Por economiapolitica.uy *
Héctor Tajam **
Dibujo Prof. Adán Iglesias Toledo ***
El quinquenio que transitamos tiene el rumbo para constituirse en un período con resultados en la actividad económica incompatibles con objetivos de desarrollo inclusivo en el mediano plazo. Efectivamente, si consideramos la proyección de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina de la ONU), que el gobierno comparte, de una tasa de crecimiento de 3,6% para 2024i, el crecimiento acumulado anual para el período 2020-2024 sería apenas de 1,3% anual, exactamente igual que el registrado en el quinquenio 2015-2019. La realidad pues no ha cambiado, y sumamos una década similar a la que en los años 80 del siglo pasado la CEPAL catalogara de década perdida.
La información reciente del Banco Central
Si comparamos, como habitualmente se hace, el Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre de 2024 con igual período de 2023, se constata un crecimiento de 3,8%. Pero esta medición se realiza con un profundo sesgo, las consecuencias de la sequía del año pasado. Para corregirlo el Banco Central del Uruguay (BCU) realiza el cálculo del PIB desestacionalizado, el cual arroja un crecimiento del 2%. Otra manera de esquivar la comparación de coyunturas disímiles es comparar en el mismo período el PIB acumulado en los 12 meses anteriores (anual), con lo cual se obtiene un crecimiento del 1,6%. Estos dos últimos resultados indican que en cierta medida se supera el estancamiento instalado desde el segundo trimestre de 2022 (ver Gráfica 1)
Hasta el segundo trimestre de 2024, el PIB supera a su valor registrado en 2019 en 4,4%. Dicha diferencia se fundamenta en los resultados obtenidos en las actividades de la Construcción, en el Comercio y el Turismo, en las Comunicaciones y en los Servicios Financieros. Desde el punto de vista de la demanda, la dinámica mayor estuvo presente en la Inversiones y en las Exportaciones. No hubo en este quinquenio resultados satisfactorios para la Agropecuaria ni para la Industria Manufacturera, tampoco para las actividades vinculadas al sector público, incluidas las empresas públicas.
La actividad económica en la Coyuntura
Enfoque desde la producción. Como decíamos más arriba, la comparación con muy magros resultados a causa de la sequía determina resultados difíciles de mantener. Tal es el caso del sector Agropecuario, que creció 24% con respecto al registro de un año atrás, asociado principalmente a la soja, la extracción de ganado para faena y exportación y de madera para la industria de la celulosa. El sector agropecuario fue de esta manera la principal incidencia en el resultado global del PIB, potenciando además a la industria frigorífica y de pulpa de celulosa, pese a que la industria manufacturera presentó un resultado negativo por el mantenimiento de la refinería de ANCAP.
También hubo aporte importante en la generación de electricidad (+7,3%) que recuperó las exportaciones de energía luego de la sequía. El alza en las importaciones de bienes y la comercialización de la soja proyectaron al sector comercio a un desempeño positivo, y a su vez el aumento en depósitos y en los créditos benefició al sector financiero (+4,2%) que fue el tercer sector que explicó el crecimiento global de la actividad económica.
Enfoque desde el gasto. La demanda externa fue el principal componente del aumento del PIB en el año cerrado a junio 2024. En efecto, las exportaciones de bienes y servicios crecieron 5% al influjo de las ventas al exterior de soja, celulosa, carne y energía eléctrica, cuyas producciones aumentaron en forma significativa, como ya habíamos visto.
El consumo de los hogares fue el segundo componente en explicar aquel resultado, y como lo indica el propio BCU, fundamentalmente fue impulsado por el consumo importado de vehículos automotores. Este es un indicador adicional a la distribución tan desigual del ingreso, que como ha mostrado el Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas se concentra en el último quintil, es decir en el 5% más rico de la poblaciónii.
Enfoque del ingreso. Este punto de vista atiende a la distribución del valor generado, y medido a través de la cuantificación del PIB, entre trabajadores (salarios), empresarios (ganancias o excedente que se calcula por resto), trabajadores independientes, cuenta propistas etc. (ingreso mixto que no distingue ganancias de salarios) y el estado (impuestos).
El BCU ha publicado la información correspondiente a los años 2016-2021. De allí en adelante se deben proyectar los datos en base a información alternativa, por ejemplo la masa salarial en función de la variación del empleo y de los salarios. El valor de los impuestos es un dato conocido, y el resto, ganancias e ingreso mixto por diferencia con el total del PIB.
Desde esta perspectiva, el ingreso global de los trabajadores (masa salarial), padeció una disminución muy fuerte en 2021 y 2022, consecuencias de la pandemia y de la política laboral del gobierno de coalición derechista que cargó el peso de la recuperación al bolsillo de los trabajadores públicos y privados. La participación de la masa salarial en la distribución del PIB pasó de 41% en 2019 a 38% en 2022, producto especialmente de la rebaja salarial. En 2023 esa proporción aumentó al 40% de 2019, y en lo que va del 2024 va regresando al 41% inicial del quinquenio. O sea, cinco años para permanecer en el mismo lugar.
Pero el rubro que aumentó participación es el estado a través de los impuestos, que en 2019 significaban el 11,6% del PIB y en 2024 llegó a 12,3% (un aumento del 6%). Para que ello sucediera la presión fiscal medida de esta manera debió aumentar más que el PIB. En efecto, mientras el PIB aumentó 4% entre 2019 y el 1er semestre de 2024, los impuestos lo hicieron en 10%! ¡Y eso que no iban a aumentar!
Esto determinó que el resto, ganancias empresariales e ingresos de trabajadores independientes permaneciera en el mismo porcentaje que en 2019, pero con una diferencia muy importante a su interna: entre 2019 y 2022 las ganancias empresariales gozaron de una transferencia muy importante de ingresos provenientes de la reducción de la masa salarial.
GRAFICA 1
(**) Héctor Tajam es Economista, Director del Programa EconomiaPolitica.uy y Columnista de MateAmargo. Fue Diputado (2005/10) y Senador (2010/15) por el MPP – Frente Amplio. Miembro del Capítulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (RedH)
(***) Prof. Adán Iglesias Toledo, Director del Medio humorístico DEDETE del Periódico Juventud Rebelde, miembro de la UNEAC. Colabora con varios medios de prensa en su país y en el extranjero.
i En su publicación “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2024”, la CEPAL realiza una proyección de crecimiento para todo el continente de 1,8%, cuyos países líderes son República Dominicana (5,2%), Venezuela (5%), Costa Rica (4%), Paraguay (3,8%), Uruguay (3,6%). Los únicos países que decrecen son Argentina (- 3,6%) y Haití (- 3%).
ii https://fcea.udelar.edu.uy/blog/8161-una-recuperacion-desigual-masa-salarial-y-distribucion-del-ingreso-despues-de-la-crisis.html