Recordando a Raúl Sendic
Por Rolando W. Sasso(*)
Ilustración por Jorge Fuentes (**)
En anteriores ediciones de Mate Amargo pusimos a consideración de nuestros lectores una recopilación de archivos con los conceptos vertidos por militantes y dirigentes tupamaros sobre el “Bebe”. Son testimonios que atesoramos sobre la personalidad del líder campesino y fundador del MLN (T). En esta nueva edición presentamos otro punto de vista acerca del hombre que escribió historia en defensa de las causas populares en los años 60 y 70.
Hay quienes señalan documentadamente que el porte y la figura de los caudillos y líderes populares se va gestando con el paso del tiempo, el devenir de los hechos y las actitudes asumidas por el personaje. Raúl Sendic no era precisamente un caudillo, pero sí un apreciado líder, como quedó demostrado el día en que su pueblo lo llevó a pulso al cementerio de la Teja el 8 de mayo de 1989. Fueron cientos de miles acompañándolo.
El “Bebe” Sendic fue conscientemente olvidado por unos y militantemente recordado por otros. Desde los libros y revistas, pasando por las canciones hasta las anécdotas que se difunden de boca en boca, nos traen su querido recuerdo.
Las anécdotas populares ayudan en la formación de la imagen del protagonista, como el relato sobre Salvador Ferreira. En la zona de Bella Unión, donde se planta la caña de azúcar, las extensiones de las estancias son enormes y la prepotencia de latifundistas y capataces contra la peonada de no creer. Cuando Raúl Sendic llegó a Bella Unión y comenzó a organizar a los peones zafrales, los terratenientes se pusieron nerviosos.
No era para menos, la jornada laboral se extendía de sol a sol; no había licencia ni feriados, las viviendas eran simples aripucas y no llegaba la legislación nacional para amparar a los peludos (cortadores de caña). Desde todo punto de vista los gordos patrones estaban en infracción y para ellos que fuera un abogaducho a husmear no era buena cosa. Podían llegarles elevadas multas y retroactividad de pagos.
Pistola 44 al cinto
Dice la anécdota que Salvador Ferreira con su hablar abrasilerado, a los gritos y a los ponchazos pretendía arrear a los cañeros, gente de pocas letras y desconocedores de las leyes. Una noche llegó Ferreira a una pulpería o boliche haciendo sonar el rebenque, se acercó a la barra, pidió una caña y dejó su pistola sobre el mostrador. “Acá tengo esto pa’ ese Raúl Sandí y todos los que vienen a revoltigear a los peones” gritó buscando eco. Se hizo un silencio que se cortaba a cuchillo porque entre el peludaje estaba sentado truqueando el mentado Raúl Sendic.
El “Bebe” se levantó, se acercó al mostrador y con calma dejó su pistola 44 diciendo “yo tengo esto pa´ los patrones que no quieren pagar lo que le deben a los peludos”. Ferreira se fue al mazo, pagó su caña, guardó su pistola y se fue sin decir palabra.
La anécdota, verdadera o no, sirvió para agigantar la imagen del líder campesino a los ojos de la peonada que desde aquel relato lo siguieron donde fuera. Más aún cuando con la intervención oportuna de abogados, legisladores y lucha mediante se logró aprobar una serie de derechos hasta el momento desconocidos en el cañaveral.
Escuché esta anécdota por primera vez en el penal de Libertad, un compañero peludo la recitaba en el recreo. Luego la escuché en las mateadas que el movimiento tupamaro hacía en parques y plazas como forma de difundir sus ideas y en agradecimiento al pueblo que peleó por “libertad para todos los presos políticos”. También la leí en materiales impresos por los tupamaros que se iban organizando en torno a su figura. Me consta que los peludos que salieron de la cárcel en marzo de 1985 la sembraron en el norte como semilla fértil.
Su legado
Raúl “Bebe” Sendic enfrentó callado los temporales del olvido. Un tremendo olvido mezquino, egoísta y vergonzoso a la luz de la historia. Un silencio que fue carcomido por la lucha del Movimiento por la Tierra, por su MLN (Tupamaros) y por el MPP. Un olvido que comenzó a remover él mismo con sus planteos elaborados en la cárcel de lucha “Por la Tierra y contra la pobreza”.
Bregó por una izquierda sin exclusiones y en su discurso del Franzini el 6 de diciembre de 1986, Sendic planteó claramente una propuesta de lucha para todo el que quisiera oírlo:
“Los puntos que proponemos para este proyecto son: las 8 horas para el trabajador rural; la expropiación de todo exceso sobre las 2,500 hás a los latifundistas; la prohibición a extranjeros de tener campos en el país mayores de las 50 hás; la estatización de la banca; el no pago de la deuda externa contraída por los gobiernos ilegales; y tal vez un retorno a la proporción histórica entre los presupuestos de las FFAA y los de la enseñanza y de la salud…
Ante el marasmo político, ante la inercia, ante la orfandad de iniciativas nos parece necesario salir con algunas que pongan en el tapete, en la discusión y en la movilización, los problemas básicos de nuestro país: tierra, banca, deuda, salario.
Y seguiremos fieles a nuestra consigna: Por la tierra y contra la pobreza. Habrá patria para todos.”
Lo antedicho es parte de su imborrable legado.
(*) Rolando Sasso es fotógrafo, Periodista y escritor. Tiene en su haber varios libros de profunda investigación periodística sobre el accionar histórico del MLN-T
(**) Jorge Fuentes es Ilustrador, caricaturista, pintor con acrílico y acuarelista. Ha colaborado con medios nacionales e internacionales