Crónica de un abrazo con Cuba y Baracoa.

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Por Gabriela Cultelli (*)

Y finalmente…se alinearon los astros”

(de un dicho popular)

Todo empezó por Jenny y su frase “¿cómo podemos ayudar?” en el grupo de WhatsApp de Libertadoras.uy, colectivo feminista de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, Capitulo Uruguay. Corrían las tristes horas del apagón generalizado en Cuba, con el agravante del huracán “Oscar” que azotaba por la zona más oriental del país, por la provincia de Guantánamo, entrando por Baracoa, allí donde se encuentra la ciudad prima de la Isla, y por sus alrededores, con poblados montañosos muy intrincados.

Justamente estábamos trabajando en la previa para sacar Mate Amargo la semana pasada y por tanto en contacto directo y casual con 2 de las personas que colaboran con nosotros desde la Habana: Adán y Maribel. Trasladamos la pregunta ¿Cómo podíamos comprar alimentos para enviar directamente a Baracoa? No es fácil llegar con ayuda inmediata a una Isla bloqueada por el imperialismo Yanqui, a un lugar alejado geográficamente como Baracoa (en Uruguay se diría “donde el diablo perdió el poncho”), aunque quizás los alejados de aquellas realidades seamos nosotras/os…. Como sea, pero sin dudas para franquear imposibles estamos las mujeres, y están ellas, cubanas guerreras de toda una vida.

Y así fue como Maribel Acosta (periodista de este medio de prensa alternativo, y lo digo con orgullo) asumió la tarea.

La idea que primeramente se nos ocurrió era enviarlo a su casa del barrio de La Víbora en La Habana, y de allí ver como salía hacia Baracoa. Maribel entonces se comunica con otros trabajadores de las comunicaciones, porque luego haría falta un auto para trasladar los alimentos, y conseguir un contacto en Baracoa misma para que todo llegara a destino. Así conseguimos el contacto: Mirna Rodríguez, periodista que está al frente de la Radio Baracoa (pueden buscarla en internet y en el Facebook). Fue para nosotros un inmenso honor, de esos sentimientos que conmueven el alma, poder conocer a esta mujer, su voluntad, su solidaridad.

Al mismo tiempo comenzamos desde Libertadoras.uy y la Redh Capitulo Uruguay a recaudar una colecta. La idea primera, cuando la lanzamos, era juntar “unos 100 o 200 dólares” (así mismo lo expresamos en el grupo), lo realmente recogido en un par de día fueron 919 dólares, impresionante la solidaridad de nuestro pueblo, y eso que era fin de mes.

Una compañera dice que le da vergüenza porque solo tenía 300 pesos para poner, le respondo que eso equivale a 1 kg de leche en polvo, más o menos 8 o 9 litros de leche, 9 niños con la leche del día requerida, que era muy importante su aporte…la compañera puso 400 pesos.

El mayor escollo fue conseguir el transporte para Baracoa que tenía casi todos los caminos cerrados por la destrucción del Huracán. Maribel llamando a uno y a otro, consigue para ese domingo un ómnibus escolar que salía hacia Baracoa. La compra había que hacerla inmediatamente, porque ya era viernes, pero además había que conseguir un auto (un vehículo) que llevara todo, hasta supuestamente y en principio San José de las Lajas, lugar un poco alejado de la ciudad. Ahí se incorpora Mirna mi hermana habanera, y se comienzan a alinear los astros: resulta que sí tiene auto, pero además tenía gasolina, cosa difícil en estos tiempos de bloqueo. Su mecánico se ofreció inmediatamente a acompañarla (por las dudas que se rompiera el auto) a pesar de tener un trabajo remunerado para ese sábado, por suerte no fue necesario, porque Maribel averiguó que ese ómnibus salía de un barrio más cercano. Más tarde coordinó hora y lugar exacto, y acompañó a Mirna (la de la Habana a llevar las cosas). Por cierto, cuando estaban subiendo la donación al ómnibus uno de los paquetes se rompió y hubo que emparcharlo en el momento, pero no se perdió nada. Más gente ayudó a subir las cosas al ómnibus.

Al mismo tiempo hacíamos la compra. Definimos que tenía que ir para el barrio donde vive Mirna (la de la Habana) y sobre todo por la posibilidad de compra rápida. Hablamos con Sarah, por si Mirna no pudiera estar todo el viernes esperando la compra que finalmente la pudimos hacer en dos partes que resultaron 6 entregas a domicilio. Sarah con sus más de 80 años, feliz de poder ayudar. Por privado se conecta Natalia, una joven veinteañera que ayudó a armar los listados de las compras, las cajas y paquetes, “si no pueden enviar por esa vía, la facultad (de economía) también esta juntando cosas para enviar a Baracoa” dijo, igual por la vía de los trabajadores de la prensa se pudo. Al mismo tiempo Julieta (la cubana) me decía “¿en qué ayudo?”, “no sé pregúntale a Mirna” le respondí, ella también juntaba ropa para enviar por su centro de trabajo, finalmente ayudó también en resguardar y organizar las facturas de compra, junto a Rita (la uruguaya), y previamente Jenny había organizado los comprobantes del dinero donado. Es que se movilizaron pueblos solidarios, y eso no es poca cosa.

Con el dinero que sobró, le enviamos una recarga al celular de Mirna (la de Baracoa), que otra vez nos conmovió repartiéndola, nos dijo “ya recibí la recarga, mil gracias. Ahora yo de esa misma recarga, … voy a dejar parte para mi trabajo, y otra parte pasarle a algunas de las personas que tienen teléfono allá, personas vulnerables también, que tienen el teléfono apagado porque no tienen nada de carga, y con eso que me mandaron voy a compartir, mil gracias por darnos la posibilidad de ayudar a personas en Baracoa” y bueno, le mandamos otra recarga porque sabemos bien de la importancia de una radio local y de las comunicaciones en esos lugares y en esas circunstancias, pero la solidaridad y entereza de esta mujer no dejaba de asombrarnos.

Allí en Baracoa, se juntaron más voluntades. Los alimentos fueron trasladados en bicicleta con carrito desde el ómnibus hasta el lugar donde se guardarían para llevarlos a Mata Guandao, que era donde se le entregaría a las familias. Dos mujeres más se juntaron con Mirna (la de Baracoa) y dividieron lo donado en diversos paquetes pequeños para distribuir entre todos. Son muchos niños y niñas en esa zona de Baracoa, 811 de todas las edades, y fue una zona más dañada por el huracán.

De todas maneras los y las que quieran hacer llegar su abrazo solidario a Cuba, hay tiempo para hacerlo aún, en este caso a través de las compañeras y compañeros que viajan al Congreso de la ELAM (Escuela Latinoamericana de Medicina) que llevarán todos los medicamentos que donemos, y para lo cual hay que comunicarse por privado, según manifiesta la siguiente placa:

Ayer 30 de octubre se votó en la ONU por trigésima segunda vez a favor de levantar el bloqueo económico con que EEUU ha intentado someter al pueblo cubano por más de 60 años, y otra vez más el pleno de representantes de las distintas naciones votó a favor de levantarlo, salvo el voto genocida del propio EEUU y de Israel (se abstuvo solo Moldavia). Ese pueblo y sus mujeres, no se doblegan. Este relato es una pequeña muestra de esa capacidad de resistencia, y de la solidaridad que las y los abraza, porque “una gota con ser poco, con otras se hace aguacero” (i)

Nota:

(i) Daniel Viglietti “Milonga de andar lejos”

(*) Gabriela Cultelli, Licenciada en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), escritora, columnista y co- Directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH)

 

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