Por Julieta García Ríos (*)
Con Ana Fernández inicia «Ahora cebamos nosotras», un espacio que le dará voz a las mujeres de la Patria Grande. Ana es investigadora y presidenta de la Asociación Caput.
El 9 de noviembre de 2023, próximo a los días del balotaje para definir quién sería el nuevo presidente argentino, Ana Fernández, subió al subte preocupada por el futuro de su país. Desesperada apeló por su verdad, tan similar a la de muchas familias argentinas que siguen clamando: 30.000 detenidos-desaparecidos ¡Presente! Ahora y siempre.
Por ellas y ellos, por sus hijas/os, Ana contó su historia a los pasajeros del subte:
«Mi mamá tenía 16 años cuando la secuestraron embarazada de mí. Fue a un campo de concentración, donde la despojaron de todo, incluso su nombre: pasó a tener una letra y un número. Fue brutalmente torturada. Cumplió 17 años en ese campo de concentración. Mi abuela salió a buscarla y se encontró con otras madres que hoy se conocen como Madres de Plaza de Mayo. Mi abuela junto a otras dos madres de desaparecidos y dos monjas francesas, también fue secuestrada. La llevaron a la ESMA y fue arrojada con vida al mar.…Mi mamá se refugió en Suecia. Ahí nací yo. Volvimos en democracia. Amo este país, quiero vivir acá, quiero que todos podamos vivir teniendo diferencias, diciendo nuestras diferencias y sin miedo a que nos secuestren, a que nos torturen, y a que nos arrojen con vida al mar… Por favor, por la democracia, no voten a Milei».
En el subte Ana fue aplaudida. Algunas personas agradecieron su valentía y las más jóvenes le grabaron y reenviaron el video, que a solo horas se hizo viral.
A un año de advertir el riesgo que corría su país con Milei al mando conversamos con ella en «Ahora cebamos nosotras». Esta es una sesión que estrena Mate Amargo, donde pretendemos recorrer la Patria Grande en compañía de sus mujeres.
Julieta García Ríos (JGR)- Tu advertencia se cumplió. Cuéntanos, ¿cómo se vive hoy en Argentina?
Ana Fernández (AF)- Lamentablemente se cumplió lo que preveíamos. Lo que estamos viviendo en Argentina es increíble, yo nunca pensé que retrocederíamos tanto en materia de derechos adquiridos y bienestar social, en educación, salud, ciencia… Pero peor aún es el odio incentivado desde el propio Estado: el perseguir al otro, el goce explícito ante el malestar ajeno, ante la angustia y desesperación del compatriota; sobre todo ante los más desamparados. Este odio y agresividad hacia el otro, más aún hacia la otra, mujer y hacia las minorías, incentivado desde el Estado y amplificado por redes sociales, está creciendo y es verdaderamente muy preocupante. En Argentina la democracia no está funcionando.
JGR- ¿Qué motivos te llevaron a visitar en agosto pasado al Papa Francisco, quien fuera amigo de tu abuela Esther Balestrino de Careaga (1), maestra, Doctora en Bioquímica y Farmacia y activista social?
AF– El Papa me citó justamente para el 7 de agosto, día de San Cayetano, patrono del trabajo. En Argentina, ese es un día muy simbólico porque miles de personas van a la iglesia de San Cayetano a pedir empleo. Este año la movilización fue impresionante, dado que desde diciembre cada vez hay más expulsados del sistema, más gente sin trabajo.
«Yo le pedí una entrevista por dos motivos: por un lado, quería conocer personalmente a ese amigo de mi abuela, quien fuera su jefa, cuando él era Jorge Bergoglio, apenas tenía 17 años y estudiaba química. Ella le dijo que fuera lo que quisiera ser. Entonces no era seminarista y llegó a ser Papa. Siempre ha hablado muy bien de ella, reivindicándola pese a que tenían ideas muy diferentes. Quería preguntarle más sobre ella y su amistad. Por otro lado, me interesaba trasmitirle la gravedad de lo que está sucediendo en la Argentina, en materia de Derechos Humanos».
JGR–¿La visita cumplió su objetivo?
