Por Gabriela Cultelli (*)
El título de este reportaje es más para llamar la atención del o la lectora, que otra cosa, porque feministas en La Habana y en toda Cuba hay hace muchos años, como en toda América Latina. Esto fue parte de la entrevista, porque reconocerse a si mismas, a su historia, es parte de la lucha que encaran estas revolucionarias.
Todo comenzó por la coordinación del Profesor y Dr. en Ciencias Lázaro Díaz Fariñas, un gran amigo, que trabaja en FLACSO junto a una de las integrantes de este maravilloso proyecto colectivo feminista. La Habana, su Universidad, prestó sus viejos salones para esta reunión – entrevista, que traemos para compartir desde Mate Amargo unificando Patria Grande, en caminos concretos y comunes.
Muchas cosas conversamos, como el rescate de autoras tan nuestras como la argentina Isabel Largía, que sigue juntando sures. Porque desde lo que llaman economía feminista, nos dejan afuera, y es así que lo que se hace comúnmente es economía descriptiva, y cuando vamos a otras autoras que pueden, aunque sea estructuralmente, llegar a los por qué, nos roban como latinoamericanas nuestras propias ideas. Entonces, ¿Cómo podríamos rescatar nuestras ideas como latinoamericanas? Y allí la idea surge de ellas, y se proponen charlas, reunir redes, en definitiva, auto formación. Y así, naturalmente, comenzó esta entrevista, como reunión de compañeras de toda la vida. Era el 31 de marzo de 2025, el último día de otro marzo, mes de la mujer trabajadora, cargado de historia.
Mate Amargo (M.A.): ¿Qué tal si primero nos presentamos?
Giselle Armas (G.A.): Soy docente de FLACSO y feminista. Tengo una bebé que se llama Mariel, como Mariel Franco, la feminista brasileña, luchadora por los derechos LGTBIQ+ y negra de Brasil.
M.A: Me estabas contando recién, que estabas en licencia maternal, que en este país (Cuba) es por ley, 15 meses.
G.A.: La licencia de maternidad, la primera se otorga a las 34 semanas de embarazo, a partir de ahí no puedes trabajar más. Cuando ya nace el o la bebé te dan una licencia de maternidad por 12 meses y después se extiende tres meses más. Puedes o tienes la oportunidad de reintegrarte antes al trabajo, o sea, de entrar antes a trabajar. Y también hay licencia para los padres que voluntariamente ejerzan los cuidados, correspondiéndole lo mismo, o sea se pueden turnar entre ambos padres. Pero la toman ellas, la mayoría de las veces somos las mujeres las que cuidamos, y por tanto las que tomamos la licencia de maternidad.
Hay algunas experiencias, incluso alrededor de nosotros tenemos dos padres que han ejercido su derecho a licencia por paternidad durante 6 meses, pero son los menos.
M.A.: Bueno, en Uruguay estamos mucho peor con solo 15 días para el varón y tres meses para la mujer. Eso es todo.
Presentamos ahora a las otras dos compañeras
Anabel Acuña Alfonso (A.A.A.): Soy profesora de FLACSO, socióloga y una de las coordinadoras de la Red Feminista Universitaria.
Meliza Alfonso (Me.Al.): Soy de la red Feminista. Estoy en segundo año de sociología. Tengo 19 años.
M.A.: Y Uds. ¿qué edad tienes?
A.A.A: 23 y ella 33.
M. A.: Allá por los años 70, cuando yo vivía en este país, las luchas feministas se auto denominaban luchas por la liberación de la mujer, un poco en contraposición de aquel feminismo europeo, sumamente sexista y con en formatos muy diferentes a lo que se dio en este continente. Y fue por aquellos años que empezó a conformarse con más fuerza el feminismo popular comunitario que se desarrolló mucho en América Latina. ¿Cómo se dio ese proceso en Cuba? ¿Por qué ahora nos decimos feministas y antes no?
G.A.: Bueno, antes del triunfo de la Revolución, en las luchas por la liberación nacional, las mujeres siempre hemos tenido un papel protagónico. En la parte urbana sobre todo, las mujeres encabezaron una fuerte resistencia. Allí las luchas por los derechos humanos, por sus hijos asesinados, presos, torturados, desaparecidos. Había muchas organizaciones femeninas que no necesariamente compartían el proyecto social revolucionario, pero sí eran organizaciones que compartían algunos de los principios feministas.
Cuando la Revolución gana, se desarrolla el proceso de liberación cubano. El sujeto mujer tiene que liberarse dentro de la Revolución. Ese sujeto mujer se organiza en la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), una organización que es muy amplia, donde están feministas, no feministas, mujeres que simplemente estaban con el proyecto. Era un frente amplio en donde cabíamos todas las mujeres. No se decía que éramos feministas en ese momento porque el feminismo que había en auge en los 60/70, era un feminismo europeo, un feminismo que no era un proyecto emancipador socialista.
