEDE AFIRMARLA.”

(*) Carlos Laborde es Docente, ex candidato a Diputado por el Partido Nacional en Fray Bentos, ex miembro de la Convención Nacional del Partido Nacional, ex integrante del Partido Nacional en Fray Bentos

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