Por Darío Rodríguez (*)
En un Departamento que lidera el desempleo con 8.500 desocupados al que sumando informalidad y precariedad laboral alcanza un tercio de su población, es cuestión de todos los días ver locales luciendo carteles de “se alquila”, gente pidiendo plata en distintos puntos de la ciudad, otra o la misma revisando volquetas.
Observar el aumento de la inseguridad, violencia de género, otros abusos y dificultades como el acceso a especialista médicos en un Hospital con problemas edilicios (motivó conflicto) genera mucha desazón. La promesa de instalar en el Departamento, sin quejas desde la Intendencia y legisladores oficialistas, de una Fiscalía y Juzgado de Género quedó en anuncio; un magisterio desplegado por Intendencia y gobierno nacional.
(Las cooperativas reclaman por proyecto ex Paylana)
Lo anterior convive, en una expresión de dualidad social, con otros sectores que pueden trasladarse a Colón, aprovechando la diferencia cambiaria con Argentina, salir a comer afuera, tomarse vacaciones o cambiar el auto, incrementando así un enorme parque automotor y una abrumadora siniestralidad. Siniestralidad en el tránsito que a la Intendencia parece no preocuparle demasiado.
La dualidad se solapa con la expansión de la UdelaR, -no imputable en esencia a la Intendencia-, aunque es una socia estratégica. La UdelaR, que ofrece decenas de carreras, incluida medicina, radica docentes, demanda viviendas y aporta a la comunidad miles de dólares mensuales.
Billetera y galán
El presupuesto normal de la Intendencia, de unos 60 millones de dólares anuales, más las partidas que, por distintos conceptos envía el gobierno nacional y, sobre todo, el fideicomiso (preelectoral) con 25 millones de dólares acordado con el FA, dieron espalda a la actual administración blanca. Esta holgada situación, con una Intendencia saneada tras gestión del FA, le dio mucho aire a la gestión del actual intendente, Nicolás Javier Olivera; otrora Alianza Nacional, hoy D Centro.
(Fideicomiso, mucho hormigón, menos políticas sociales)
En las internas, el jefe comunal ratificó su liderazgo, frente al conjunto de correligionarios, aunque la novedad fue la irrupción de Larrañaga Vidal, hijo de Jorge Larrañaga, y la magra performance de la diputada Nancy Núñez. Otros candidatos nacionalistas que desde el MIDES volanteaban canastas, no les fue tan bien. El intendente muy fortalecido en el interior departamental queda muy bien posicionado para su eventual reelección.
La oposición, -pese a la ausencia de liderazgos, poca presencia territorial y escaso seguimiento de la gestión-, mejoró su performance en relación al 2019. Nuevamente el MPP fue el sector más votado. En la capital superó a la Vertiente Artiguista del ex intendente Guillermo Caraballo.
A mi manera
En general, las gestiones Departamentales encabezadas por el Partido Nacional, se manejan con absoluta discrecionalidad, ignorando la oposición, las demandas de la gente organizada, con mucha actitud clientelar y caudillista. Para gestionar de esta forma hay varios elementos, de distinta entidad, que pesan. Por un lado, una Junta Departamental (JD) con mayoría automática que facilita las cosas y es un “manual” del deterioro institucional. Opacidad, clientelismo, ausencia de información e ignorancia de la oposición política, completan la matriz de gestión. Es más sencillo encontrar una aguja en un pajar que la Intendencia responda un pedido de informe.
Por otra parte, una oposición no tan sólida (con algunas desavenencias públicamente expuestas como el asunto de la financiación de la nueva sede universitaria), medios o periodistas no tan críticos, cierran el circulo. Adentrarse en la gestión deja expuestas muchas dificultades cuando no irregularidades. La cantidad de ejemplos que se pueden mencionar, determinando una matriz de funcionamiento, abrumarían al lector.
Al inicio de su gestión, 2020, entre gallos y medianoches, trajo la Fundación correligionaria A Ganar para achicar plantel de funcionarios asignados a los CAIF, rebajar salarios, evitar aportes al BPS (cuando hablaban de dificultades del organismo) y colocar a un procesado por proxenetismo, puntero político, al que después debió desafectar. Lo hizo sobre un fin de año, con gran insensibilidad.
La IDP es responsable político-institucional del proyecto sociourbano en la ex textil Paylana; en una emblemática zona de la ciudad, consolidada y a escasas cuadras del río Uruguay. Entre otros emprendimientos, 8 edificios cooperativos, pagaron a la Intendencia 32 mil UR por todos los terrenos adquiridos. Las responsabilidades de la Intendencia están contenidas en un Decreto (6670/2018) de la JD que, con esmero, se encargan de dilatar su cumplimiento. Esto ameritó movilizaciones y denuncias de los involucrados. La IDP debe, entre otras cosas, decir dónde está el dinero del Fondo de Gestión Territorial. Parece que da escozor que trabajadores y sectores vulnerables estén en la centralidad de la ciudad; aspiran, a la vieja usanza, tirar pobres a las periferias.
