Crimen y castigo

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Ansiedad, tensión y agotamiento en Israel mientras se espera la represalia iraní

Por Carlos Fazio (*)

Dibujo Adán Iglesias Toledo (**)

Termina agosto, y en medio de los riesgos de expansión de la guerra por todo Medio Oriente tras la escalada israelí en Líbano e Irán y los asesinatos de los líderes de Hamas, Ismail Haniyeh, y Hezbolá, Fouad Shokr, a finales de julio, la tan anunciada retaliación de las autoridades de Teherán no llega.

Sin embargo, las operaciones psicológicas y la guerra de desgaste, así como la ambigüedad estratégica y la administración de los tiempos y la espera, exhibe un impecable dominio de las técnicas de Sun Tzu por los estrategas de la República Islámica, que está volviendo literalmente locos a los psicópatas talmúdicos que rodean al primer ministro Benjamín Netanyahu y a sus facilitadores excepcionalistas del Estado profundo (Deep State) que controla los pasos del inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden.

Durante el mes en curso, Irán ha obligado al régimen expansionista de Israel a mantener la alerta y sus capacidades militares, de seguridad y logísticas al borde del abismo, y priva a los colonos y al gabinete de guerra del gobierno de ocupación de cualquier sensación de tranquilidad.

Pese a la estrategia de máxima presión de Washington y sus vasallos de la vieja Europa para que Irán actúe con moderación, todo indica que la nación persa no se someterá al dictado occidental: la agresión israelí del 31 de julio violó la soberanía de Irán y su respuesta, según han repetido funcionarios de alto nivel, será “enérgica y decisiva”, y también “disuasoria” de nuevos ataques de cara al futuro.

Como ha aseverado el vicecomandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, general Ali Fadavi, “determinaremos el momento y la forma del castigo (a Israel). El régimen sionista usurpador cometió un gran crimen al asesinar al mártir Haniyeh, y esta vez será castigado con más severidad que antes”. Así, el cómo y el cuándo responderán, parecen convalidar el dicho de que “esperar la muerte es más difícil que la muerte misma”.

De acuerdo con las palabras del ex ministro de guerra israelí, Avigdor Lieberman, Israel está inmerso en una guerra de desgaste, exactamente como querían los iraníes, tras haber conseguido unir los frentes de resistencia. Lieberman afirmó que la agonía de la espera indeterminada de la operación de represalia de Teherán es en sí misma un logro para Teherán y el Eje de la Resistencia.

Al respecto, cabe sumar el pronunciamiento del secretario general de la Resistencia de Líbano (Hezbolá), Sayyed Hassan Nasrallah, quien el 1 de agosto dijo que “el enemigo y quienes lo respaldan deben esperar nuestra respuesta inevitable en el campo de batalla”. Lo que incluso llevó a pensar en la posibilidad de un ataque calculado y simultáneo a gran escala del Eje de la Resistencia, que incorporaría también a las fuerzas armadas yemeníes alineadas con Ansaralá. A su vez, la asombrosa revelación de la vasta red de misiles subterráneos de Hezbolá en el sur y centro del Líbano, fue una prueba de realidad adicional para la élite política israelí y las comunidades de colonos sobre a qué se enfrentan.

Finalmente, el 25 de agosto Hezbolá decidió llevar a cabo su acción limitada de manera individual por razones relacionadas con el tiempo, pues cada parte del Eje de la Resistencia decidiría cuándo y cómo responder. También fueron establecidos direcciones y límites para la contestación, incluido el de no atacar a los civiles.

De acuerdo con un reporte citado por la página web panárabe Al Mayadeen, los objetivos fueron militares, ubicados en la profundidad israelí y cercanos a Tel Aviv, todos relacionados con el asesinato del comandante Fouad Shokr, el pasado 30 de julio, mediante un ataque aéreo de las Fuerzas de Defensa de Israel contra un edificio de apartamentos en un suburbio de Beirut.

