Por Darío Rodríguez(*)
La elección de Yamandú Orsi como el próximo presidente de la República, la buena performance electoral en Paysandú, -en general en el interior-, tonificó a la militancia local que mira con expectativa el sillón de Zorrilla y Sarandí.
Es un lugar común sostener que las elecciones nacionales difieren en relación a las departamentales y las municipales.
Hubo una constante. En todo los Departamentos el FA creció, logrando imponerse en Montevideo, Canelones, San José (algo novedoso), Salto y Paysandú.
(Ojos atentos)
En comparación con ballotage del 2019 el FA creció 2% puntos porcentuales; de 47 al 49%. Por el contrario, el PN votó mal en todo el país, excepto Maldonado. Cayó del 48 (2019) al 45 % (2024)
En la elección del 19 en 9 Departamentos el Frente no llegó al 40%; con una malísima performance en Rivera (29.6%) que le hizo perder la diputación. En esta, en solo 5 Departamentos, la fórmula Orsi-Cosse no alcanzó el 40%: Rivera (aunque recuperó la diputación), Flores, Lavalleja, Maldonado y Treinta y Tres.
Obviando Montevideo y Canelones, la izquierda creció en el interior de 39.4% al 42.4%, entre los dos ballotages. En Artigas trepó del 34.6% al 40%. Por el contrario, la Coalición bajó en el interior, del 54.9% al 51.1%.
Veamos candidatos
Es cierto que en las elecciones Departamentales se miran otras cuestiones, pero el peso de lo nacional incide. Parece factible que el FA pueda dar batalla por algunas Intendencias, entre ellas las del litoral. Uno de los elementos claves es evitar la fuga de votantes hacia candidatos, en general, del Partido Nacional.
En Río Negro, en octubre, el FA tuvo 17.346 votos (41.27%) y la Coalición 21.232 (50.52%); en Soriano, el FA llegó a 25.738 (38.48%) y toda la Coalición 35.042 votos (52.39%). En Salto, siempre en primera vuelta, el Frente llegó a 39.893 votos (41.96%) y toda la Coalición, 48.981 (5151%). En el vecino Departamento, al igual que en Canelones y Montevideo los coaligados van todos juntos a la instancia de mayo. Mirando los números del ballotage, el FA alcanzó en Salto, 45.991 votos (48.76%) y los contrincantes 45.185 (47.91%) votos. Virtual empate.
En la comarca, Paysandú, -aquí no hay Coalición-, el FA obtuvo 34.641 votos (41.70.%) y sumando a todos los multicolores se contabilizan 45.238 votos (54.46%); siempre en referencia a octubre. En el ballotage el FA tuvo 50.83% y la Coalición 49.17%.
(Foto El telégrafo: sanduceros festejan)
Más allá de las particularidades de cada Departamento litoraleño, es casi imprescindible contar con candidatos(as) que traccionen, estén bien visto, sean conocidos, capaces, carismáticos y puedan encolumnar a toda la fuerza política; sin fisuras. Naturalmente que es relevante un proyecto que pueda enamorar a la gente. Aquí danzan algunos nombres, entre ellos el del ex secretario general de la IDP, Mario Díaz; se presupone que el MPP presentará un nombre dada su altísima votación en el entorno de los 12 mil votos. Fuentes consultadas dijeron que es difícil que el próximo 20 de diciembre, como está, previsto se resuelva en tema de las candidaturas; los sectores siguen negociando.
En nuestra perspectiva, el FA tiene una ventaja y una desventaja a la vez. La ventaja, visible, la constituye el acceso al gobierno nacional; eso puede determinar sinergias entre ambos niveles que favorezcan a la gente de cada territorio. La desventaja no haber trabajado durante el quinquenio en la preparación de candidatas(os) que tengan suficientes apoyos políticos internos, inserción territorial y social. No se construye un candidato(a), en unos meses; por el solo deseo de acceder al cargo.
Marca de fábrica
Las condiciones políticas están arriba de la mesa y el FA puede disputar la Intendencia en Paysandú. Además de lo ya esbozado, que es parte de un todo, la izquierda debió visibilizar con más fuerza la manera de conducción departamental, el clientelismo como marca de fábrica y la nula participación de la ciudadanía en la “cosa pública” local.
No hablamos de abstracciones. Varios ejemplos son ilustrativos del perfil con el cual se gobierna.
La actual administración, disponiendo de recursos procedentes del fideicomiso (25 millones de dólares), optó por no implementar programas que mitigaran el enorme desempleo existente, decidiendo con mucho marketing la contratación de un estudio de renombre, erogando 1.3 millones de dólares, para esbozar un plan costero que bien lo podrían haber realizado profesionales nacionales.
(Manejar la bolsa)
La apuesta fue por el hormigón, la eliminación del presupuesto participativo, el ninguneo al proyecto en la Ex Paylana, (un antes y un después en la ciudad), la reconstrucción de la Plaza Constitución, -obviando su carácter emblemático y simbólico de la comunidad- porque al intendente le pareció que sería interesante realizar esa obra dadas sus preferencias y por haber visto otros espacios públicos fuera del país. Sin llamado, con cero participaciones de técnicos locales y mucho menos de la gente. En estos procedimientos también se pueden cuidar mejor los dineros públicos.
Otras obras se pueden cuestionar por su funcionalidad o sus costos. No parece existir una integralidad en las cosas y una mirada en perspectiva que se asiente en un proyecto de desarrollo.
Se podría señalar la ineficaz política de tránsito, la falta de prevención que determina una siniestralidad preocupante para muchos; menos para la Intendencia.
Ni hablar del funcionamiento del vertedero, incluido el aterrizaje de un empresario argentino que nadie sabe dónde está, o la presencia de la Fundación A Ganar que llegó con el propósito de abatir aportes al BPS.
De todas maneras, hay cuestiones en el haber, la contribución -que no es privativa de esta administración-, al desarrollo universitario o la remodelación del Estadio 8 de junio.
Es una gestión muy centrada en la figura del intendente. En lo social y en el tipo de gestión es donde están los talones de Aquiles de la administración Olivera.
¿Quién banca campañas?
Un par de elementos tendrá que sopesar la gente, por aquello de ser y parecer, y tiene que ver con cómo se sustentan las campañas electorales locales con esos grandes despliegues. El otro elemento preocupante es la aparición de convencionales narcos en listas oficialistas; la primera alerta estuvo en la incorporación, al inicio de la gestión, de un ex proxeneta vía la Fundación (amiga) A Ganar.
(¿Quién banca?)
Recientemente fueron condenados 14 personas por narcotráfico en Paysandú, algunos de ellos tenían vínculo con el funcionario y convencional de la lista 51; del intendente. Más allá de los rumores que inundan la ciudad hay que profundizar en el tema tanto a nivel político como investigativo.
La pregunta es si el FA dispone de candidaturas potentes, si se sube a babuchas de un despliegue territorial realizado durante estos años, incluyendo la campaña electoral, pese a un quinquenio donde la oposición estuvo desdibujada, careció de liderazgo y jugó mucho en la lógica del PN, esto es, encerrarse (cuando funcionaba) en la Junta Departamental, en detrimento de otras herramientas. Senadores electos están trillando el territorio agradeciendo a la ciudadanía el respaldo y, de paso, apuntalar las departamentales.
(*) Darío Rodríguez es Licenciado en Ciencias de la Comunicación (UdelaR), periodista y asesor en temas de cooperativismo, vivienda y hábitat.