Aunque en los primeros años no hablamos de socialismo, sí se estaba pensando en un proyecto ideológico distinto, alternativo. Estábamos construyendo un frente amplio donde había muchas personas que no sabían qué cosa es feminismo. Teníamos que trascender el nombre, pero teníamos que tenerlo, por eso aquello de la liberación de la mujer.
Lo que pasó después fue que la organización,- y esto es un aspecto un poco más crítico-, en un momento determinado sí pudiera haberse llamado feminista, porque los preceptos que defendía eran de feminismo, de un feminismo socialista. Lo que pasa es que hubo mucha reticencia a llamarse feminista por todos los patrones culturales que se tienen y a los estereotipos que se tiene por decirse feminista. Y también el patriarcado, que es muy fuerte. Las relaciones patriarcales existen en Cuba, el patriarcado está muy vivo y hay muchas luchas de poder. Las mujeres que lideran, por ejemplo, la FMC, no se puede decir, de ninguna forma, que no eran o son feministas. Ellas mismas definen el feminismo que siguen como el feminismo popular, que es el socialista.
Pero ciertamente en el mundo se está da que nos intentaban (e intentan) etiquetar en una ola. Pero cuando te pones a estudiar la ola, nosotros ya hace rato estábamos hablando de esos temas y los habíamos superado. Creo que uno de los problemas fundamentales que tenemos es cómo miramos el feminismo que está llegando a Cuba, o que está en disputa en el mundo, un feminismo que te quita de la división sexual del trabajo o te habla de nada más luchar contra él. La liberación de la mujer es contra el patriarcado, no solo contra la división sexual del trabajo, donde se mantiene la lucha de clases.
Desde ese lugar de clases hablar, pero también tenemos que conocer la historia feminista cubana. Conocer la historia del feminismo cubano para mí es el tema hoy, más importante que tenemos.
M.A.: Conocer nuestra historia para reconocernos a nosotras mismas en cada uno de nuestros territorios ¿Ustedes qué tiene que agregar a este punto?
Me.Al.: Yo creo que la compañera hizo un buen resumen y análisis del problema, no soy muy conocedora del tema, pero sí conozco y estoy de acuerdo con lo planteado por Gisselle. Para muchas personas pareciera que el feminismo en Cuba llegó ahora y que está surgiendo ahora y es una tradición de lucha. Somos herederas de esas luchas en Cuba.
La mujer es ya echada “pa´lante”, lo de protagónica no le vino del aire, no fue un regalo. Ha sido parte de un proceso de lucha emancipador, revolucionario y se hace necesario conocer la historia. No solo la historia de las mujeres a partir del triunfo de la Revolución Cubana, si no desde ante también. Hay que conocer todos esos grupos y todas esas mujeres que, aunque no defendieron feminismos revolucionarios, defendieron la vida.
Hay que hablar sobre las vidas de las mujeres en Cuba. Yo creo que eso sí es como una deuda que nos queda pensando en nuestro movimiento feminista y lo que se viene, porque el mundo cada vez está más complejo y Cuba no se separa de eso.
M.A.: Seguimos conversando un momentito más. Cuéntennos sobre el proyecto que estan trabajando desde la misma facultad, desde la misma población joven, ¿mujeres todas o varones también?
A.A.A.: Creo que gran parte del feminismo cubano entiende, en base a esa tradición de lucha, que se trata de emancipación y por tanto no solo de las mujeres sino de todas las personas. Nosotros, por ejemplo, el feminismo que defendemos en la Universidad no es solo para o de las mujeres, creo que ya superamos esa discusión.
M. A.: Exactamente, es una discusión que está presente en el movimiento feminista.
A.A.A.: Y en el caso de nosotros, desde la primera actividad que hizo que la Red naciera, siempre fue abierta para todo el mundo, siempre han llegado hombres y eso es algo que también nos ha dicho que sí se puede. No estoy queriendo decir que los hombres sean los más feministas del mundo, pero llegan, llegan a nuestros espacios y siempre se van sumando más.
M. A.: ¿Son estudiantes? ¿Estudiantes y profesores, pero también gente joven, por lo general?
A.A.A.: Los profesores que llegan son un poco contemporáneo conmigo, que ahora están como profesores en la Universidad, pero son jóvenes.
Lo que sí es verdad es que tenemos nuestros espacios propios para nosotras las mujeres, para conversar nuestras cosas, tener un proyecto que incluya cualquier identidad no lo impide. No somos exclusivos para las mujeres, somos abiertas a hombres y a todas las identidades.
Hoy se está celebrando el día de la visibilidad trans. La semana pasada, el jueves, tuvimos un intercambio de la red con un grupo de trans masculinos. Lo queríamos desde hace rato y lo tuvimos. Y fue muy interesante porque es una realidad de la que se conoce poco, incluso cuando somos feministas no conocemos bien su realidad, sus demandas de lucha.
Creemos que no basta con emancipar a la mujer, si el hombre no cambia su mentalidad.
M. A.: La sociedad es de todos.
A.A.A: Exacto.
M.A.: Y contame un poquito sobre ese proyecto. Estrictamente, ¿de qué se trata?
