Los espantapájaros de la posible revolución

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Por Ricardo Pose(*)

Ilustración por Jorge Fuentes (**)

Corría la noche de julio de 1953 en un garito de la Habana; al ritmo del son unas esbeltas mulatas se contornean acompañando el sonido de saxos y trompetas, mientras debajo de la nube de humo de los habanos varios militares y parroquianos recuerdan e inventan hazañas sobre su participación en el golpe de Estado que hace un año atrás lideró Fulgencio Batista.

Varios vasos de mojito desfilan por el mostrador y las mesas, junto a los “whiscolas” que se bebe como homenaje al “caimán yanquee” que tanto apoyo dio a los inicios de la dictadura de Batista, y su injerencia fue fundamental para derrotar a los gobiernos revolucionarios en Guatemala, en Bolivia, en Perú, el asesinato de Jorge Gaitán en Colombia y las intrigas que permitieron la derrota del gobierno peronista en Argentina.

De pronto los timbales se detienen, los caños enmudecen y las mulatas quedan congeladas; un grupo acaba de asaltar el Cuartel Moncada y otro el de Bayamo.

Mediodía de diciembre de 1956; las carnes se van dorando en el parrillero de la Asociación Rural de Florida. Años del Colegiado, presidía ese año el gobierno Alberto Zubiría.

Los ruralistas de la cuenca lechera tienen varios motivos para un festejo continuo que se inició en 1950 con la selección uruguaya consagrándose campeona del mundo y en febrero del 56 salía por novena vez campeona de la Copa América venciendo a Argentina 1 a 0.

Pero el motivo principal de la algarabía eran las chances que se depositaban en un dirigente de la Liga Federal de Acción Ruralista que se integraría al Partido Nacional, Benito Nardone, que triunfaría en 1960 ingresando al Colegiado de Gobierno.

Alguno quedó atragantado con un trozo de chorizo casero; la noticia venía desde la ciudad de Mendoza en el departamento de Florida.

El flamante Sindicato Único de Peones de Tambo se declaraba en huelga general paralizando toda la actividad en la cuenca lechera de Florida y San José, una huelga ferozmente reprimida pero que fue el punta pie para las futuras movilizaciones y organizaciones de trabajadores rurales.

Setiembre del 2024 aeropuerto de Viru Viru en Bolivia; la cola que espera hacer los trámites de migraciones es bastante larga y hace tiempo no avanza.

Pido a la persona de adelante me biche la maleta y me adelanto a ver cuál es la dificultad; del pasillo donde estaba la fila hacia los mostradores de migración hay una larga y empinada escalera y por ella están colaborando en bajar en su silla de ruedas a una persona mayor.

Siento cierto remordimiento por mi ansiedad ante una persona que necesita de ayuda para trasladarse en un aeropuerto que no previó la accesibilidad, y una sensación extraña cuando me entero que esa mujer es una de las ex comandantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.

Más de medio siglo se condensan en el andar de las ruedas de su silla; historias de derrotas, de efímeras y sustanciales victorias, pero sobre todo de resistencia.

¿Cuál es la empecinada fuerza de voluntad que los mantienen “necios” a lo Silvio Rodríguez en un mundo donde parecen haber triunfado los “carneros1 del cambio social” al decir de Tabaré Rivero2?

Espantapájaros

Es evidente que hubo cambios de escenarios desde aquella noche de 1953 en la Habana hasta nuestros días.

Hablo de cambios de escenarios porque sin dudas fueron de las formas, pero creo hay que analizar que tanto la trasformación producida modificó los problemas sustanciales que llevaron a varias generaciones a “tomar el cielo por asalto”.

Las izquierdas (progresismos) del siglo XXI tienen más de aves migratorias que van hacia los calores de la construcción de posibles Estado de Bienestar (socialdemocracia bah), que espíritu de horneros3.

Quizás no esté mal responder al reflejo innato de auto preservación personal luego de lo vivido durante años de Terrorismo de Estado y esto hace a los métodos de lucha y las acciones concretas de al menos cuestionamiento del Poder de las clases dominantes, pero deja en una nebulosa los caminos de una acumulación política alternativa que nació en las recamaras de fierros en las selvas y en dedos que se negaron a seguir ordeñando.

Sembrando homenajes, biografías, bustos y hasta monumentos, a los referentes de las posibles revoluciones los fueron transformando en una suerte de espantapájaros para alejar la presencia e intimidar aves que retomen “aquellos vuelos”.

Espantapájaros emplazados en huertas de brotes diversos y confusos donde Gobierno se confunde con Poder, multinacionales con inversión, CEOs con patrones, y el viento mueve la falsa imagen humana para aventar la más mínima curiosidad.

Las ropas raídas y gastadas de los espantapájaros sin embargo a pesar del cambio climático aún tiene dentro de sus estropeados bolsillos los escritos entre otros de Raúl Bebe Sendic; el proceso de concentración de tierras no ha habido “espantapájaros” que lo detenga aún durante 15 años de gobiernos progresistas siendo en el 2010 el 83% de las hectáreas compradas por extranjeros; 20% de los niños hasta seis años están en la pobreza infantil, y 9% de los pobres tienen más de 65 años; la Deuda Externa en Uruguay en el primer trimestre de 2024 es el 72% del PIB y la neta del sector público es de 33.573 millones de dólares a marzo de éste año.

El 10% más rico de la población posee el 62% de la riqueza neta total.

El 1% más rico posee el 26% de la riqueza neta total.

El 0,1% más rico posee el 14% de la riqueza neta total.

El 0,1% de la población más rica tiene control sobre más de la mitad de la riqueza financiera y más del 90% de la riqueza empresarial.

En cuanto a los ingresos, el 99% de la población uruguaya obtiene sus ingresos principalmente de salarios o jubilaciones. Solo los más ricos de ese 99% obtienen un porcentaje de ingresos por capital cercano al 5% de sus ingresos totales.

En 2023, la media del ingreso per cápita para un hogar del decil 10 (el más rico) fue de $ 95.843, mientras que para el decil 1 (el más pobre) fue de $ 10.057.

La senda y la memoria

Con un poco de sentido de orientación pero sobre todo con la memoria es posible hallar la senda en la noche más oscura, aclarando que hallar la senda no es vivir atrapado en el pasado aunque el estigma de “sesentista” florezca rápida y livianamente de algunas bocas un poco grande de más.

Nada más vigente que tener más oreja que boca y vistas de miradas largas y amplias.

La pertenencia y el “ser” es una actitud vital que al menos pretende lograr que los espantapájaros no terminen como muñecos de judas ardiendo en la noche del 24 de diciembre; y la pertenencia a la “posible revolución” (no hay cosas simples en una revolución) no exime de acompañar los procesos actuales sin dejar de advertir la necesidad constante de otear el horizonte, tanto para alertar sobre la formación de tormentas o limpios amaneceres, o ambas, desafiando la pereza intelectual y el confort político de los tiempos que corren.

1 Carnero. Cordero capado o castrado. Trabajador rompehuelgas.

2 Tabaré Rivero, cantante de rock de la legendaria banda La Tabaré

3 Horneros. Ave que construye su nido con forma de horno de barro.

(*) Ricardo Pose es Periodista en Caras y Caretas, Presidente sector Prensa Escrita (APU). Columnista en Mate Amargo, CX 40 Radio Fénix, Radio Gráfica, Tierra de periodistas Rocha FM, Notero en Telesur y tvg China

(**) Jorge Fuentes es Ilustrador, caricaturista, pintor con acrílico y acuarelista. Ha colaborado con medios nacionales e internacionales

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