Un objetivo principal de la operación denominada Día de Arbaeen, el 25 de agosto, fue Gulilot, base afiliada a la División de Inteligencia Militar Aman y a la unidad 8200, ubicada a 110 kilómetros de la frontera libanesa y a mil 500 metros de Tel Aviv. También fueron embestidos sitios y cuarteles en Galilea y el Golán sirio ocupado, con 300 misiles Katyusha, cuyo objetivo principal era confundir al sistema Cúpula de Hierro, mientras el arma fundamental fueron los drones. Según la fuente, en ningún momento fueron empleados cohetes estratégicos –como aseguró haber destruido el ejército israelí–, pero no descartó utilizarlos en el futuro próximo.

Un día después, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas del Estado Islámico, general de división Mohammad Bagheri, reiteró que la respuesta al asesinato del ex jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh –considerado una acción terrorista y una violación a la seguridad y la soberanía nacional–, es inevitable, y que Irán decidirá cómo y cuándo responder y no caerá en la trampa del “sensacionalismo mediático lanzado por los enemigos”. Agregó que cada frente de apoyo del Eje de la Resistencia “vengará la sangre Haniyeh según su programa y sus capacidades, como sucedió el domingo (25 de agosto) con la Resistencia de Líbano (Hezbolá)”.

A su vez, el nuevo presidente iraní Masoud Pezheshkian y su ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araqchi, con vasta experiencia en el campo diplomático, han intensificado los contactos con sus contrapartes de países claves como Irak, Turquía, Qatar, Egipto, Arabia Saudita y Siria, lo que según el periódico israelí Jerusalem Post, representa una “amenaza multidimensional” para el Estado sionista, en especial en el orden diplomático. Según el medio, el objetivo de Irán es crear un “círculo de fuego” alrededor de Israel y aislarla a nivel externo.

Ello ocurre en momentos en que el Ministerio de Exteriores de Rusia califica de “explosiva” la situación actual en Medio Oriente, que amenaza con derivar en una “gran guerra”. Según la vocera de la Cancillería rusa, María Zajárova, el conflicto palestino-israelí llevó al deterioro grave de la situación en toda la zona, ante todo en la frontera entre Israel y el Líbano, las áreas de los Altos del Golán ocupadas por Israel, el mar Rojo y el estrecho de Bab el Mandeb, la vía estratégica que conecta al golfo de Adén con el mar Rojo y puerta de entrada al canal de Suez.

Moscú considera que el deseo de Washington de monopolizar el rol de mediador en el conflicto palestino-israelí, mantener el statu quo y promover una paz económica, sin tomar en cuenta las resoluciones de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU, ha contribuido a la escalada

Al respecto, cabe consignar que la respuesta de Hamás a la “propuesta puente” de Estados Unidos en las reuniones de Doha y El Cairo será un factor determinante para la operación de retaliación iraní. Según los indicios disponibles, existen serios desacuerdos sobre el mantenimiento de la presencia militar israelí en Gaza, en particular a lo largo de la frontera con Egipto; sobre la libre circulación de los palestinos dentro del territorio, y sobre la identidad y el número de prisioneros que deben ser liberados en un canje. Tanto Israel como Hamás han señalado que un acuerdo será difícil.

Según el vocero de la cancillería persa, Naser Kanani, Israel ha perdido su poder de disuasión y el equilibrio estratégico en la región se ha desplazado en su contra porque el ataque de Hezbolá del 25 de agosto lo tomó por sorpresa. Agregó que el Estado sionista ahora tiene que defenderse dentro de sus territorios ocupados y los equilibrios han sufrido “cambios fundamentales” en detrimento de Israel.

Todo indica que el momento, las condiciones y la forma de la respuesta de Irán se orquestarán meticulosamente para garantizar que se produzca en un momento de máxima sorpresa; tal vez cuando los ojos de los responsables militares israelíes estén fijos en los cielos y en las pantallas de sus radares, les pille por sorpresa desde tierra o, tal vez, incluso sea una combinación de ambos. Puede suceder, también, que no haya respuesta. Lo que sí es una realidad, es que todo Israel está bajo presión en espera de la represalia, pero esa expectativa forma parte de la batalla y del castigo.

(*) Carlos Fazio, escritor, periodista y académico uruguayo residente en México. Doctor Honoris Causa de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Autor de diversos libros y publicaciones

(**) Prof. Adán Iglesias Toledo, Director del Medio humorístico DEDETE del Periódico Juventud Rebelde, miembro de la UNEAC. Colabora con varios medios de prensa en su país y en el extranjero.

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