AF – En ambos puntos cumplió y superó mis expectativas. Gratamente me encontré con un jefe del Estado Vaticano, al tanto de lo que sucede en Argentina y con la misma preocupación que yo. Envió un mensaje muy alentador, llamando a “no aflojar”, a mantener las banderas, “no solo de las ideas, sino también de los testimonios”, este mensaje, dedicado a mi mamá y a la sociedad argentina, para nuestro programa “Ahora y Siempre”, de Radio Caput, que se multiplicó por todos los medios, tradicionales, alternativos, nacionales y extranjeros.
«Respecto a mi abuela me contó muchas anécdotas y valoró especialmente la grandeza de esa “gran mujer”, dijo que fue quien le inculcó el valor del trabajo y además de la mujer que le enseño a pensar, de la que aprendió también su “amplitud política”».
JGR- Precisamente, preservar la memoria ha sido una constante en la vida de ustedes. Junto a tu mamá Ana María Careaga y su compañero Oscar Estellés cada miércoles reivindican la historia desde su programa «Ahora y Siempre». ¿Cómo surge este espacio y cómo podemos escucharlo?
AF – Esta iniciativa surgió a partir de la necesidad de que hubiera en Radio Caput un programa sobre Derechos Humanos, relacionado con la lucha histórica en nuestro país. Lo pensamos como un espacio para la Memoria, la Verdad y la Justicia, para reflexionar sobre nuestro pasado reciente con sus consecuencias posteriores. Por eso abordamos también la cuestión de los derechos humanos en su concepción más amplia.
«Nos pueden ver y escuchar por el canal de YouTube de Radio Caput, también desde la web de Radio Caput o por radio Cut».
JGR- El movimiento de Las Madres de la Plaza de Mayo ha sido un ejemplo para la Patria Grande en estos años, ¿Cómo siguen defendiendo su causa ante la arremetida fascista del actual gobierno?
AF- Efectivamente, la ofensiva del actual gobierno es simultánea en todos los planos, por eso requiere de pensar en las respuestas inmediatas y necesarias frente a esta embestida y al mismo tiempo exige pensar estratégicamente. Como bien decís, las Madres son un ejemplo de lucha y han dejado un legado fundamental respecto de los modos de resistencia y de cómo idear respuestas frente a las violaciones a los derechos humanos. Son tiempos de vuelta al testimonio y de denuncia internacional. Esto nos retrotrae a aquellas otras épocas, con otros modos de dominación. El poder siempre busca cómo optimizar sus beneficios en desmedro de los pueblos. Hay que estar muy atentos y muy unidos. Esta unidad urge, es prioridad.
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Esther Balestrino de Careaga: Nació en 1918, en Encarnación, Uruguay. Creció en Paraguay donde se graduó de maestra y luego de Doctora en Bioquímica y Farmacia. Antes de cumplir los veinte años Esther Ballestrinos mostró su inclinación izquierdista y su vocación de afiliarse a las causas populares. Así se afilia al Partido Revolucionario Febrerista y funda en 1940 el Movimiento Femenino del Paraguay, del que fue su primera secretaria general. En 1947 inicia una Guerra Civil en Paraguay que termina con instaurar una dictadura militar y la izquierda paraguaya se vio obligada a exiliar. Esther se refugia en Argentina. En Buenos Aires contrajo matrimonio con otro emigrado uruguayo, Raymundo Careaga, prominente dirigente del febrerismo, del sector progresista, con quien tuvo tres hijas: Esther, Mabel y Ana María a las cuales formó con los valores del marxismo revolucionario resultando militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT-ERP), cuyas parejas fueron comprometidos militantes de izquierda, que después del golpe de Estado argentino de 1976 serían severamente golpeados. Fue una de las tres primeras madres de la organización Madres de Plaza de Mayo apresada y desaparecida. Había continuado la búsqueda de desaparecidos aún después de haber recuperado a la hija por la cual inició la lucha. Tenía 59 años cuando fue secuestrada, torturada y asesinada en diciembre de 1977.
(*) Julieta García Ríos, Periodista Cubana, actualmente trabaja en el Museo de la Música de La Habana y en el semanario Pionero, ha colaborado con diferentes medios de su país y de la Patria Grande, como Mujeres al Sur. Es miembro de la UPEC.