(Al fondo el Río Uruguay con un puerto paralizado)
La mayoría automática blinda a cualquier intendente; sin perjuicio que se debe mencionar que Olivera asiste, vuelta y media, a la JD.
Ahora, desde la oposición y algunos economistas se ha mencionado la existencia, -y desde la administración lo explican haciendo galimatías-, de un importante déficit presupuestal.
Sendas rendiciones de cuentas sobre la Semana de la Cerveza, esperan respuestas. Las autoridades se dan el lujo de no responder o hacerlo cuando y como les parece. Todos recuerdan el intento de llevar a juicio político a la intendenta de Montevideo por “deber” la respuesta de algunos pedidos de informe. Con la actitud del jefe comunal de Paysandú (y buena parte de sus correligionarios) otra que juicio político: el Senado se paralizaría viendo el desfile de intendente blancos por el mismo. Por algo, una vocinglera senadora, “mandó parar” porque los jefes Departamentales tenían cositas para ocultar.
El vertedero local, al que hay que agregar el desastroso que tiene Gallinal, se quiso mejorar con la venida de un empresario argentino. Hasta el momento y por decir lo menos, un fiasco.
El hambre no es extraordinario
De todas maneras, el fideicomiso, que incluyó 43 obras u intervenciones sin prelación o jerarquía, le permiten al intendente mostrar obras y hacer lo que no pudo o no supo hacer el FA: política. Por ejemplo, inauguró una obra de pluviales es una zona inundable de la ciudad (calle Tacuarembó) con un valor superior a al presupuestado; más de un millón de dólares. Recientemente con mucho tinte electoral y la presencia de candidatos y del mismísimo Luis Alberto Alejandro Aparicio Lacalle Pou Herrera Brito del Pino, reinauguró el Estadio Cerrado 8 de Junio; obra de la dictadura. Más acá en el tiempo, estableció, sin escuchar a nadie, que la residencia universitaria se haría en zona inundable; aunque tras reclamos diversos alegó que la obra estará en una cota de 10 mts; de difícil inundación. Descartó alternativas propuestas, aunque elevar la cota implique otros costos. Por otra parte, se apresta a inaugurar la extensión de Br Artigas, desde número 9 hasta Av de la Américas que conecta al puente internacional y, en sentido inverso, a la ruta nacional número 3.
Usufructuó la remodelación del Parque Paris Londres y del Paseo Costero obras del FA y, fruto del desmantelamiento del Puerto (aunque un ignoto edil funge de Capitán de Puerto) dejó stand bye las obras de acceso al mismo al tiempo que ningunea e incumple con el proyecto urbano de Paylana; por sus diversos componentes un antes y después en la ciudad. Se declaró “impotente” para resolver políticas de fronteras; aunque sin mayor entusiasmo reclamaba al gobierno central en el entendido, según había dicho, que ser del mismo palo facilitaba las cosas. El interior lo que ve es un gobierno nacional de espaldas. La diputada Cecilia Bottino ha manifestado que, con insistencia, reclamaron en el Parlamento la comparecencia de la ministra de Economía en la Comisión especializada en el tema. Otros menesteres la ocupaban y le impidieron en 5 años, asistir.
El mencionado fideicomiso previó dos programas para mitigar la desocupación, aunque al momento de votarlo el desempleo era inferior al 10 %. Hoy está en el 13.5%. y la situación social se ha deteriorado enormemente. Cuando arrecian los reclamos por no implementar estos programas, el intendente, que debutó en canal 12 como panelista e hizo lo que pudo, repite: “recursos extraordinarios, para obras extraordinarias”.
Con intensa actividad cultural, -hubo un evento internacional estas últimas semanas-, los fines de semana los vecinos se trasladan masivamente a la costa, “el paseo del perro”, al ingreso a la ciudad o al Parque Paris Londres.
Muchos que refunfuñan de la gestión, nacional y/o departamental, llaman a los programas de radio (los que dan esa posibilidad) o escriben desde las redes (anti) sociales. Luce linda Paysandú y, en tiempos electorales, -sin obviar autocrítica-, la izquierda puede capitalizar descontento. Hay orden de no aflojarle a la esperanza.
(*) Darío Rodriguez es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UdelaR), periodista y asesor en temas de cooperativismo, vivienda y hábitat.