Por Julieta García Ríos (*)
La tercera entrega de «Ahora cebamos nosotras», espacio de diálogo para acercarnos a las realidades de la mujer latinoamericana, se trasladó a Venezuela. Un país que, a sus 25 años de Revolución Bolivariana, se reinventa cada día. En la Patria de Bolívar, de Manuelita Sáenz, de Josefa Joaquina Sánchez, las mujeres son protagonistas de su revolución socialista. En los momentos más difíciles se han puesto la Patria al hombro y la han sacado adelante. Por eso, en el marco de la jornada por el 8M, viajamos a Venezuela.
Diana Salgado es la primera entrevistada del 2025. Es natural de Caracas, capital de la República Bolivariana de Venezuela. Tiene 50 años de edad. La mitad de su vida, literalmente, se ha desarrollado en Revolución. Ella está allá donde la Patria la necesite. Así, ha transitado por varios frentes: fue oficial de policía, TSU en Gerencia Pública, es Administradora en Formación y actualmente trabaja en el Ministerio del Poder Popular de los Hidrocarburos. También se reconoce como «madre, esposa, hija y soldada de la Revolución Bolivariana».
Julieta García Ríos (JGR)- El pasado 15 de diciembre de 2024 Diana fue electa Jueza de Paz en los comicios populares del Circuito Comunal Nro. 24 de la Parroquia La Vega, en Caracas, a la cual pertenece. La función de esta figura jurídica nos parece bien interesante. Para hablar del papel que juegan en la sociedad venezolana invitamos a Diana a nuestro espacio. Empecemos por conocer, ¿qué se entiende por Jueza o Juez de Paz?
Diana Salgado (DS)– Son ciudadanas y ciudadanos reconocidos en su comunidad con valores y convicciones personales sólidas y con un profundo conocimiento alrededor de los problemas y las costumbres de cada localidad. Somos personas que vivimos en esa comunidad donde fuimos elegidos y conocemos su entorno.
Somos hombres y mujeres dispuestos a orientar, atender y a conciliar a través de medios alternativos la resolución de conflictos o controversias que se presenten en nuestra comuna con la única finalidad de restablecer la armonía y la paz; el buen vivir y la convivencia comunitaria.
JGR-¿Qué atiende una Jueza o Juez de Paz?
DS– Atiende los casos que en la cotidianidad se presentan en una comunidad. Procura la Paz Comunal. Canaliza el diálogo y la conciliación entre las partes a través de la mediación que reconcilia y facilita el diálogo en la resolución de conflictos con el fin de llegar a una solución mutuamente aceptable.
JGR- ¿Cuáles son los conflictos más comunes que deben resolver?
DS– Los más comunes van, desde una la alteración al orden público por parte de un vecino, hasta situaciones de convivencias internas en hogares multifamiliares. También se presentan casos de violencia de género o intrafamiliar, discusiones entre vecinos…
JGR- Muchas de las Juezas y Jueces de Paz electos por la comunidad no tienen formación jurídica, ¿cómo se preparan?
DS– Una vez que fuimos electos por los vecinos de nuestras comunidades iniciamos un proceso de formación de la mano del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), para darnos las herramientas necesarias para el desarrollo y el desempeño de nuestras funciones que abarcan diversas áreas, tales como ética, mediación, resolución de conflictos, derechos humanos y aspectos legales fundamentales.
Además de la capacitación, esta loable misión requiere la colaboración de distintos entes y órganos del Estado. Así como la participación de diferentes instancias del Poder Popular, como los Comités de Justicia de Paz que cada Consejo Comunal debe tener. A través de ellos, y con un trabajo conjunto promovemos, acompañamos y sensibilizamos a la población en el desarrollo de una cultura de paz en cada espacio o circuito comunal, comuna y en todo el territorio nacional.
JGR-¿Cómo se organizan?
DS– Donde la comuna no está organizada, existen los circuitos comunales. Cada comuna o circuito comunal cuenta con seis Juezas o Jueces de Paz, tres son principales, y tres suplentes.
JGR-¿Qué significa para el avance de la comuna la elección de esta figura legal?
DS– La elección de las Juezas y Jueces de Paz Comunales nos permite hacer letra viva de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela a través de la participación popular y protagónica.
Con el agradecimiento a Diana Salgado por el tiempo dispensado y las vivencias contadas nos despedimos, y en abril nos volvemos a encontrar, esta vez con Sarah, desde mi Cuba resistente.
Mientras tanto, nosotras cebamos el mate desde Buenos Aires, Montevideo, Caracas, La Habana o cualquier otro rincón de la Patria Grande, porque este es un espacio para reflexionar sobre temas que nos atañe.
(*) Julieta García Ríos, Periodista Cubana, actualmente trabaja en el Museo de la Música de La Habana y en el semanario Pionero, ha colaborado con diferentes medios de su país y de la Patria Grande, como Mujeres al Sur. Es miembro de la UPEC.