Por economiapolitica.uy *
Héctor Tajam **
Dibujo Prof. Adán Iglesias Toledo ***
“La Reserva Federal, al igual que otros bancos centrales de las principales economías, … a diferencia de otros bancos centrales, tiene un «mandato dual»: tratar de preservar el empleo y el crecimiento económico, así como reducir la inflación. ¿Puede la Reserva Federal cumplir con este doble mandato? A la Reserva Federal le gusta afirmar que lo hará; además, el consenso entre los economistas convencionales es que logrará este «escenario ideal» de baja inflación y desempleo junto con un crecimiento económico moderadamente sólido”. i
El Banco Central del Uruguay (BCU) tiene también un doble mandato, similar al “Banco Central de EEUU”, o sea la Reserva Federal, como consecuencia de las modificaciones introducidas por la ley 18.401 del 24/10/2008 a la Carta Orgánica del Banco originalmente estructurada por la ley 16.696 del 17/04/1995. El artículo 3° de esta ley definió en primer lugar como finalidad “Velar por la estabilidad de la moneda nacional”, para lo cual “podrá aplicar los instrumentos monetarios, cambiarios y crediticios que fueren necesarios” (artículo 7°). La ley 18.401 modificó aquella finalidad primordial asignada al BCU en 1995, que quedó redactada de la siguiente forma: – “El Banco Central del Uruguay tendrá como finalidades primordiales: A) La estabilidad de precios que contribuya con los objetivos de crecimiento y empleo. B) La regulación del funcionamiento y la supervisión del sistema de pagos y del sistema financiero, promoviendo su solidez, solvencia, eficiencia y desarrollo”.
De esta manera quedó explícitamente considerada la estabilidad de precios (en otras palabras, reducir la inflación) como la finalidad principal del BCU, pero ahora además asociada al objetivo del crecimiento y del empleo, algo que nunca estuvo presente en los informes publicados por su directorio.
Otro cambio muy importante que introdujo la ley 18.401 a la Carta Orgánica del BCU, fue la instalación de un ámbito de Coordinación Macroeconómica con el MEF (Ministerio de Economía y Finanzas) a fin de evaluar en forma conjunta “la meta de estabilidad de precios a cuyo cumplimiento se comprometa el Banco y del régimen cambiario general” (artículo 2°). Si no existiera acuerdo, se agrega en el inciso siguiente, “se estará a lo que resuelva el Poder Ejecutivo”. Es indudable que tal coordinación no ha existido en este período de gobierno, y que la política antiinflacionaria -basada en el aumento de la tasa de interés de referencia- ha estado a lo que resuelva el directorio del BCU. En realidad, se ha disminuido la inflación, esto es, los precios aumentan pero en menor proporción, en función de la promoción de un dólar barato (popularmente conocido como atraso cambiario) que no se condice con los objetivos de crecimiento y empleo.
Es así que se instala la pregunta de Michael Roberts sobre la política de la FED: ¿se puede cumplir con el doble mandato? El problema es que el BCU ni se lo plantea, y el MEF parece correr por otros carriles.
Inflación y Dólar
Desde que comenzó la política antiinflacionaria del BCU basada en aumentos de la tasa de interés en agosto de 2021, se inició una evolución sincronizada entre una tendencia a la baja del tipo de cambio del dólar (o precio del dólar) y otra de reducción en la inflación (menores aumentos del nivel de precios, del IPC). Es lo que podemos apreciar en la gráfica 1.
Aumentos en la tasa de interés para depósitos en moneda nacional han promovido una intensa oferta de dólares a fin de obtener moneda nacional que brinde la posibilidad de una ganancia adicional. Este mecanismo produce el “dólar barato”, que a su vez rebaja el precio de los bienes y servicios importados que integran la canasta de consumo familiar promedio del país. He aquí la forma en que se disminuye la inflación, pero no actúa de igual manera para todos los consumidores.
En nuestro artículo de octubre 2023, “Inflación en baja, ¿bueno para todos?” mostramos como una reducción de la inflación mediante este mecanismo, depreciación del dólar, “afectará el consumo en forma diferente según el monto del ingreso familiar o personal, pues su monto determina dónde se priorizará el gasto mensual. Es evidente que, si la mejora en los índices inflacionarios se debe fundamentalmente a menores precios en electrodomésticos, aparatos informáticos y de comunicaciones, vehículos automotores, vestimenta y calzado, los más beneficiados son aquellos que disponen de mayores recursos para estos gastos, no menores por cierto”, transformándose en un nuevo instrumento que aumenta la desigualdad en la sociedad uruguaya.
Inflación, crecimiento y empleo
La política de aumento en las tasas de interés como instrumento exclusivo para controlar la inflación, encarece el crédito para el consumo y la inversión, dos de los principales componentes del dinamismo del PIB si lo observamos desde el enfoque de la demanda. Es indudable de que la actividad económica, medida por la variación del PIB, se ha estancado desde junio 2022, y si no ha descendido es por la recuperación del consumo de los hogares, reflejo de la recuperación salarial pactado para el fin del quinquenio y de situaciones coyunturales, como la diferencia cambiaria con Argentina.
Por otro lado, el nivel de empleo en la prepandemia ya se había recuperado en diciembre 2021, y es justamente allí cuando se intensifica la política de tasa de interés, y de depresión del dólar que se extendió hasta setiembre 2023. Ciertamente que la inflación bajó hasta niveles récord para lo que va del siglo XXI, pero el crecimiento del empleo, como la actividad económica, se estancaron como lo muestra la gráfica 2: la tasa de empleo de diciembre 2019 (57,8 % de la población en edad de trabajar) cayó a 54% promedio en 2020; en noviembre 2021 regresó al registro de 57,9, y recientemente en julio 2024 se había elevado a 58,6%.
En forma similar a la baja de la inflación, el crecimiento del empleo más reciente también ha tenido una lógica interna donde el avance de sus componentes ha abonado mayores niveles de desigualdad y pobreza. Nos referimos a la creación de empleos de peor calidad, asociados a situaciones de subempleo (jornada laboral insuficiente) y a empleos no registrados en la seguridad social.
En definitiva, la caída de la inflación y los instrumentos utilizados, se han asociado a un “enfriamiento” de la economía provocado por el encarecimiento del crédito y la caída de la competitividad de la producción nacional. El doble mandato de la Carta Orgánica parece difícil de cumplir, a menos que efectivamente se coordinen las políticas del BCU y del MEF
Gráfico 1
Gráfico 2
(*) EconomiaPolitica.uy es un Programa de asesoramiento, investigación y formación en Economía Política.
(**) Héctor Tajam es Economista, Director del Programa EconomiaPolitica.uy y Columnista de MateAmargo. Fue Diputado (2005/10) y Senador (2010/15) por el MPP – Frente Amplio. Miembro del Capítulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (RedH)
(***) Prof. Adán Iglesias Toledo, Director del Medio humorístico DEDETE del Periódico Juventud Rebelde, miembro de la UNEAC. Colabora con varios medios de prensa en su país y en el extranjero.
i Del Blog de Michael Roberts, https://thenextrecession.wordpress.com/2024/08/01/the-fed-fails/