Por Ramón Pedregal Casanova. (*)
Todo arranca desde la cosmovisión, desde la concepción del mundo que emana de la práctica histórica. Quienes llegaron al continente americano, las bestias que hicieron desaparecer a sus habitantes y continuaron con la esclavización, los yanquis, aplican su manera de interpretar el mundo, pero debe saberse que tienen papeles repartidos. Su serie criminal es tan real como que es diaria y comprobable, y su maquinaria de influencia perversa en las mentes, creación intrínseca, que es más oscura es, en otra medida, también conocida.
Y por eso mismo no se va a hablar aquí de su músculo militar, se va a hablar de la maquinaria que infiltra en el mismísimo campo de ideas de los seres humanos que aspiran a un “mundo diferente”. La maquinaria la han compuesto, desde la organización estatal que trata de englobar todos los aspectos de la vida, lo que llaman globalización, con organizaciones de lo más variadas que a su vez se desdoblan y emplean servidores divididos en parcelas políticas, sociales, profesionales, periodísticas, intelectuales, … sirviendo al objetivo.
La organización estadounidense usa diferentes departamentos que se emplean en el seguimiento de cada país y en su orientación “voluntaria”, o aceptan servirles, o les cae la industria de la muerte. El centro de partida lo forman la National Endowment for Democracy (NED) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), se reparten los papeles: la NED mueve fichas de carácter político y la USAID se dedica a hurgar en los asuntos “sociales” de cada país, dos pies unidos y compenetrados para conducir al mismo fin.
Respondiendo a la necesidad específica trabajan en el campo de los gobiernos de izquierda y las organizaciones de la sociedad en general, así sean políticas, sindicales, sociales reivindicativas, religiosas… ¿Y qué hay en las organizaciones de izquierda y restantes?, militancia crítica rebelde al dominio extranjero, grupos de influencia diversa, y para eso la NED y la USAID tienen que articular redes y disponer de individuos que trabajen su discurso y accedan a medios desde los que socavar las fuerzas de conciencia políticas más firmes, hacer que decaigan hasta que puedan mover el poder unas manos previamente aleccionadas y pagadas. Ahí entran los elementos divisores, los suavizadores, los “buenísimos razonadores” que ofrecen en medio de la gran dureza y la permanente amenaza, caminos suaves, miradas y pensamientos en los que se pierde el principio, y si se pierde la clara visión de la realidad el camino por el que se conducen va a la entrega. Recuérdese el discurso del Presidente Fidel “La batalla de ideas”.
La NED y la USAID amasan el cerebro de los que tiemblan, de esos con miradas tibias y pensamientos deslizantes, y lo hacen en cursos – becas en los que, partiendo de la cosmovisión del mundo que emana su práctica histórica, ponen como origen, como elemento de partida de la realidad su propagandeada existencia de constructores y conductores, siempre por encima del mundo, un ejemplo: al que fue Ministro de Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela, Jorge Arreaza, el asesino Elliot Abrams, (que dirigió la guerra contra Nicaragua durante la “operación Irán – Contra”, la invasión de Irak y después el golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez en 2002, el tal Abrams por entonces era subsecretario de estado de EEUU a las ordenes de Pompeo, secretario de estado, y de Bush), ordenaba al Ministro Arreaza en una reunión que se dejase de explicaciones sobre la marcha de los acontecimientos para apuntillar: “nosotros ponemos la realidad”, el tal Abrams, matarife del imperio, quería dejar sentado que son los únicos artífices, que el mundo que imponen no puede ser cambiado.
Pero volvamos al objeto de análisis, esos dos órganos de la conspiración del imperialismo, NED y USAID, tienen a su cargo una larga lista de derivados, y los más conocidos son el Instituto Republicano Internacional (IRI), alimentado por los fondos del Partido Republicano, y el Instituto Nacional Demócrata (NDI), alimentado a su vez por el Partido Demócrata, la otra parte del cuerpo político estadounidense. No se vayan a creer que aquí se queda todo, estos dos “Institutos” trabajan unidos, o como uno solo, en el Consorcio para las Elecciones y el Fortalecimiento de los Procesos Políticos (CEPPS), con su nombre se nos quiere indicar que intervienen en los procesos electorales para que los resultados sean los apetecidos por el organismo que los financia, que no es ni más ni menos que la USAID, dedicada a mover el dinero en los “asuntos” sociales de cada país. Por “asuntos” se quiere decir aquello que con la infiltración político social es susceptible de ser manejado en base a los intereses del imperialismo: crear divisiones sociales, fomentar el escepticismo y la desconfianza, organizar alteraciones y desarrollar el caos social, crear núcleos antigubernamentales, … ¿se ha mencionado ya?, todo lo que necesitan para tener a buen recaudo los intereses, lo que titulan “la seguridad” del Estado estadounidense.
Una de las tareas que llevan a cabo los mencionados “Institutos” es la captación de personajes que realicen labores específicas dentro de las organizaciones en las que los pescan, los procesan para darles la formación con la que deben intervenir en política. La formación que se les insufla conlleva la asunción de métodos y desenvolvimientos en la “democracia”, les debe servir para obstruir y reconducir a los Estados que de los amos del norte de América o lo intenten. Las lecciones que se les da tienen el fin de operan en la vida interna de las personas y de los países, en los comportamientos individuales y colectivos, para lo que deben manosear los postulados ideológicos y licuarlos en la búsqueda de “otras vías políticas” que desembocan en esa cosmovisión globalista del imperio.
Cuántas veces habrá que explicar que la conducción del manoseo político ideológico busca quebrar o hacer fácil que se quiebre la identidad, la homogeneidad, las resistencias a su fuerza, que busca gente miserable que se emplee en el colaboracionismo más deformante, gente también que actúa diciendo que es “imparcial” pero que cumple con la tarea sibilina de desvirtuar hasta hacer despreciable la cultura propia, los predispuestos oportunistas que añoran separarse del conjunto, de lo social – histórico – político que hace claro y fuerte el valor de la gente antiimperialista, los elementos divisionistas, los engañosos suavizadores, los “razonadores” del miedo y del caos que ofrecen, en medio de la gran dureza y la permanente amenaza, ideas y pensamientos donde se pierden el principio y el horizonte de la comunidad, el valor del carácter de clase trabajadora, el verdadero problema que levanta a la lucha, esa a la que no acuden los extraños y enajenados de lo propio, los ignorantes del sentido, del significado, la esencia civilizatoria de su pueblo, y en su lugar ponen el ideario supremacista que los inclina ante la cosmovisión anglosionista.
Esos, los captados y encapsulados por los “Institutos”, parlotean con lenguaje renovado liberal como si fuese de izquierda, y ensalzan el mito del que esconden la cadena con que de nuevo coloniza.
La USAID, la NED, son organizaciones oscuras – perversas – creadas por el gran centro de poder estadounidense, son las manoseadoras y retorcedoras de cerebros y brazos, cada una lo suyo, hasta que los asistidos integren la cosmovisión que les enseñan y trabajen ensalzando los intereses imperialistas.
Continuará en parte 2ª de La concepción del mundo en la mente estadounidense: sumisión o muerte.
(*) Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de AMANE. Miembro de la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Miembro de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN. Colaborador del canal Antiimperialistas.com, de la Red en Defensa de la Humanidad.