A.A.A: Principalmente de dar visibilidad a la lucha por la igualdad, por ser todos iguales y no solamente que se quede entre nosotras, sino ir haciendo diferentes actividades, peñas donde se vayan sumando cada vez más. Incluso hemos ido a varias facultades tipo puertas abiertas para ir uniendo a más personas y que esas personas conozcan que existe una red universitaria en donde se puedes tener un refugio, donde se puedes estar y no te van a criticar.
M.A.: O sea, ¿la Red ya rompió las fronteras de la facultad de Ciencias Sociales?.
A.A.A.: Ya no es de ninguna Facultad.
G.A.: Es de la Universidad, sin limites para el que quiera entrar.
A.A.A.: Una cosa importante de la Red que a mí siempre me gusta señalar, y que para mí ahora es un poco conflictivo, es que la Red es de las estudiantes y eso a mí siempre me gusta defenderlo, porque para las profesoras en la universidad hay muchos espacios, trabajan, investigan y son incluso quienes han impulsado el feminismo en Cuba también, quienes lo impulsan, pero tienen su espacio y las estudiantes no los tienen. Pasamos gran parte de nuestra vida aquí en la Universidad, teníamos que hacer algo para cambiar la realidad que vivimos. Y siempre, desde el principio, nos han acompañado los profesores y nos han apoyado, que para nosotras eso es muy importante, pero siempre nos gusta hablar desde la voz de las estudiantes.
Y decía que para mí era un conflicto, porque aunque soy joven ya soy profesora y no es la misma realidad porque no estoy todo el tiempo en la en la Universidad. Entonces estamos en ese proceso de cambio, porque no podemos irnos con un discurso y al final hacer otra cosa que nos rompa la idea principal que fue que las que gestionan la red, son las estudiantes, las demás y los demás apoyan.
Nosotros realmente en las actividades apostamos por un trabajo colectivo. En la coordinación queremos que sean cinco para que sean tres estudiantes, que se formen para poder ganar en organización y entonces pueda haber un recambio, hasta que las cinco sean estudiantes.
G.A.: Exactamente, una cosa muy importante de la Red es que surge en un momento, muy muy fuerte. En Cuba estamos pasando una situación compleja, no solo en el ámbito económico, sino también en las construcciones y las relaciones sociales que estamos viviendo.
La Red surge en momentos donde otras organizaciones están haciendo cosas. No solo las organizaciones de masas como la FMC, los CDR, si no otras organizaciones de la sociedad civil que apuestan por el proyecto político Cuba, por el proyecto social cubano. Hubo un momento de repliegue (no es tan subjetivo como vivencial, aunque es más vivencial) y la Red surgió en ese momento. Y yo creo que eso marca con fuerza la necesidad de que el feminismo esté a la vanguardia del proyecto social. O sea, no podemos dejar a las mujeres detrás. No nos podemos dejar, no nos podemos traicionar a nosotras mismas.
M.A: Lo que veo que está bueno también, es que surge desde ellas.
G.A.: Desde ellas, que son parte del pueblo. Eso es muy, muy importante.
Además, otra de las cosas importantes es visibilizar que la Red feminista rescata un patrón que siempre fue del programa de la Escuela Popular, de la Universidad Popular de Mella: sale de las aulas universitarias y va a la parte comunitaria.
No es Extensión universitaria, eso es otra cosa. Se parte de que es un problema en la comunidad y por tanto va más allá de la extensión, más allá de un ejercicio académico.
M.A.: ¿Tienen pensado la articulación con otras redes aquí mismo en el país, para empezar, o con otros países, con América Latina, para seguir?
A.A.A.: Uno de los objetivos que tenemos es justamente la articulación. Como mismo la Red la pensamos dos muchachas y de pronto descubrimos que éramos más de 20. Sabemos que también a lo largo del país y en otras partes del mundo existen muchos grupos y personas, colectivos. Es importante la articulación y eso es uno de los principios que nosotros defendemos.
Por eso siempre estos intercambios los tratamos de aprovechar. Claro que la vida complica los tiempos, como somos estudiantes, hay también algunas cosas, tareas, con las que hay que cumplir.
Nosotros trabajamos siempre y desde el principio con diferentes colectivos, aquí en Cuba, con la Red Berta Cáceres, que la lidera el Instituto de Filosofía, con la FMC, con la Editorial de la Mujer que pertenece a la FMC, con el Centro Martin Luther King. O sea, con diversos grupos. Y si aparecen más, seguimos sumando, seguimos articulando, porque al final todos formamos parte de ese movimiento feminista cubano.
M.A.: Y ahora van a articular con Libertadora Antifascista.uy, que somos de Uruguay y de allí con distintos colectivos feministas del Uruguay.
Y así nos despedimos de ellas y de La Habana, sabiendo que con unas y con la otra nos volveremos a encontrar una y mil veces
(*) Gabriela Cultelli, Licenciada en Economía Política (Universidad de La Habana), Mag. en Historia Económica (UdelaR), escritora, columnista y co- Directora de Mate Amargo. Coordinadora del Capitulo uruguayo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH)