Todas somos FDIM

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Por Gabriela Cultelli (*)

Y retiemblen sus centros la tierra
Al sonoro rugir del amor

Era 26 de noviembre de 1945 y las mujeres de 41 países se organizaban por la paz, en aquel Paris convulsionado por la victoria cercana, de un año y tres meses antes, contra el fascismo. Allí se fundaba la Federación Democrática Internacional de Mujeres, y a partir de allí tantas luchas juntas, las duras épocas de la Guerra Fría, un mundo que como hoy, se situó al borde del abismo, y allí estaban ellas.

La primera presidenta fue la revolucionaria francesa Eugénie Cotton, discípula de Marie Curie, Dra. en Ciencias Físicas y maestra de investigaciones en el Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS). Y como ella tantas otras. Aquellas eran las mujeres de la guerra, las que fueron presidiarias, torturadas, las de cuerpos mancillados y almas impolutas, las que habían perdido a sus hijes y compañeros, las que levantaron la patria destrozada con sus propias manos, las que no tenían nada que perder luego de uno de los conflictos bélicos más grandes del siglo XX. Su norte siempre fue el sur y allí se vincularon las luchas por los derechos de las mujeres y la niñez, pasando entonces por las luchas anticoloniales; por la eliminación del apartheid, la discriminación étnica y racial, contra el imperialismo, el poder patriarcal del capital y por tanto contra el fascismo; por la paz y el desarme universal.

Los recordatorios, en estos días, surgían espontáneos, y resultaban un abrazo a la distancia entre las compañeras. La presidenta actual, la compañera salvadoreña Lorena Peña, comandanta de mil batallas, escribía: En este 79 aniversario envío mi abrazo fraterno a todas las compañeras, y les animo a que sigamos luchando unidas por un mundo más justo, en paz y con igualdad, y por la derrota del capitalismo salvaje y el fascismo patriarcal. ¡¡¡Inspiradas en nuestras fundadoras, sigamos adelante!!! ¡VIVA FDIM!”

Y las felicitaciones y el recuerdo inagotable de las fundadoras aparecían en tantos y tantos rincones de este continente y del mundo, en los mensajes de las federadas. Revivían las luchas por la liberación de la mujer, por la justicia, por ese forjar día a día la organización de todas, por la inagotable de resistir y el constante grito de esperanza porque otro mundo es posible. Feministas de izquierda como les gusta aclarar, muchas abogaban por la democracia, la libertad, la justicia social, ambiental y contra el fascismo, neoliberalismo y colonialismo, contra el patriarcado, convencidas de “seguir nuestra lucha” como escribe otra compañera, porque aquí “Todas somos FDIM”.

(*) Gabriela Cultelli, Licenciada en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), columnista y co- Directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH)

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